Oliveira reivindica a Portugal
El delantero deportivista se disculpa por encararse con la grada tras marcar, pero lamenta el trato hacia los lusos
El futbolista es un joven expuesto al examen público al que se le pide una maduración meteórica. El delantero portugués Nelson Oliveira, de 21 años, aprendió en las últimas horas más de una lección en ese proceso: el fútbol es de la gente y en determinados momentos los desafíos individuales resultan extemporáneos. El domingo marcó para el Deportivo un gol al Espanyol (2-0) y en la celebración mandó callar a su propia afición. Un día después pidió perdón. “El entrenador y los compañeros me dijeron que no tuve una actitud correcta y al pensarlo en frío me di cuenta. Pido disculpas al vestuario y a los aficionados. Estoy arrepentido”, explicó el futbolista.
Pero las disculpas no llegaron solas. Oliveira ofreció una explicación sobre lo acontecido. Y evidenció un malestar entre la grada larvado en la decisión del Depor de reforzarse con jugadores de su misma nacionalidad, determinación obligada por la necesidad económica y la disponibilidad del agente Jorge Mendes. Derribada la frontera del Miño, en cuanto las cosas se torcieron (sobre todo la noche que el Granada goleó al Deportivo en Riazor y forzó la renuncia de Domingos Paciencia), un sector de la afición se lo recordó al palco. “¡Más coruñeses y menos portugueses!”, le gritaron al presidente Lendoiro. Oliveira recordó ese clamor y, como se ve que lo lleva muy dentro, solicitó que se comprenda su enfado tras un gol que entendió reivindicador. “En los últimos partidos los portugueses son los que le dan vida al equipo. No solo cuando las cosas van mal la culpa es de los portugueses y cuando van bien es de toda la plantilla. Todos somos importantes”.
Cuando las cosas van mal, la culpa no es solo de los portugueses, y si van bien, de todos” Oliveira
La plantilla del Deportivo habla portugués. Siete futbolistas son lusos (Oliveira, Silvio, Zé Castro, André Santos, Bruno Gama, Pizzi y Salomao), otros dos dejaron el equipo a mitad de temporada (Roderick y Tiago Pinto), y otros tres son brasileños con pasaporte portugués (Evaldo, Kaká y Assunçao). Así que en la escenificación del perdón de Oliveira late el debate sobre las nacionalidades.
Oliveira llegó en verano junto a su compatriota Roderick, ambos cedidos por el Benfica. “Serán dos baluartes importantes”, pronosticó Lendoiro. El delantero, que venía de tener una significativa presencia en la Eurocopa, tuvo minutos en la primera jornada ante Osasuna. Marcó un gol similar al del domingo pasado y algunos creyeron ver a Diego Tristán. Rápido, técnico y con un chut potente y preciso, pero no llegó a la titularidad porque José Luis Oltra prefirió siempre a Riki.
En noviembre Oliveira se lesionó y estuvo fuera del equipo 40 días. Regresó con Oltra en las últimas, y fue el futbolista portugués que menos contó para Domingos. “Salgo 10 minutos y no soy Superman para meter un hat-trick”, reclama. Solo ha disfrutado de la titularidad en un partido y, con todo, lleva anotados cuatro goles.
A punto de acabar el partido contra el Espanyol, recién ingresado en el campo, Oliveira aguardó un pelotazo, encaró al portero y le batió con una leve vaselina. Luego llegó la tormenta. “Hay que entenderlo, fue un calentón. Es muy joven” le disculpa su padre, Adilio, presente este lubes en el entrenamiento del Deportivo. Mientras el conjunto se juega seguir en Primera, Lendoiro pide que no se desvíe el foco. “Sólo tenemos que estar pendientes de la salvación, cualquier detalle que divida es malo ahora”. Y deja una última y lírica petición: “Olvidemos el pasado y volvamos al amor”.
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