Las malas sensaciones de Kevin
El sevillano, subcampeón de Europa en pista cubierta, sufre para superar la primera ronda del 800 en la que también se mete su compañero Marco
Kevin López y Luis Alberto Marco son compañeros de entrenamientos en Sevilla desde hace años y se conocen muy bien. Por eso cuando Marco ha visto hoy desde la sala de llamadas el 800 de su compañero, una carrera que no debería haber planteado mayor problema al subcampeón de Europa de pista cubierta, sabía que algo no iba del todo bien: “Yo que lo conozco, al paso de la primera vuelta le veía rarillo. He pensado: ‘Kevin no va muy bien` y en la última recta ya se ha visto que no ha podido sacar ese esprín letal que él tiene”, ha explicado después de su carrera. Ambos se han metido por tiempos en las semifinales de mañana, pero la duda se ha instalado en Kevin López, una de las grandes bazas del equipo español en los Mundiales de Moscú.
Lo que más me fastidia es lo mal que me he encontrado y no sé por qué. Si es el viaje, que no he dormido bien..." Kevin López
“Las sensaciones han sido malísimas”, reconocía el campeón de España nada más terminar su prueba en la jornada de la mañana, calurosa y muy húmeda. “Lo que más me fastidia es lo mal que me he encontrado y no sé por qué. Si es el viaje, que no he dormido bien o simplemente que ha salido un día malo y ya está”.
Junto a él han corrido el polaco Ksczot, que le ganó en el Europeo, y que exhibe un amenazador baile de golpes en el pecho, en los brazos y en las piernas, para activar los músculos antes de la carrera, y el americano Johnson. Kevin debía asegurar esa tercera plaza que daba el pase directo a las semifinales. Pero las teorías las ha destrozado el ugandés Musagala, que ha ganado la serie y ha dejado a Kevin López y su 1m 46,61s en la lista de espera de los seis atletas que serían repescados por tiempos.
Quedaban todavía cuatro carreras, una treintena de corredores, algunos de los favoritos en una prueba huérfana por la ausencia del plusmarquista y campeón olímpico y mundial, David Rudisha. Entre ellos estaba Marco, que, en la siguiente, también ha entrado cuarto y con mejor tiempo que su compañero: 1m 46,40s.
Para Marco buena parte de los objetivos de la temporada están cumplidos. Su compañero los tiene en el aire porque él sabe que corre para ser finalista. Lo preocupante, además, es que el pinchazo de Kevin ha sido físico cuando el sevillano, más delgado que el año pasado y tras hacer la puesta a punto final en Segovia, llegaba a la gran cita del año en un gran estado de forma (ha corrido este verano en 1m 43,93s). Él mismo ha reconocido que la suya ha sido una carrera limpia, en la que no se ha sentido encerrado y en la que ha llevado la táctica que prefería, colocarse tercero y esperar: “Simplemente me han faltado fuerzas. He llegado hinchadísimo de piernas, no es que me hayan faltado metros, he llegado supermal”.
Tiene un día para reponerse, física y psíquicamente, y luchar por un puesto en la final, que es su objetivo en Moscú y que ya se le escapó el pasado verano en los Juegos de Londres. “Mi aspiración aquí era llegar a la final y si ya una eliminatoria me cuesta tanto, pues me fastidia un poco”
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.