Rakitic emula a Suker
Un gol de ariete del croata da tres puntos de oro en el descuento a un Sevilla fundido ante un digno pero ingenuo Almería (2-1)
Necesitaban mucho el triunfo el Sevilla y el Almería, perdido en la medianía el equipo de Emery y colista el dirigido por el joven Francisco. Los hispalienses tuvieron 20 minutos más que aceptables, propiciados por el error infantil de los visitantes en el gol de Gameiro. El resto fue barullo y confusión. Les pesan las piernas. El Almería, de buen toque y poco patadón, salió respondón tras sobreponerse a su pueril regalo. No le perdió nunca la cara al encuentro y tuvo en Rodri a su mejor hombre, con un gol y una clara ocasión salvada por Beto que pudo ser el 1-2.
Le tumbó la carrera hacia el triunfo de Rakitic, quien a pesar de estar fundido tuvo arrestos para emular a su compatriota Suker y anotar un golazo de cabeza en el descuento. El pase lo dio Marin en una jugada en la que mostró, al fin, la calidad que se le presupone. Un gol que liquidó a ese aceptable Almería que cedió dos goles imperdonables. Uno a los seis minutos y otro en el descuento. El golazo de Rakitic tapa muchas carencias en el Sevilla, pero los proyectos se enderezan con triunfos. Igual en ese estupendo remate del croata comienza una nueva era en el equipo de Emery, un técnico señalado por su grada.
SEVILLA, 2 - ALMERÍA, 1
Sevilla: Beto; Diogo, Fazio, Pareja, Alberto; Rakitic, Iborra (Cristóforo, m. 71); Jairo (Trochowski, m. 81), Marin, Rabello; y Gameiro (Bacca, m. 46). No utilizados: Varas; Coke, Fernando Navarro y Perotti.
Almería: Esteban; Nelson, Pellerano, Trujillo, Christian; Tébar (Azeez, m. 59), Verza; Aleix Vidal (Barbosa, m. 63), Suso (Soriano, m. 88), Dubarbier; y Rodri. No utilizados: Ustari; Torsiglieri, Óscar Díaz y Corona.
Goles: 1-0. M. 6. Gameiro. 1-1. M. 23. Rodri. 2-1. M. 92. Rakitic.
Árbitro: Iglesias Villanueva. Amonestó a Verza, Rodri, Iborra, Christian, Alberto Moreno, Fazio, Suso, Cristóforo y Soriano.
Sánchez Pizjuán. Unos 35.000 espectadores.
El Almería lo tuvo cerca, pero no puede ser tan ingenuo. Hubo momentos en la segunda parte en los que estuvo más cerca del triunfo que el Sevilla. Sin embargo, desde muy temprano se le puso todo de cara a los locales.Apenas habían pasado seis minutos cuando Christian sacó de banda de forma equivocada. Hacia su área, en busca de Esteban, sin ver que un rayo se cruzaba en el camino. Gameiro sorteó al meta exsevillista y marcó a puerta vacía. Un error imperdonable en el colista, un Almería al que desgraciadamente le pierden las buenas formas.
El gol sosegó al Sevilla, dispuesto, por fin, a tener una tarde plácida. Con ventaja en el marcador adquiría más sentido la decidida vocación atacante de Emery, con solo un centrocampista defensivo, Iborra, y una multitud de mediapuntas para atacar la defensa del Almería en carrera. Disfrutó el Sevilla de los mejores minutos de la temporada, ensimismado en su superioridad, feliz al fin con el juego de Marin y el control de Rakitic. Iborra lanzó al palo y Jairo desaprovechó un balón de oro de Diogo para hacer el segundo.
Tan confiado estaba el Sevilla de su superioridad que sospechó como algo insospechado un zarpazo del Almería. Pero llegó. Un mal control de Rabello y una buena anticipación de Pellerano permitió que el balón le llegara a Suso. El mediapunta de Cádiz, procedente del Liverpool, le colocó al hueco, donde emergió letal Rodri para batir con suavidad a Beto. Así llegó el gol del empate, de forma suave, sin que nadie lo esperara. Un prodigio de eficacia del Almería, que marcó en su primera aproximación. También una señal de lo fácil que es hacerle un gol al Sevilla. Quizás por la lentitud de Fazio y Pareja, también por la incapacidad de Rakitic para seguir a Suso. Al croata se le acumulan minutos, pues lo juega todo en el Sevilla.
La tarde plácida se le torció al equipo de Emery. Beto salvó ante Aleix y el bíceps femoral le jugó una mala pasada a Gameiro. El delantero francés, sin duda el mejor argumento en ataque del Sevilla, se marchó lesionado después de errar una buena ocasión. La magia se había esfumado del Sevilla mientras el Almería respiraba. Le tocó a los de Emery un segundo tiempo en plan dominador, pero sin chispa. A Rakitic se le vio sin fuelle y solo en las carreras de Jairo encontraba aire el equipo sevillista. El Almería, sin sufrir demasiado, se iba trabajando un punto en busca de una oportunidad para llevarse los tres. La presión del Sevilla era más aparente que real, perdida en un millón de pases al pie inocuos, sin profundidad. Una falta de ideas llamativa cuando, a priori, es un equipo en el que abundan jugadores de talento. Perdonó Rodri el 1-2 y entonces llegó la carrera de Rakitic y su gran remate. Un gran colofón al centro de Marin. Premio excesivo para un gris Sevilla.
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