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Banquillo de aspirante

Raúl García y Adrián son decisivos en los goles de Koke y Diego Costa en Elche

Ladislao J. Moñino
Diego Costa celebra su gol al Elche.
Diego Costa celebra su gol al Elche.MANUEL LORENZO (EFE)

No aspira el Atlético a la Liga en las ruedas de prensa, pero sí por lo que enseña en cada partido. El de Elche le exigió ambición, una marcha más y un banquillo resolutivo para desatascarlo, y lo tuvo. No echó en falta nada de lo mencionado cuando tuvo que tirar de ello para imponerse en uno de esos partidos que validan una candidatura: por ser fuera de casa y por la complejidad táctica y la brega del contrario. Un duelo de esos de fútbol perrero, que primero hay que aguantar y después saber reventar para ganarlo. Simeone lo conquistó con dos cambios decisivos en los dos goles que le dieron una victoria lograda desde la persistencia del que busca algo. Un título, por ejemplo.

Bien plantado, dominador durante algunas fases de ese otro fútbol que también manejan los rojiblancos, el Elche solo empezó a rilarse cuando no pudo seguir el ritmo constante y machacón del Atlético, que choca como un equipo pequeño y se despliega a su manera con la eficacia de los grandes. Llegó poco arriba con claridad, pero cuando lo hizo fue para ganar. Eso genera un desgaste físico y anímico que pocos equipos pueden resistir. El Elche le exigió desde el esfuerzo y desde lo táctico y terminó rendido, incapaz de aguantar durante más de 45 minutos a un conjunto metálico, sin apenas fisuras, que pareció saber cuándo y cómo ganar el partido. Otro de los rasgos de los grandes equipos. Oficio, que dicen los clásicos. Con los números en la mano, 40 puntos ya, los mismos que el Barcelona (un partido menos), y un estilo que no le hace divisar muchas derrotas en el horizonte, el Atlético es un aspirante al título, tímido en sus proclamas, pero contundente en su partido a partido.

ELCHE, 0; ATLÉTICO, 2

Elche: Manu Herrera; Damián, Botía, Lombán, Albacar; Rubén Pérez, Carlos Sánchez (J. Márquez, m. 75); Carles Gil, Coro, Fidel (Aarón, m. 65); y Boakye (Cristian Herrera, m. 72). No utilizados: Toño, Pelegrín, Rivera y Mantecón.

Atlético: Courtois; Juanfran, Miranda, Godín, Filipe; Arda (Adrián, m. 70), Tiago, Gabi, Arda, Koke; Diego Costa y Villa (Raúl García, m. 62). No utilizados: Aranzubia; Manquillo, Guilavogui y Cebolla Rodríguez.

Goles: 0-1. M. 63. Koke. 0-2. M. 74. Diego Costa.

Árbitro: Delgado Ferreiro (C.Vasco). Amonestó a Botía, Damián Suárez, Tiago, Villa, Filipe Luis y Koke.

Unos 19.000 espectadores en el Martínez Valero de Elche.

Sin perder sus grandes rasgos de identidad, esta vez Simeone tuvo que recurrir a su banquillo para obtener la respuesta que necesitaba. Raúl García y Adrián fueron decisivos en los dos goles. No estaba cómodo Villa, poco participativo y afilado, y fue sustituido por Raúl García, que sigue optimizando cada minuto que le conceden. No marcó, pero el primer balón que tocó fue un disparo raso y cruzado desde la esquina derecha del área. Un tiro de esos dañinos que ponen a prueba el costillar de los porteros. Lo atajó forzado Manu Herrera, pero no lo blocó. Quiso rebañar Diego Costa el rechazo y en el intento barrió a Botía. La pelota quedó a muerta a los pies de Koke, que la empujó ante las reclamaciones de los jugadores del Elche.

Ese primer tanto premió la salida ambiciosa del Atlético en el segundo tiempo, que también fue una confirmación de esas aspiraciones que prefiere no airear. No acabó de sentirse cómodo, ni dominador absoluto en el primer acto. Igualado en las batallas individuales y en la pelea de las segundas jugadas, y sin Koke y Arda acertados en los pases de los últimos metros, no encontró mucha puerta, más allá de un cabezazo de Gabi en un córner y un remate de Diego Costa, ganador de un rebote en el área, que tapó Damián Suárez.

