“El Tour se ganó en el laboratorio de la Vuelta”

Aún han corrido en el Tour ciclistas mayores que el francés Nicolas Portal (1979) y el navarro José Luis Arrieta (1973), quienes, pese a su juventud, han dirigido a los dos mejores corredores del Tour, Chris Froome y Nairo Quintana. La dialéctica entre sus respectivos equipos, Sky y Movistar, ha marcado la competición. Como ciclistas, ambos pasaron por la escuela Echávarri, pero nunca coincidieron en el mismo equipo. Son las nuevas caras tras el volante.

Pregunta. ¿Sois como entrenadores de fútbol al que un presidente-mánager les hiciera semanalmente la alineación y les dijera: ahora juega y gana?

No se puede calcular todo, pero los anglosajones no lo entienden” Nico Portal

Nicolas Portal. Somos un equipo anglosajón, una compañía en la que cada uno tiene su trabajo. No es como los equipos franceses o los tradicionales, en los que uno solo puede hacer muchas cosas. Mi trabajo es solo este, dirigir el equipo en carrera, pero me exigen hacerlo a tope, tope, tope, profundizar al máximo en la táctica diaria, en el trato con los corredores…

José Luis Arrieta. Nosotros somos un poco más mezcla. Hay un mánager que interviene más en el día a día, pero la planificación de la carrera y la comunicación con los corredores dependen de mí totalmente. Aparte, también es un poco como toda la vida, la relación con los mecánicos, cuidar el material, las bicis, qué lleva cada corredor… Pero eso quizás lo hago porque me gusta el tema. Pero al final, esto es un jefe, Eusebio, y los demás.

N. P. Pero este será el modelo que acabe imponiéndose. Un sponsor que pone mucho dinero en manos de un mánager y quiere saber dónde va el dinero. El mánager elige un director especializado en táctica y trato humano; la comunicación, otro especialista; el marketing, otra gente, el diseño de los maillots, las redes sociales… Y así todos los sectores, entrenadores, médicos, ingenieros, nutricionistas… Pero los fichajes y las renovaciones son cosa del mánager, Dave Brailsford. Yo puedo dar mi opinión, decir si es bueno o malo, pero si se queda en el equipo o se va lo decide Dave.

J. L. A. Antes el mánager lo hacía todo, fichaba, alineaba, dirigía, hablaba, comunicaba, contrataba, negociaba bicis, ropa, el sponsor, despedía… Ahora te consulta, pero lo que tú digas no es vinculante. La decisión es suya. Es un modelo diferente, el modelo Sky funciona, pero hay otros equipos con casi tanto presupuesto como Sky que no funciona, y nosotros, que somos intermedios, con un presupuesto más reducido y carencias, conseguimos nivel deportivo.

N. P. Sí, el modelo Sky no es una verdad absoluta. Va bien porque los ingleses son así. Les gusta este rigor y orden, el cálculo. Los latinos somos más de feeling. Creemos que esto es más un arte, es como cuando el pintor con el pincel crea magia, no se puede calcular, hacerlo todo números. Pero los anglosajones no lo entienden. Para ellos, uno más uno es dos. No entienden cuando les dices que a veces uno más uno es dos y medio. Solo cuando se lo demuestras lo cogen un poco.

J. L. A. En carrera, decido yo. El otro día fue decisión mía parar a Rui Costa [en la etapa de los abanicos]. Mucha gente la habrá criticado, pero yo estaba seguro de lo que estaba haciendo y lo hice. Y luego le dije a Eusebio, quien me dijo que estaba viendo la tele y que justo estaba para mandarme un mensaje para que parara a Rui. Y eso da tranquilidad. Lo que hacemos es pensar en segundos, en el momento, pero en ese tiempo valoras muchas cosas que has visto en el Tour. Y tenía superclaro a quién tenía que dejar adelante y a quién parar, por su fortaleza para ese momento y por sus debilidades.

N. P. Yo, antes de una carrera, hago un plan de rendimiento para cada etapa y fijando el rol de cada corredor. Esto se lo mando a Dave y a los otros capos, que lo validan siempre 100%, porque esto es para lo que me pagan. Soy el primer director, pero es mi primer año. El primer año estuve con los jóvenes, sin pinganillo. El segundo hice París-Niza, Dauphiné y la Vuelta, solo. Y allí ya confió en mí plenamente y me dijo que iba a ser todo el año el número uno. Ahora él es como el director de orquesta con la batuta, y yo, quizás, el primer violín. Él me dice: “yo no sé tocar el violín, es tu trabajo”. Y nunca me ha callado.

Lo que menos me gustó fue la bronca de Contador a Nairo en Gap” Arrieta

J. L. A. Para hacer la alineación yo doy ideas cuando se hace el boceto de las tres grandes, pero decide Eusebio el núcleo. Luego se tocan los matices… Y muchas veces el rendimiento de este equipo se basa en esos matices, porque Eusebio estudia muy bien los recorridos de las carreras y cambia los planes porque ve corredores mejor adaptados. Es lo que tú llamas espíritu latino.

N. P. Sí, nosotros tenemos ese feeling siempre, porque hemos sido corredores antes, pero tenemos en Sky que contar también con los entrenadores y con la táctica global del año, que marcan los jefes.

