Una campeona de nuevo cuño

Sabine Lisicki llora, pero son lágrimas de alegría. Acaba de llegar a la final de Wimbledon, que disputará contra la francesa Bartoli (6-1 y 6-2 a la belga Flipkens) tras domar 6-4, 2-6 y 9-7 un partido tremendo, lleno de idas y venidas, contra la polaca Radwanska. Lisicki, que antes eliminó a Serena Williams, la gran favorita, sufrió un mundo para cerrar el encuentro, porque Radwanska le rompió en el momento decisivo y luego le negó un puñado de bolas de break que le lanzaban hasta el partido decisivo. Liberada por la victoria, vinieron las lágrimas.

“Increíble. Los últimos juegos fueron muy emocionantes. Luchamos mucho. Fue una batalla, y estoy feliz de haberla ganado”, dijo la primera alemana en la final desde Steffi Graf en 1999. “Luché con todo mi corazón, creí siempre sin que me importara el marcador”, siguió la ganadora, que remontó un 0-3 en la tercera manga, igual que ante Serena. “Wimbledon es mi torneo favorito. No me puedo creer que esté en la final”, se despidió Lisicki tras ver cómo Radwanska apenas le daba la mano y se marchaba de la pista sin esperarla.

La final cruzará a dos tenistas sin títulos grandes. Bartoli, que perdió la final de 2007, impresionó en su semifinal contra Flipkens, quien, dolida en una rodilla, vio cómo le llovían por todos los lados los estacazos a dos manos de la francesa. En la Era Abierta (desde 1968) solo Venus Williams y Maria Sharapova se han impuesto en Londres sin estar en el top-10. Ahora, bien Bartoli (número 15), bien Lisicki (número 24) se añadirá a la lista en un torneo que ha vivido 2013 de cataclismo en cataclismo. Para Wimbledon, una campeona de nuevo cuño.