Un chaval de 16 años asombra al superar a los mejores triplistas de la ACB
Josh Ruggles certifica su afamada puntería dada a conocer por Youtube y doblega a Carroll en una gran final
El sueño de un adolescente se hizo realidad en el Buesa Arena de Vitoria. Josh Ruggles, un chaval nacido en Chicago hace 16 años, se impuso a los más consumados tiradores de la Liga Endesa, a Jaycee Carroll, a Andrés Nocioni, a Scott Wood, a todos los que se le pusieron por delante en el concurso de triples. Fue una velada sin precedentes, un acontecimiento inédito, asombroso. Fue posible porque la ACB, buscando siempre nuevos alicientes y más espectáculo, tuvo a bien invitar al chaval. No se trataba de un aficionado cualquiera. Llamó la atención gracias a su puntería, por supuesto, pero también a su familia, que confió ciegamente en él y le dio toda la publicidad que pudo. Su madre grabó el vídeo que daba testimonio del récord Guiness de Josh: 135 triples anotados de los 147 que lanzó en cinco minutos. Su hermano Brandon colgó ese vídeo en Youtube y lo promocionó a través de Twitter. A partir de ahí, la fama. Una frase de Phil Jackson, el entrenador de los 11 anillos, avaló la gesta: “Gran ritmo en esos tiros que necesitan mucha práctica”.
Faltaba saber si Ruggles era capaz de hacer frente a la presión, en una competición frente a profesionales, tipos curtidos, muchos de ellos con porcentajes superiores al 42% de acierto en los triples la pasada temporada. Y el chaval de Illinois dio la talla. Superó a Wood en la primera ronda, a Nocioni en la segunda y a Carroll en una sensacional final. Ruggles tiró primero y sumó 25 puntos, es decir solo falló un balón de cada uno de los cinco que contenían los cinco carros que se debían vaciar en un plazo de un minuto. Carroll se las vio y se las deseó, pero consiguió sumar también 25 puntos. En el desempate el tiempo se limitaba a 30 segundos y en ellos, Ruggles fue más rápido y certero con 14 puntos, por los 12 de Carroll.
¿Mi secreto? Practicar y fijarme en los mejores” Josh Ruggles
El chaval recibió un trofeo de manos de Eduardo Portela, presidente de honor de la ACB, y no pudo recoger el cheque de 4.000 euros con el que se premia al ganador porque la reglamentación para estudiantes deportistas de EE UU le impide percibir premios económicos. Pero, en cualquier caso, nada le impidió hacer realidad un sueño. “No era fácil, debido a la presión porque era la primera vez que me medía con los mejores jugadores de una Liga profesional”, explicó Ruggles. “¿Mi secreto? Practicar y fijarme en los mejores”.
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