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La épica de Cristiano

Sin casi juego, el Madrid vuelve a remontar en el tiempo extra con un gol del portugués al Levante

Jesé, Arbeloa, Varane y Modric celebran el gol de Cristiano.
Jesé, Arbeloa, Varane y Modric celebran el gol de Cristiano. Alberto Saiz (AP)

Se quitó la camisa y exhibió la musculatura del increíble Hulk. Marcó Cristiano Ronaldo en el minuto 93, unos segundos antes del final. A este Madrid sin un juego apreciable le va la épica de las remontadas. Como si fuera parte de su piel, de su tradición de tantos años. No reacciona a menos que le pinchen. Lo hizo un excelente Levante a través de goles en contra: El Zhar daba la victoria con el suyo a los granota en el 85. Vibraba el Ciutat de València con el esfuerzo glorioso de sus chicos hasta que el mazo de Morata y de Cristiano sumió al estadio en la incredulidad. El triunfo blanco no maquilla las enormes carencias madridistas, entre ellas su falta de fluidez en la medular, pero sí advierte de que este equipo es mucho más con Marcelo y Morata dentro, protagonistas indiscutibles del último tramo.

A partir de la rigidez de Khedira como eje, el Madrid se desplegó en el primer tiempo con la lentitud de un dinosaurio, facilitando el repliegue intensivo del Levante, feliz de guarecerse en torno a Keylor Navas. Sin un mediocentro para gobernar el choque ni laterales que patearan la línea de fondo (sorprendente la suplencia de Marcelo), el cuadro de Ancelotti tardó tanto en arrancar que se marchó al descanso con la sensación de no haber jugado. El lenguaje corporal de Cristiano Ronaldo delataba la irritación de los delanteros blancos, desconectados del partido. El primer tiro a puerta llegó en el minuto 29, de una falta de Cristiano desde unos 35 metros. CR7, el futbolista mejor pagado del planeta, acabó desquiciado el primer periodo, persiguiendo sombras cuando los zagueros granota se pasaban la pelota. Tan solo alguna avanzadilla por el extremo derecho de Di María, al filo del descanso, causó desazón en la grada levantinista. Un síntoma peligroso se cierne sobre Benzema: la fobia al área contraria. Huye de ella y se siente más cómodo cuanto más se aleja, acomodado en el toque en la zona de tres cuartos.

LEVANTE, 2-REAL MADRID, 3

Levante: K. Navas; P. López, Rodas, D. Navarro, Juanfran; Diop, Simão; Xumetra (El Zhar, m. 67), Ivanschitz, R. García (Pinto, m. 89); y Babá (Barral, m. 77). No utilizados: J. Jiménez; Vyntra, Nikos y Adova.

Real Madrid: Diego López; Arbeloa, Varane, Sergio Ramos, Coentrão (Marcelo, m. 59); Khedira, Modric; Di María, Isco (Morata, m. 69), Cristiano; y Benzema (Jesé, m. 79). No utilizados: Casillas; Pepe, Carvajal e Illarramendi.

Goles: 1-0. M. 57. Babá. 1-1. M. 61. Sergio Ramos. 2-1. M. 61. El Zhar. 2-2. M. 90. Morata. 2-3. M. 93. Cristiano Ronaldo.

Árbitro: González González. Amonestó a Khedira, Arbeloa. P. López y Cristiano.

25.000 espectadores en el Ciutat de Valencia.

El Ciutat de València despidió puesto en pie a sus muchachos al final del primer periodo. Los chicos de Caparrós jugaron sin ningún complejo, como si la distancia entre ellos y los madridistas fuera recuperable con ilusión. También algunas dosis de calidad por parte de Rubén e Ivanschitz para entretener la pelota. Y lanzar a Baba, el típico delantero potente que acaba cuajando en un equipo tan habituado a jugar en largo como el Levante. Hubo tajo para un finísimo Varane, titular para Ancelotti a poco de haberse recuperado de la rotura de menisco, relegando a la suplencia a Pepe. Y también para Diego López, que repelió, a mano cambiada, un trallazo de Baba, en una preciosidad técnica por parte del portero gallego. Ancelotti no reaccionó en el descanso. Ni un solo cambio, como si pudiera estar satisfecho de un rendimiento tan escuálido. El Levante arrancó la segunda parte con la misma sensación de superioridad con que la terminó. Marcelo ya estaba calentado en la banda. Ramos y Varane achicaban agua. Benzema se esforzaba por defender. Solo Ronaldo, con un disparo raso al palo, trató de combatir el desastre.

Un desmarque, a veces, vale un imperio. Como el del pequeño Rubén en la contra demoledora del Levante. Modric llegó tarde a cerrar el arranque de la jugada. Xumetra condujo y oteó el horizonte: dos delanteros (Rubén y Baba) contra dos defensas (Ramos y Varane). El interior metió el pase a Baba justo después de la maniobra de despiste de Rubén. Dudó Varane y descuidó a Baba, que remató a placer.

Ante el abismo, Ancelotti dio paso a Marcelo y este le inyectó al Madrid la ambición que le había faltado hasta entonces. El espíritu de Sergio Ramos apareció al segundo palo, se zampó a Xumetra y remató de volea un centro de córner de Di María. El Madrid estaba desatado y Benzema, sin querer, paró con el cuerpo el cabezazo a gol de Ramos.

Morata fue la segunda bala de Ancelotti. El chico había marcado en este campo al final del encuentro del pasado ejercicio. O sea, se sabía el camino. Suplió a un irrelevante Isco. El técnico italiano dispuso para el último cuarto de tres delanteros: Cristiano, Benzema y Morata. Y, sin preámbulos, el Madrid comenzó a llegar por aplastamiento ante Keylor Navas. Pero a Marcelo le jugó una mala pasada ser un zurdo tan cerrado: sin ninguna oposición, disparó alto con la derecha.

Benzema fue el sacrificado por Ancelotti para el último tramo. Entró Jesé. Ante las embestidas finales, la defensa granota cerró sus filas. Y su barrera al tiro de falta de Cristiano. Caparrós firmaba el final del encuentro. El Levante aguantaba con uno menos, mientras atendían a Diop en la banda. Y le enviaron un balonazo a Barral para que lo entretuviera. Hizo mucho más. Lo escondió entre tres rivales y lo envió al centro a único espacio libre de la zaga madridista. Lo ocupó El Zhar, de espaldas a la portería, protegió el cuero con el alma, aguantó las embestidas y se revolvió justo para marcar. Los aficionados granota daban por finiquitado el partido, sin contar con que la épica madridista reaparece cuando nadie se la espera. El tiro cruzado de Ronaldo, tras el suspense de golpear en el otro palo, es la exaltación del adn del Bernabéu.

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