Abrumadora excelencia del Madrid
Los de Laso zarandean al CAI (93-65) liderados por Sergio Rodríguez en la dirección (8 asistencias) y Carroll en la anotación (18 puntos)
El Madrid luce imponente rumbo a la final de la Liga. Cuando la puntería respalda la lúdica propuesta del conjunto de Laso, el rival se expone a salir trasquilado en el envite. El CAI padeció una tempestad de canastas del conjunto blanco que atolondró a su rival con un concierto de pases que se convirtió en un vertiginoso rondo baloncestístico.
Recuperado a tiempo de la costalada del pasado jueves, Rudy Fernández acudió puntual a la cita para formar el habitual cinco inicial de Laso -junto a Llull, Suárez, Mirotic y Begic-. Con toda la cuadrilla blanca en plenitud, el Palacio asistió al enésimo guateque de un equipo feliz. Era el partido oficial número 70 en lo que va de temporada (con un notable balance de 57 victorias y 13 derrotas) y el Madrid se lo ventiló con la lozanía y la pericia de sus mejores días. Sin rastro de agotamiento y con la competitividad a flor de piel, el conjunto de Laso zarandeo al CAI con abrumadora excelencia (21 de 37 en tiros de dos; 15 de 32 en triples; 39 rebotes y 25 asistencias para un 116 de valoración conjunta). “Posiblemente, ha sido el día en el que mejor nos hemos pasado el balón”, resumió Laso tras la exhibición coral de sus hombres.
Real Madrid, 93 - CAI, 65
Real Madrid: Llull (6), Rudy Fernández (10), Suárez (10), Mirotic (10) y Begic (8) --cinco inicial--; Sergio Rodríguez (11), Carroll (18), Draper (6), Darden (5), Slaughter (4), Reyes (5) y Hettsheimeir (0).
CAI Zaragoza: Van Rossom (10), Roll (10), Aguilar (10), Toppert (3) y Jones (2) --cinco inicial--; Llompart (12), Stefansson (-), Rudez (5), Golubovic (11), García (-) y Fontet (2).
Parciales: 24-13, 25-22, 25-14 y 19-16.
Árbitros: Martín Bertrán, Perea y Calatrava. Sin eliminados.
Palacio de los Deportes. 8.500 espectadores.
Con una defensa en zona y la firme intención de correr en ataque, el CAI volvió a recurrir al descaro en la puesta en escena. Los kilos de Jones y las piernas de Van Rossom y Roll acudieron sin remilgos al intercambio de golpes en los primeros instantes, pero el plan de José Luis Abós se derritió en un santiamén. El acierto del Madrid desde el perímetro (4 de 8 en triples en el primer acto; 7 de 14 al descanso) desarmó al conjunto maño y lanzó a los de Laso que, con un 11-2 de parcial, abrieron la primera brecha en el marcador (21-11, m. 9). La escapada resultó definitiva.
Si hace dos días a los blancos les costó tres cuartos encontrarse el pulso, en el segundo asalto de la serie lucieron aplicación y puntería desde el salto inicial. En otra imponente exhibición de concentración defensiva y transiciones de vértigo, el líder descosió a su rival en pocos minutos. Los rebotes de Mirotic y Begic (6 cada uno), los triples de Carroll (4 aciertos en 5 intentos) y la chistera de Sergio Rodríguez (8 asistencias; 2 más que todo el CAI al completo) pusieron en órbita al Madrid (41-23, m. 17).
De nuevo barnizado de genialidad, El Chacho deleitó a la parroquia con lo más granado de su repertorio: 7 puntos, 7 asistencias museísticas, 2 rebotes y 1 recuperación de balón en 13 minutos, fueron su brillante hoja de servicios al descanso. El base canario puso en marcha el tocadiscos y abrazados a su espíritu recreativo los locales desplegaron el juego de sus mejores tardes. El 62-34 de valoración en los primeros 20 minutos se tradujo en un 49-35 en el luminoso. Pero por encima de la contabilidad estaban las sensaciones y el ecosistema madridista irradia firmeza baloncestística y apogeo físico.
Los blancos repartieron 25 asistencias (por 6 de su rival) y anotaron 15 triples
Apenas Roll y Aguilar (con 10 puntos cada uno) sobrevivieron a la tormenta blanca en la primera mitad. 20 aciertos en tiros de campo que cayeron en forma de granizo sobre el aro del CAI que solo resistía la comparación en la parcela reboteadora. Más por dignidad que por convicción, amagaron los de Abós con emprender la escalada y llegaron a acercarse a la frontera psicológica de los 10 puntos (49-39, m. 22). Pero cuando apenas habían comenzado a subir la ladera el Madrid remató su faena de puerta grande. Nadie quería perderse la fiesta y la segunda unidad, retroalimentada por la competencia interna, firmó la vuelta de tuerca definitiva. Draper, Llull y Rudy lideraron un parcial de 24-4 en cinco minutos que amplió el roto en el luminoso hasta los 30 puntos de ventaja (73-43, m. 27).
En una secuencia infalible y demoledora, el Madrid anotó 24 puntos en el primer cuarto, 25 en el segundo y 25 más en el tercero. Tieso y abrumado, el CAI afrontó el tramo final como un martirio en el que tan solo Llompart se resistió a la medianía. Pero enfrente tenían un equipo pletórico. Un quinteto de 12 hombres cargado de talento y hambriento de gloria que el martes en Zaragoza tendrá la primera oportunidad de alcanzar la final.
El resumen del partido
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