_
_
_
_
_

Vettel también corre los viernes

Los registros de eficiencia del alemán en los entrenamientos, que han pasado del 40 al 90% tras el verano, con cuatro de las últimas cinco 'poles', reflejan el salto de calidad del RB9

Oriol Puigdemont
Sebastian Vettel celebra la victoria en Suzuka.
Sebastian Vettel celebra la victoria en Suzuka. Koji Sasahara (AP)

Sebastian Vettel es cada vez más selectivo a la hora de dedicar su tiempo a conceder entrevistas, y según dicen en su entorno eso se debe a que se aburre de responder siempre a las mismas preguntas. Sin embargo, como del contrato que une a los equipos con el promotor (FOM) no se libra nadie, Vettel ha tenido que hacer frente a la cuestión que le persigue desde Bélgica, después del verano, donde logró la primera de las cinco victorias de carrerilla que han pillado a trasmano al resto y sentenciado el Mundial. ¿Qué secreto encontró Red Bull? “No creo que tengamos una respuesta concreta, no hay una parte única que le hayamos colocado al coche que nos haya hecho ser competitivos de la noche a la mañana. Simplemente desplazamos a Spa un bólido más competitivo que el que tuvimos en Hungría [antes de las vacaciones]”, argumenta por decreto el alemán cada vez que se le piden explicaciones. “A partir de entonces”, prosigue, “nos hemos centrado en ir mejorándolo. Los demás han hecho lo mismo, pero nosotros hemos ido incorporando muchas piezas de forma progresiva y la mayoría han funcionado”.

Red Bull ha tardado medio curso en pillarle el punto al monoplaza, pero cuando ha hallado el camino, se ha vuelto inalcanzable

Uno podría pensar entonces que el proceso de validación de datos de la estructura energética es mil veces más fiable que el del resto. Es algo indudable, pero a ello ayuda de forma decisiva el contrastado talento de Adrian Newey, su director técnico, y el tremendo potencial económico de la marca, superior a los 250 millones de euros. Sin embargo, contar con eso y con un piloto como Vettel no implica llegar al éxito inmediatamente. Al igual que ya ocurrió el año pasado, Red Bull ha tardado medio curso en pillarle el punto al monoplaza, esta vez un poco menos, pero cuando Newey y su tropa han hallado el camino y encontrado las hechuras del RB9, el ‘bicho’ se ha convertido en un proyectil inalcanzable a medida que le han ido aplicando los nuevos complementos.

“En verano conseguimos entender el coche y eso nos permitió reaccionar más rápidamente y calibrarlo bien. Desde entonces, los cambios que le hemos aplicado los viernes por la noche nos han permitido dejarlo cerca del 100% de su rendimiento en las cronometradas”, detalla Vettel, que en Suzuka volvió a cruzar la meta deshaciéndose en elogios hacia su taller –“gracias por haberme dado un coche tan fantástico de nuevo, sois el mejor equipo del mundo”, soltó por la radio–.

La escudería de Milton Keynes dispone de una cintura de goma que le permite darle la vuelta al monoplaza en unas seis o siete horas, incluyendo el rato que se emplea en la toma de decisiones y el que requiere desarmar el prototipo y volverlo a montar (unas cuatro horas). Esas largas noches de los viernes a base de Red Bull permitieron que el tricampeón no se despegara en ningún momento de la parte alta de la tabla cuando más apurado estaba. Ya después de las vacaciones y como reconoce él mismo, la base del RB9 dio un salto de calidad tremendo, y eso es una evidencia que los números ratifican. De los diez primeros grandes premios, Vettel se fue a dormir el viernes como el más rápido en cuatro de ellos. De los cinco que se han disputado después lo ha hecho en cuatro ocasiones, mientras que en el otro (Corea) terminó con el segundo mejor tiempo, a solo una décima de Lewis Hamilton.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_