P. El director como conductor de tren.

N. P. El tren del año pasado era Bradley Wiggins, que no es Froome. Es más fuerte que Froome en contrarreloj, pero para subir no puede cambiar de ritmo. Y se hizo un tren para protegerlo de atacantes como Nibali. Y para montar la estrategia de Froome, que debía ser diferente, fuimos a la Vuelta para aprender para el Tour. Vimos cómo funcionan el Bala [Valverde], Alberto, el Purito… que son todos atacantes, pah, pah, pah, y ver cómo van, y ver si Froome podía participar en las guerrillas y cuánto tiempo aguantaría. Por eso empezamos la Vuelta a tope la primera semana, como si fuéramos a ganar, sin pensar en la clasificación final, porque fuimos a aprender. Y Froome aprendió allí a llevar el rol de líder. Fue idea mía usar la Vuelta como laboratorio, sí. Y yo también aprendí a ser el primer director.

J. A. A. Vosotros tenéis un potencial ganador en cada grande a la que vais, y así lo planificáis. Y hacéis equipo para defender siempre hasta en los momentos en que estáis en desventaja. Es lo que nosotros hemos hecho siempre, en la escuela Banesto de Echávarri, con Indurain. Es lo que sabemos hacer. Este año, con Quintana, hemos tenido que intentar lo contrario, hacer descarrilar el tren de otros, pero hemos visto que era imposible. Para arriba y en contrarreloj ha sido superior Froome. Su única debilidad fue ese domingo pirenaico…

N. P. Le faltó sangre fría a Porte ahí… Entonces le dije a Froome que lo que tenía que hacer era marcar al Bala.

Quintana lo ha demostrado. No ha dudado y esos muy pocos lo hacen” Arrieta

J. L. A. Ese día fue el único día que se os ha visto débiles. Pero luego Porte estuvo bien, porque estuvo a un minuto nuestro mucho tiempo e intentando romper su resistencia no pudimos atacar cuando tendríamos que haberos atacado, en Val Louron, y luego daba aire de cara. Es el único día que se podía haber atacado a Froome, pero aguantó Richie.

N. P. Pero está bien para el ciclismo, porque todo el mundo dice que Sky… pero nadie nunca había atacado al equipo, hasta este año. El año pasado le decía al anterior director, Sean Yates: “vale, el Sky está fuerte, pero ninguno os ha atacado”. Y este año ya nos han tacado un poquito, en el Giro, en el Critérium Internacional… Y el año pasado solo nos atacó Froome [con ironía].

P. Las grandes decisiones.

N. P. Dependen del equipo y del sponsor: ¿quién es el líder para cada carrera?, ¿se le debe sacrificar? El Sky no es propiedad del mánager, de Dave. Él está ahí para trabajar, y para imaginar los deseos del sponsor. Y a veces el sponsor prefiere quedar segundo que arriesgar a perderlo todo o a veces prefiere pensar solo en ganar. Y no sé el margen de maniobra de los líderes en otros equipos, pero en el Sky manda siempre el equipo, es un equipo no un hombre. Somos muy profesionales en ese sentido. El trabajo de Froome es ganar el Tour, el mío, tener al equipo cerca de él.

J. L. A. ¿No es un poco rígido ese esquema?

N. P. Puede serlo, pero es superprofesional.

J. L. A. Lo que menos me ha gustado fue el gesto de Contador con Nairo tras su caída en Gap. Fue a echarle la bronca al más joven y se equivocó, porque seguramente de los ocho que iban ahí, la persona con más carácter era Quintana.

N. P. Sí, sí. Se equivocó. Chris también es así. Y además le han encantado los ataques de Purito y de Nairo. Porque para Chris, cuanto más dura se hace una etapa, mejor. Cuando Nairo se iba, era mejor para nosotros, porque endurecía la carrera, y entonces solo se quedaban los mejores delante. Y ahí se maneja mejor. Por eso nunca le hemos dejado un centímetro. Es Nairo, tiene chispa, es el mejor escalador con Froome, y tiene cálculo.

Para Froome cuanto más dura una etapa, mejor. Por eso le gustan Nairo y Purito” Nico Portal

J. L. A. Y ha aguantado. Lo ha demostrado. En todas las subidas más especiales del Tour, de llegar a 50 por hora en el llano, coger el puerto y el tío no ha dudado. Y eso, muy pocos lo pueden hacer. Y no es que arrancara y se quedara… porque llegaba al final.

N. P. Soy del Gers, de la tierra de Ocaña, y me gusta más el ciclismo de ataque que el de defensa. Pero mi mejor día este Tour dentro del pelotón ha sido, curiosamente, cuando Froome se quedó solo en los Pirineos. Había muchos ataques, muchos puertos. Estaba tan concentrado en el último puerto que fue quizás el mejor día de toda mi carrera deportiva. Ese día sentí que Chris necesitaba mi presencia junto a él. Antes era guiar sin más por el pinganillo, pasa a la derecha, tira tú ahora, ahora el otro. Pero ese día fui muy importante: “Chris, tranquilo, mira”, le dije. “Mira bien, que los Movistar son ahora tu nuevo equipo. Tú siempre con Quintana o Valverde, nada más, y recuerda que el mejor equipo delante es Movistar. Y si te atacan Quintana o Valverde no creo que los Saxo puedan hacer nada, tú con ellos”.

J. L. A. Yo tuve un momento igual el otro día, en el abanico, pero no me sirvió de nada. Hay corredores que no necesitan que les digas nada, que solo les señales la carretera, pero hay otros que necesitan que les digas: “sube un piñón, baja, vas duro, ligero…”. Al final así les haces mantener la concentración, les haces estar atentos a lo que les digas. Y eso lo ves con unos corredores y con otros, no. Así que no es todo tan exacto.