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Rodri eclipsa al pequeño ídolo

Un gol del delantero del Almería y Esteban difuminan el debú del canterano José García, de 16 años, y hunden a Osasuna en la clasificación

GORKA PÉREZ
José García se lamenta de una ocasión fallada.
José García se lamenta de una ocasión fallada.Jesus Diges (EFE)

Se le esperaba con ansiedad desde la grada. Seguramente la misma que ocupaba el pequeño cuerpo de José García, de 16 años, último icono de Osasuna y un revulsivo inesperado para un equipo poco acostumbrado a la idolatría. Desde que hace diez años se hiciera famoso por su manera de vivir los partidos -el espectáculo de aquel furibundo hincha de seis años lo sacó a la palestra el programa de Canal+ El día después-, el nombre de José ha estado en boca de la afición navarra desde que Javi Gracia lo llamase con el primer equipo. Era la culminación de un sueño. Y lo sabían los aficionados que se acercaron a El Sadar para adornar con pancartas el nuevo hogar de su niño -Zorionak José! (¡Felicidades José!)-. Aunque el debú no se cerró con victoria, ya que Rodri aprovechó un error de Andrés para deformar el cuento, el chaval dejó muestras de que la aventura no iba desencaminada en los 25 minutos que estuvo sobre el césped. Un quiebro a falta de cinco minutos para el final levantó al estadio y dio fe a su equipo. El disparo lo repelió Esteban, el otro 'ogro' del cuentro.

OSASUNA, 0; ALMERÍA, 1

Osasuna: Andrés, Marc Bertrán, Miguel Flaño, Arribas, Damiá; Cejudo (Puñal, m. 80), Silva, Raoul Loé (José García, m. 65), Armenteros (Ariel Nuñez, m. 45), Roberto Torres y Oriol Riera. No utilizados: Riesgo, Omwu, Lolo, Oier.

Almería: Esteban; Nelson, Torsiglieri, Trujillo, Pellerano, Dubarbier; Tébar, Azeez, Aleix Vidal (Raúl, m. 86), Soriano (Óscar Díaz, m. 61) y Rodri (Barbosa, m. 90). No utilizados: Ustari, Corona, Kiu, Rafita.

Goles: 0-1. M. 18. Rodri aprovecha un error de Andrés y empuja el balón a la red.

Árbitro: Mateu Lahoz. Amonestó a Damiá, Tébar,  Aleix Vidal,  Óscar Díaz, Oriol Riera

El Sádar. Unos 14.000 espectadores.

Poco se le notaron los nervios a José García, aunque decidiera tapar su menudo cuerpo con una camiseta de manga larga y se subiera las medias hasta las rodillas. Primero se tiró al suelo a taponar a Rodri y se desgañitó pidiendo el balón constantemente cuando el partido ya estaba cuesta arriba. Pero antes de su salida, Osasuna se había topado con un Almería ordenado, al que se le notaba cómodo por su forma de moverse. Deambulaba como en casa, sin nervios, siempre con gente alrededor, armónico a la hora de posicionarse. Si bien salió con cinco defensas, la costura tampoco parecía exagerada teniendo en cuenta que el despliegue no era únicamente para contener. Con Pellerano y Trorsiglieri persiguiendo balones por alto, Nelson y Dubarbiaer asomaban a menudo en campo rival con la conciencia tranquila.

No así Osasuna, que teniendo anulado su principal principal argumento, el de la presión y el lanzamiento de balones directos al área contraria, se le complicó el caldo por falta de ingredientes. Tenían claro los navarros dónde radicaba su fortaleza, pero como a Sansón, se le fue la fuerza sin darse cuenta. Solo Cejudo con un par de disparos desde fuera del área intimidó a Esteban que, sin embargo, tuvo que esforzarse en un remate de cabeza del medio cordobés, al que el balón golpeó en la cabeza sin querer.

Sin un dominador claro, al equipo andaluz le funcionaban mejor las piernas para armar el ataque al primer soplido de aire. Aleix Vidal y Rodri conectaron por la banda derecha generando mayor superioridad con la llegada de Nelson. Solo Raoul Loe, al que le sobran piernas pero le faltan pases, acudió al rescate de Damiá, el mayor perjudicado. Con Silva y el francés en el centro del campo, Osasuna adolece de capacidad de brinco, de mover al rival con un pase inesperado o un desplazamiento en largo al espacio vacío. Más complicada aún la empresa si enfrente aguarda una formación que a veces reunió a siete jugadores.

Si hasta ahora una de las pocas piezas sin ninguna muesca se personificaba en Andrés, el portero murciano no estuvo especialmente acertado a la salida de un córner. Dubarbier colocó el balón en los brazos del meta pero a éste se le resbaló como si llegase untado de aceite. De ese quiero y no puedo se benefició Rodri para introducir el balón en la portería.

Aunque lo intentó Osasuna por medio de la entrega del benjamín García y la constancia de Oriol Riera, el marcador no se movió. Un resultado que supone una inyección de tranquilidad para el Almería, que suma su tercera victoria consecutiva, y una burbuja creciente en medio de la circulación de Osasuna. Aunque uno de sus futbolistas seguro que encuentra un pequeño resquicio de alegría, o no, ya se conoce su carácter.

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Sobre la firma

GORKA PÉREZ
Es redactor de la sección de Economía y está especializado en temas laborales. Ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS. Antes trabajó en Cadena Ser. Es licenciado en Periodismo por la Universidad del País Vasco y Máster en Información Económica de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo.

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