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“Confiar en mi entrenador me llevó al éxito”

Tras 12 años compitiendo en pruebas internacionales, la catalana afronta su mayor reto: alcanzar una medalla en aguas abiertas

Robert Álvarez
Erika Villécija en las piscinas de Montjuïc
Erika Villécija en las piscinas de Montjuïcalejandro garcía (EFE)

Erika Villaécija lleva más de 12 años compitiendo en grandes pruebas internacionales, en ocasiones con resultados brillantes, siempre batalladora y tenaz en pruebas de una exigencia enorme y con una competencia feroz como los 800 y los 1.500 libre. Hoy tratará de culminar un desafío pionero en la natación española, el que emprendió, contra la opinión de muchos, hace dos años y medio: alcanzar una medalla también en aguas abiertas. El reto es en el circuito de 10 kilómetros del Port Vell de Barcelona, la ciudad donde nació hace 29 años.

Pregunta. ¿Qué significan estos Mundiales para usted?

Respuesta. Es un campeonato muy especial. Lo que ha rodeado la campaña de publicidad de los Mundiales en la que me han dado protagonismo es gratificante. Paseas por Barcelona y te ves en todos lados. También me eligieron para pronunciar el juramento en representación de los deportistas en la inauguración. Eso me enorgullece. Después de todo lo que he vivido como deportista se me reconoce de una manera especial, y además en mi casa.

P. ¿Cómo afronta la competición?

R. Me lo tomo con más calma que otras veces. Pienso que se tiene que disfrutar y no pasarlo mal. La época de sufrimiento es en los entrenamientos. Con los años he aprendido que en la competición se debe disfrutar. Aquí tengo muchas ganas, mucha ilusión. El trabajo está hecho, y bien hecho, y lo que queda es competir al 100%. Nadar aquí será un premio a los años que llevo nadando. Que me salga bien es el mejor reconocimiento que me puedo hacer a mí misma.

P. Fuera de la piscina ha sufrido lo suyo, especialmente desde que la federación rescindió el contrato con su entrenador, Joan Fortuny.

R. Ha habido años en los que he tenido bastantes problemas, de todo tipo, y me he sentido un poco de lado, también por el tema de que a Joan no le permitían estar conmigo en las competiciones. Pero eso, aquí lo hemos medio arreglado, gracias al Comité Organizador. Es un sueño.

P. Confía ciegamente en él.

R. Sí, se aprende de todo. Al final, lo que vale es la confianza que hemos tenido mi entrenador y yo. Es lo que nos ha llevado a tener éxitos. Es en quien confío y con quien deseo seguir entrenándome.

Me dijeron que no era compatible aguas abiertas y piscina. He demostrado que sí”

P. ¿Qué tiene?

R. Es una persona muy directa. Te dice las cosas cuando te las tiene que decir y a la cara. A la hora de entrenar es muy estricto y muy exigente. Pero después, cuando tienes algún problema, es el primero que te ayuda e intenta encontrar soluciones para que no te afecte. Hemos pasado de todo, pero no vale la pena recordarlo. Hay que pensar en la competición que es lo más importante.

P. ¿Finalmente podrá tenerlo cerca durante la competición?

R. Joan no podía estar. Llevamos cuatro años en esta situación. No es lo ideal para competir. Siendo en casa es una lástima. Por suerte, se ha arreglado y tendrá una acreditación. Puede estar junto a mí durante los entrenamientos y cerca cuando compita. Yo tampoco exijo que esté dentro del equipo. Me da lo mismo. Lo que quiero es que esté en la piscina y pienso que así será.

P. ¿Cuándo y por qué se decidió por compatibilizar la piscina y las aguas abiertas?

R. Fue en 2010. Es una disciplina que permite alargar la carrera deportiva, parecido a lo que hacen los atletas. Tengo bastantes oportunidades y puedo hacerlo bien. Me imponía respeto por su dureza, por lo larga que es y por el tema táctico. Es difícil de nadar, hay golpes y nunca nadas en un escenario parecido al anterior.

P. ¿Y los referentes son tan claros como en la piscina?

R. Sí. Siempre hay cuatro o cinco favoritas, pero nunca sabes quién ganará. Lo importante es estar delante, saber qué hacen las que están en cabeza, para jugártelo todo en el sprint final.

P. ¿Ha tenido que variar su preparación?

R. No mucho. He trabajando especialmente la resistencia, pero es que para el 1.500 también se tienen que nadar muchos metros, y al mismo tiempo rápido, lo que me conviene para afrontar el final de los 10 kilómetros.

P. ¿Cómo se tomó en el mundillo de la natación su decisión de competir en aguas abiertas?

R. Muchos me comentaron que no era compatible. Yo pienso que sí y lo he demostrado. Me siento un poco pionera. Lo probé, y desde entonces, otros nadadores lo han intentado. Ser un ejemplo, hace sentirme orgullosa. Lo probé y ha salido bien.

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Sobre la firma

Robert Álvarez
Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, se incorporó a EL PAÍS en 1988. Anteriormente trabajó en La Hoja del Lunes, El Noticiero Universal y el diari Avui.

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