La playa y la calle

Neymar ha caído de pie en el campo del Barcelona y la afición le perdona hasta los controles que hace mal. A Messi la grada empieza a verle con preocupación. Normal, tan lejos como está de ser el que fue. Messi no es Messi y al Barcelona le guía ahora una nueva luz, la de Neymar, para sacarle de las sombras en las que viviría a la estela del argentino, encallado. Ayer, en su primer derbi, Neymar no jugó el mejor partido de su vida, pero dejó dos regalos. Uno a Alexis, para que marcara el gol que decidió el partido, su séptimo tanto en lo que va de Liga; y otro para la memoria, un regate sin tocar el balón sobre la salida de Casilla, que no sirvió para mucho más que para alimentar el debate de si se tira o no. Vuela Neymar y al tiempo, se desespera Messi, que encadenó el cuarto partido consecutivo sin ver puerta, algo inaudito. Acostumbrados a tanto, lo de Messi sabe a casi nada.

Leo perdió ayer la comparación con Neymar, al menos a ojos de la hinchada, que no del equipo, por mucho que los números que dejaron al final del partido les emparejen, hasta el punto de que el rosarino tocó la pelota 53 veces y el paulista, 52; Leo perdió 10 veces el balón, por nueve el brasileño, que remató dos y completó cuatro; Neymar amagó 11 veces y salió airoso de seis. De uno de esos regates salió el pase que empujó a gol Alexis y decidió el duelo. La asistencia del brasileño, que pasó entre las piernas del lateral, es su octavo pase de gol en lo que va de año. Neymar tuvo ocasión de regalarle una diablura al Camp Nou que remite a Pelé en las semifinales del mundial de 1970 contra Uruguay y a Romario, también contra los charrúas, en el partido que clasificó a Brasil para el Mundial de 1994, un regate sin tocar el balón, una jugada que sabe a playa y que conmovió al estadio. Otra vez vuelve el fútbol de playa, como en tiempos de Ronaldinho, y de nuevo está Messi en representación del fútbol de calle, ahora en un claroscuro.

“Neymar tiene capacidad de desborde, también de atraer a mucha gente, y eso es importante porque deja muchos espacios”, aseguró Zubizarreta, que defendió a Messi: “Cuando está en el campo, nunca se le echa de menos. No hay que juzgar a Messi por los goles que marca sino por lo que aporta”. En ese sentido se expresó también Aguirre, el entrenador del Espanyol: “Messi es Messi y siempre lo será”, dijo antes de mostrar su sorpresa por la rápida integración del brasileño: “Me ha sorprendido la velocidad con la que se ha adaptado al fútbol europeo. Sabía de su calidad, pero sospechaba que iba a tardar un poco más. Parece que lleva años aquí, es un chico humilde y creo que ha sido un acierto ficharle, potencia una gran plantilla. Es un gusto compartir liga con gente de este nivel”, cerró el mexicano.

No hay que juzgar a Messi por los goles que marca sino por lo que aporta" Zubizarreta

“Me cuesta venir y hacer un análisis de Leo partido tras partido”, refunfuñó Martino. “Es el jugador más importante de un equipo repleto de figuras importantes, ofrece todo lo que es capaz y no le veo preocupado”, insistió, como el día anterior. Aceptó, en cualquier caso, que resulta “raro” que lleve cuatro partidos de Liga sin marcar, pero recordó que lo hizo contra el Milan por entremedio. “No lo veo desesperado, ha asistido bien, ha tirado un tiro libre que por milímetros no fue gol, y está encantado de hacer lo que hace. Convengamos que puso la vara tan alta que medirlo cuando no hace un gol es todo un problema”, añadió el técnico. Por último, desdijo a quienes aseguran que, en noviembre, ya tiene la cabeza puesta en el Mundial. “No, va a pensar en el Mundial después del 26 de mayo”, dijo el Tata en referencia al día en que se juega la final de la Copa de Europa.