Contra la fuerza, la rapidez
La selección masculina explotará la velocidad en el juego para competir contra Serbia, Italia y Croacia, principales favoritas a las medallas
En Montjuïc, balcón sobre la playa de la Barceloneta donde hace más de cien años se jugó el primer partido de waterpolo en España, la pelota vuelve a la pileta de la Picornell. En plena crisis de un deporte en proceso de regeneración, castigado por la falta de recursos económicos, inmerso en un cambio generacional post-olímpico, pero dispuesto a competir como lo lleva haciendo desde hace treinta años, la selección española de waterpolo masculino se mide hoy a Nueva Zelanda en el partido que marca el punto de partida en el Mundial.
España busca darle vuelta al estilo, consciente de que para competir por las medallas con Croacia, Italia y Serbia no le alcanza con los métodos tradicionales. A falta de dinero para pagar el tiempo de trabajo y participar en competiciones que aumenten el nivel del equipo, en la plantificación se ha impuesto la imaginación, en lo táctico y en lo físico.
El seleccionador, Rafa Aguilar, que trabajó con un grupo de 24 jugadores, finalmente ha terminado de meter sangre nueva, al convocar a Munárriz (18 años), De Lera (20), Alarcón (21) y Estrany (24), en sustitución de Mallarach, Mario García y del mítico Iván Pérez, que como David Martín, ahora ayudante técnico de Aguilar, han colgado el gorro. Sin el boya de referencia hispanocubano, el equipo se busca a sí mismo, como grupo y en el perímetro. España, que usó a tres boyas en los Juegos de Londres —donde fue sexta—, enfila ahora un nuevo camino. Pasa por la velocidad de ejecución, evitando ataques largos. Contra el músculo de los favoritos, el equipo español apostará por ser más rápido que nadie en la ejecución y terminación de las jugadas.
“Somos jugadores en nuestra plenitud y eso nos tiene que dar la confianza necesaria para encarar con optimismo esta cita”, dice Guillermo Molina, el capitán español, de vuelta al grupo. El ceutí, que alcanzará las 300 internacionalidades durante la disputa del que será el séptimo mundial de su carrera Barcelona’03, Montreal’05, Melbourne’07 —donde fue declarado MVP y logró el bronce—, Roma’09 y Shanghái’11 le contemplan— está llamado a liderar el grupo junto a Perrone, Xavi García y el portero, Iñaki Aguilar, a quien señalan como una de las estrellas del waterpolo español, que vuelve a casa en el balcón de Montjuïc.
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