La huella alemana

La presencia de dos equipos alemanes en la final de la Liga de Campeones es un acontecimiento que no se ha producido en las 58 ediciones del campeonato europeo disputadas hasta el momento. Sin embargo, la huella teutona en el último partido de la competición es bastante pronunciada.

El Bayern de Múnich, ya con 5 títulos, es el conjunto alemán que más veces ha levantado la orejona, a pesar de que en otras 5 ocasiones ha visto cómo su rival le arrebataba el título. Fue campeón durante tres ediciones consecutivas (1973-1974,1974-1975 y 1975-1976 ante Atlético, Leeds y Saint Etienne) y tuvo que esperar hasta la edición de 2000-2001 para conseguir su cuarta estrella al derrotar al Valencia en la tanda de penaltis. Fue el día en el que Cañizares, portero del equipo español, dejó el campo llorando.

Sin embargo, han sido más las veces en las que el Bayern ha salido derrotado: en la 1981-1982 ante el Aston Villa (1-0), en la 1986-1987 frente al Oporto (2-1), en la recordada final ante el Manchester United en el Camp Nou (2-1), frente al Inter de Milán en el Bernabéu en la 2009-2010, y el curso pasado ante el Chelsea en el Allianz Arena (1-1, 4-3 en los penaltis).

El conjunto de Jürgen Klopp vio roto el ciento por ciento de éxito que tenía en las finales, puesto que se había impuesto en la única final en la que había participado hasta el sábado, la correspondiente al curso 1996-1997, donde derrotó al Juventus (3-1). Al margen de estos dos equipos, el Hamburgo completa la terna de vencedores alemanes en Europa, con el cetro conquistado el curso 1982-1983 ante el Juventus (1-0).

La presencia teutona en las finales europeas ha sido una escena que se ha repetido en un total de 15 ocasiones, con un saldo también negativo de 6 victorias por 9 derrotas. Dejando de lado las derrotas bávaras, el Eintracht de Frankfurt, Borussia Mönchengladbach, Hamburgo y Bayer Leverkusen participaron en las ediciones de 1959-1960, 1976-1977, 1979-1980 y 2001-2002 y tampoco alcanzaron la victoria.