Todos contra el elegido de Berlusconi
La hinchada, Galliani y los jugadores del Milan se oponen a que el dueño fiche a Seedorf para reemplazar a Allegri en el banquillo
Es un frente común. El director general del Milan, Adriano Galliani, se ha unido a la hinchada y a la mayoría del plantel para detener la última idea del dueño, Silvio Berlusconi: que Clarence Seedorf sustituya a Massimiliano Allegrini como entrenador del primer equipo. Il Cavaliere ha perdido el olfato para darle a la gente lo que pide. En el Milan, los tifosi están más que satisfechos con Allegri por el rendimiento de un equipo joven, de un proyecto de tres años, sin grandes figuras, que ha conseguido la tercera en la presente Liga, asegurándose la presencia en la próxima Liga de Campeones. Seedorf, además, no es el más querido de los exjugadores rossoneri, considerado por algunos de sus excompañeros en el vestuario como un individualista y un adulador del dueño del club. Además, sin formación como técnico. El capitán, Ambrosini, ya ha expresado públicamente su respaldo al actual entrenador. Hasta el seleccionador, Cesare Prandelli, se ha indignado ante la posibilidad de destituir a Allegri.
"Podemos comprender, que no compartir, que el club busque un nuevo entrenador, pero debemos darle al equipo un técnico consolidado y no uno como Seedorf u otros con experiencia cero en el banquillo", expone la Curva Sur en un comunicado. "Si no es con Allegri, a quien apoyamos firmemente, que sea con un verdadero entrenador", añade.
Seedorf, de 37 años, sigue en activo como mediocampista del Botafogo, brasileño. No solo eso, con ocho goles en 24 partidos, ha sido nombrado mejor jugador del campeonato carioca, y le queda un año más de contrato. No es ese el principal problema, sino su falta de carné de entrenador. Aprobó un curso on line de la federación holandesa, pero todavía no tiene el permiso de la comisión de la UEFA que supervisa la uniformidad de los técnicos europeos. Hasta junio de 2014 no podrá presentarse al examen que le permita sentarse como primer entrenador.
A Allegri le queda un año de contrato. Galliani intenta buscar una tercera vía: quizá Van Basten, aunque le haya faltado brillo en su carrera como entrenador, o Pippo Inzagui, que está formándose como técnico en las categorías inferiores de la selección azzurra. Berlusconi, por su parte, se deja llevar por su megalomanía. Siempre creyó que los éxitos de sus entrenadores, como las dos Copas de Europa que conquistó Carlo Ancelotti, se debían a su intervención para retocar algunos aspectos tácticos. La infalibilidad la alcanzó al inventarse a un entrenador, Fabio Capello, para sustituir a otro, Arrigo Sacchi, con quien el Milan marcó una época y un estilo imitados por casi todos los demás. Pero esta época y esta plantilla no tiene nada que ver con aquella. Y Seedorf, en caso de que Berlusconi vaya adelante con su plan, no tendrá una alfombra esperándole.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.