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El fútbol acelera contra el dopaje

La UEFA investigará el nivel de esteroides de 900 jugadores para crear el pasaporte biológico e implantará desde el 1 de junio el control de sangre en todas las competiciones europeas

Platini abraza a Luisao, en presencia de Eusebio, a la derecha, tras la final de la Liga Europa entre el Chelsea y el Benfica.
Platini abraza a Luisao, en presencia de Eusebio, a la derecha, tras la final de la Liga Europa entre el Chelsea y el Benfica.FRANCISCO LEONG (AFP)

La UEFA analizará el nivel de anabolizantes esteroides de 900 futbolistas procedentes de pruebas almacenadas desde 2008 hasta 2012 “para identificar la potencial prevalencia de esteroides”. El estudio será de manera anónima y colectiva porque fueron casos de jugadores que dieron negativo y autorizaron una posterior investigación. El objetivo es crear un futuro pasaporte biológico de cada futbolista para sancionar los usos irregulares de sustancias no producidas por el organismo a partir de una base de datos. El anabolizante esteroide es una sustancia que contribuye al aumento de la masa muscular, la fuerza y la velocidad. Los 900 casos a analizar pertenecen a las pruebas de sangre y de orina de las Eurocopas 2008 y 20012 y de los partidos de Champions. En estos cinco años se ha estado poniendo a punto el sistema para que los laboratorios presenten valores equiparables.

La UEFA, presidida por Michel Platini, intentará confluir por una parte el pasaporte biológico sanguíneo, que persigue, sobre todo, el uso de sustancias para mejorar el consumo de oxígeno y, por tanto, la resistencia; y, por otro lado, el módulo esteroidal hecho de orina, más preparado para detectar los atajos para mejorar la fuerza a través de testosterona o esteroides anabolizantes. Ningún deporte utiliza este último todavía.

Se cerrarán sectores de los estadios de donde procedan los primeros gritos racistas

¿Por qué ahora y no antes? “Por el impulso de la Agencia Mundial Antidopaje”, responde un portavoz de la UEFA, con quien van a colaborar en un laboratorio en Suiza. Hasta ahora, los análisis de sangre solo se aplicaban en las Eurocopas, pero a partir del 1 de junio también se extenderán a todas las competiciones continentales, la primera el Europeo sub 21 de Israel, en el que participa España.

En Portugal, los análisis de sangre en el fútbol ya se toman desde hace tres años. “Para detectar las hormonas del crecimiento, por ejemplo”, explica Luis Horta, presidente de la Agencia Portuguesa Antidopaje. “Nunca hemos tenido positivos de EPO, que sirve para mejorar la capacidad aeróbica, pero con el volumen de partidos y de competiciones de los futbolistas, es bueno hacer esos análisis”.

La frecuencia en Europa será de “unos cientos”, dependerá de la logística y de las diferentes competiciones. Cuestionada la UEFA por una supuesta laxitud en la lucha contra el dopaje, el mismo portavoz responde: “Hacemos más de 1.200 tests de orina al año. En cada partido de Champions, dos jugadores por equipo. Y fuera de competición, 10 jugadores sin avisar dos veces por temporada”.

La UEFA también le mete mano al racismo. Tras la primera ofensa, clausurará una parte del estadio (por sectores, de donde procedan esos gritos); y, tras la segunda, con el cierre total y 50.000 euros. También aumenta a 10 partidos a los jugadores o directivos acusados de menosprecios racistas. El insulto a un árbitro pasa de dos a tres partidos y el ataque, de 10 a 15. La UEFA anunció que no prescriben los amaños de encuentros y que actuará cuando la federación de cada país no sea contundente ante las pruebas o los indicios. Eso sucedió en España con el Hércules. Unas grabaciones policiales desvelaron el intento de compra de cuatro partidos por parte del dueño del club alicantino, Enrique Ortiz, para ascender en 2010 a Primera, pero la federación y el Consejo Superior de Deportes miraron hacia otro lado.

El máximo organismo continental designó ayer el estadio Olympia de Berlín como sede de la final de la Champions 2015 y el Estadio Nacional de Varsovia como el de la final de la Liga Europa.

La UEFA prevé aprobar hoy en Londres que el ganador de la Liga Europa se gane directamente una plaza en la siguiente Champions. Y en caso de que el campeón de la Champions y el de la Liga Europa quedaran fuera de los primeros clasificados de sus respectivas Ligas, su puesto en Europa no sería a costa de un compatriota. Por ejemplo, el Chelsea, reciente ganador de la Liga Europa y tercero de la Liga inglesa, habría permitido la entrada en Champions del Tottenham, que ha quedado exento.

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