Compacto el Elche, quiso desplegarse por las bandas con Fidel y Carles Gil, buscar alguna arrancada de Boakye o descubrir un agujero por el medio con la revoltosa movilidad de Coro. Todo eso le dio para empatar el partido hasta el descanso y hacerle ver a Simeone que su equipo necesitaba más de lo que había podido enseñar.

A partir de ahí, emergieron las condiciones que refrendan la candidatura del Atlético. Dio un pase adelante en la presión y subió revoluciones para empotrar al Elche en su área. Como seguía sin encontrar puerta y precisión en los últimos metros, Simeone miró al banquillo. Primero le respondió Raúl García y después Adrián. Entró por Arda, poco desequilibrante para lo que acostumbra. Fue autor de un tanto de cabeza anulado porque arrancó la pelota de las manos de Manu Herrera con falta.

Si Raúl García generó el primer tanto con su mejor virtud, el disparo, el segundo destapó su versión de jugador diferente. Puso un globo por encima de la adelantada defensa del Eche que recogió Diego Costa a la carrera y ya dentro del área lo coló con un derechazo cruzado a media altura. Volvió Costa después de la lesión que le impidió estrenarse con España para conformar el once más titular de Simeone que, cuando no le dio para ganar, no tuvo problemas en reemplazar a dos de sus jugadores ofensivos más significativos.

Sin un banquillo profundo es difícil imaginar a un equipo campeón, pero el día a día ya ha convertido al Atlético en, al menos, un equipo de 14 jugadores solventes. Tiago ha igualado el buen comienzo de temporada que estaba realizando Mario Suárez hasta que se lesionó, Raúl García gana partidos y Adrián ha enseñado con menos intermitencias que el curso pasado que está cerca de volver a ser el que fue. Y detrás de ellos, Alderweireld, Óliver, Cebolla Rodríguez, Guilavogui, Manquillo Baptistao, Insúa... Todos entrenados para competir, según su entrenador. En un aspirante.

Simeone: “Dos golpes de genialidad”

L. J. M.

No negó Diego Pablo Simeone que las soluciones para derrotar al Elche salieron del banquillo, al que se escudriña como el elemento necesario para poder aspirar a disputar el título de Liga, más en una temporada en la que se compite también al máximo nivel en la Liga de Campeones y se defiende además el título de Copa. “Lo mejor que tenemos es el pensar en grupo, eso genera una competencia interna y nos hace poder competir hacia fuera. Raúl García y Adrián entraron desde el banquillo y pudieron solucionar un partido trabado. Eso es fundamental para el equipo, porque necesitamos de este tipo de situaciones. Estamos esperando que se recupere Mario [Suárez], un jugador muy importante para nosotros, y nos va a venir muy bien en la parte más importante de la temporada”.

Esperaba Simeone, como comentó en la previa, un rival complicado y el desarrollo del encuentro y las dificultades que se encontró el Atlético, sobre todo en la primera parte, se lo confirmaron: “En el primer tiempo salimos muy bien, pero minutos antes de llegar al descanso no encontrábamos las mejores opciones para hacerles daño y ellos salieron en dos o tres contragolpes peligrosos. En el vestuario hablamos con los jugadores e intentamos entender que el juego que había que hacer era por fuera. Necesitábamos generar más peligro sobre las bandas. El partido se dio de esta manera hasta que la entrada de Raúl García y Adrián nos aportó dos golpes de genialidad en un momento importante, a pesar de que en todo momento lo jugamos con la intención de ganar”. Fue la segunda línea la que selló un nuevo triunfo.

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Sobre la firma

Ladislao J. Moñino
Cubre la información del Atlético de Madrid y de la selección española. En EL PAÍS desde 2012, antes trabajó en Dinamic Multimedia (PcFútbol), As y Público y para Canal+ como comentarista de fútbol internacional. Colaborador de RAC1 y diversas revistas internacionales. Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Europea.

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