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Columna
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Confianza

Los inicios con el Omega-Pharma no fueron fáciles para Cavendish, ganador de la quinta etapa del Tour; acoplarse a un nuevo grupo no es un trabajo sencillo

Cavendish gana la etapa al sprint.
Cavendish gana la etapa al sprint.jesus rubio (diario as)

El Tour del año pasado no fue un Tour fácil para Mark Cavendish. Acostumbrado a tener desde hace años un equipo centrado en él con el objetivo de acumular victorias parciales —la del miércoles fue la número 24 del Maxmanen el Tour de Francia—, se encontró integrando un equipo centrado en la disputa de la clasificación general, con Wiggins y Froome, y con la circunstancia inédita de tener que buscarse la vida en las llegadas. A pesar de ello, y de tener incluso que actuar de gregario en algunos momentos, se llevó para casa tres etapas, incluida la prestigiosa llegada final a los Campos Elíseos; pero esa es una de las circunstancias que aceleraron su salida del equipo.

Tras mucho meditarlo durante el invierno aterrizó en el Omega Pharma, un equipo acostumbrado a estas labores tras años de experiencia con Boonen, y que le prometía exclusividad en el Tour. Pero los inicios del año no fueron fáciles para él con los belgas; acoplarse a un nuevo grupo de trabajo, con nuevos compañeros que supiesen exactamente cuáles son sus necesidades, no es nunca un trabajo sencillo.

Y este Tour tampoco estaba siendo fácil, pues a la caída que le dejó cortado y sin opción de luchar por la victoria el primer día, se le sumaba una bronquitis que le obligó a tomar antibióticos durante los primeros días. Pero en la segunda oportunidad que se le ha presentado, el británico no ha fallado. Se le escapó a su equipo la victoria en la crono por equipos por centésimas, donde el mismo Cavendish fue una de las piezas clave, pero no se les escapó la victoria de ayer en Marsella, una victoria que llega gracias a la confianza de Cavendish en el trabajo de sus compañeros, y que refuerza además esta confianza de cara a los próximos días. Sin ir más lejos hoy mismo, en Montpellier.

Faltando tan sólo un kilómetro y tras el trabajo previo e inconmensurable de Tony Martin —uno que ha realizado esta labor en tantas y tantas ocasiones para Mark—, fue el Lotto de su ex compañero Greipel el que abrió una línea alternativa por la derecha. Steegmans, capitán de ruta del equipo en estas lides, pegó entonces un chillido a sus compañeros para que nadie se pusiese nervioso y siguiesen con el plan establecido. Ahí es donde Cavendish ganó la etapa, al confiar en su banda.

Conocía esta llegada porque aquí es donde debuté como profesional en el Gran Prix La Marsellesa

“Conocía esta llegada porque aquí es donde debuté como profesional en el Gran Prix La Marsellesa… No tuve ni que acelerar, solo mantener el ritmo en los últimos 250 metros”, dijo luego Cavendish tras su victoria. El italiano Trentin tomó en cabeza la última curva con Steegmans y Cavendish a su rueda, y el resto fue una exhibición de poderío del actual Campeón Británico, con esa técnica tan especial que tiene a la hora de imprimir la potencia máxima a sus bielas, adelantando el cuerpo sobre su bicicleta como un contorsionista, y con la cabeza avanzada de manera imposible con respecto a la línea del manillar. Aerodinámica pura sumada a potencia bruta.

“Es imposible batir a Cavendish es un sprint así, de velocistas puros. Mark es el más rápido del mundo y esta etapa se prestaba a su lucimiento”, dijo Sagan tras ser tercero en la etapa. No es que sus rivales estén derrotados de antemano, sino que son realistas con la situación. Puede ser que hoy sople el viento, puede ser que suceda algo en los kilómetros finales…, todo es posible. Si nada excepcional ocurre, lo normal es que en Montpellier veamos la misma imagen que vimos ayer en Marsella.

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