Salom y la última curva

La sesión de clasificación le había devuelto la confianza. Luis Salom llevaba dos grandes premios perdido en tierra de nadie, sufriendo en los entrenamientos, discreto los domingos de carrera, en los que salvó sendos cuartos puestos. Apeado del podio de Moto3 en Misano y Aragón, el líder de la categoría vio cómo en las últimas pruebas había asomado por la tabla Àlex Rins, un talentazo, para complicarle la pelea por el título con Viñales. Antes de que se apagara el semáforo en Sepang solo 12 míseros puntos separaban a los tres jóvenes españoles en la clasificación general. Al ondear la bandera de cuadros fueron 26. Y Salom respiró hondo. Dice que no tiene nada ganado todavía. Y no le falta razón. Pero ha vuelto el Salom imposible de la primera mitad de la temporada. Ese al que era una pesadilla ganar en la última vuelta.

Carrasco, primera española que puntúa

Tiene en la pista el mismo desparpajo que mostró al declarar que a los chicos no les gusta que les gane una niña como ella. Se ha tomado su debut en el Mundial con calma y sin presiones, alejada de los focos. Ana Carrasco (Murcia) solo tiene 16 años, edad mínima para competir en el Mundial de motociclismo, pero ya sabe que lo que quiere es llegar a MotoGP, aunque para ello deba de trabajar el doble de horas en el gimnasio. De momento, en una categoría que todavía no le exige tanta fuerza para dominar la moto, va paso a paso. Y en Malasia subió un peldaño más: terminó la 15ª clasificada y logró su primer punto de la temporada. Es la primera mujer española en lograrlo y la cuarta de la historia que suma puntos en una prueba del Mundial. Para celebrarlo se dio, o mejor, le dieron, un chapuzón en la piscina del hotel. Su equipo se lanzó al agua con ella en brazos. “Ahora hay que seguir trabajando igual de duro y conseguir muchos puntos más”, señaló.

Este domingo bajo el bochorno de la primavera malaya Salom se reencontró con su mejor versión en la última vuelta, volvió a vencer en la última curva, echando mano de esta estrategia que tan bien le había funcionado hasta ahora. En esa última horquilla, en la que termina la contrarecta de Sepang y empieza la recta de meta, fue donde le tomó el interior a Rins, magnífico en su ataque al liderato. Aunque no pudo esta vez con el mallorquín. “Ha sido la carrera más difícil que he hecho este año. Una carrera muy dura”, dijo empapado en sudor el más veterano de los tres aspirantes al título (tiene 21 años), pillo y trabajador.

Anduvo el piloto del equipo oficial de KTM toda la prueba peleándose con los dos chicos del equipo de Emilio Alzamora, Àlex Rins y Àlex Márquez. Entre los tres se deshicieron pronto de Masbou, clasificado en la primera fila de la parrilla, séptimo a su paso por meta. Les separaban escasas décimas, se iban turnando a la cabeza del pelotón, como si ninguno quisiera asumir el riesgo de guiar a los demás, conscientes como son de cómo martiriza eso a sus pequeñas máquinas, de cómo destruyen las ruedas cuando intentan la escapada. Y a falta de cuatro carreras no es momento de experimentos. Aunque al final, justo a alcanzar la novena vuelta, cuando se había corrido la mitad de la prueba, Rins tomó el mando. Y eligió mal. O bien, quién sabe. Lo cierto es que no pudo frenar el empuje de Salom en el último giro.

A falta de una vuelta se puso el mallorquín primero al paso por meta, pero Rins le recuperó la posición en la cuarta curva, un ángulo pronunciado, de unos 70 grados. Pero Salom esperaba a la última curva. Y allí le pilló el interior. Y el barcelonés, que intentó ganar velocidad con la aspiración, amagado tras la rueda de aquel, no pudo responder.

En tercer lugar se coló el portugués Oliveira, para dar buena cuenta de lo que había sido la carrera. Una lucha por el podio de la que participaron más pilotos que nunca. Fue imposible para Salom y compañía desembarazarse del pelotón, lo que favoreció los adelantamientos múltiples durante gran parte de la carrera. Tras seis vueltas el grupo delantero, habitualmente de unos cuatro pilotos, era de 12. Y se llegó al ecuador de la carrera con ocho corredores con aspiraciones de subirse al podio. En aquel barullo se perdió Maverick Viñales, que se descolgó a falta de seis giros y aunque pudo recuperar la rueda del grupo por los adelantamientos en cabeza terminó cayendo a la quinta plaza, adelantado por Oliveira y Márquez, que está firmando un magnífico debut en el Mundial. Viñales, que no ha ganado desde que lo hizo en Le Mans está ya a 26 puntos de Salom. Aunque en tres carreras pueden pasar muchas cosas.