El Rayo se divierte en Valencia

En una mañana radiante, primaveral, en un encuentro sin apenas tensión, Levante y Rayo intentaron desarrollar un ejercicio lúdico y del que salió vencedor el conjunto madrileño porque le gusta más divertirse que el Levante que ha llegado justo al tramo final de la Liga. El Rayo ya sabe que, si no cambian las cosas, ni ganándose el derecho podría acceder a Europa como así se lo ha comunicado la UEFA. Al Levante se le desvanecieron las escasas opciones europeas ya que cabe la posibilidad que el octavo puesto sea suficiente para alcanzar la segunda competición continental. El Rayo le expuso la realidad.

Tocó y tocó el Rayo, atrevido. Ser humilde no significa no tener buen gusto. El mensaje de Paco Jémez ha calado en su equipo. Una y otra vez el técnico canario hacía gestos claros a sus jugadores de que se asociaran, que tiraran paredes, que el esférico circulara a lo ancho y largo del terreno de juego. Sin embargo, se adelantó el Rayo en una jugada de estrategia, tras una falta lateral botada por Chori Domínguez, que tras un par de rechazos llegó a Piti que envío a gol con un zurdazo. A punto de cumplir 32 años, Piti está en el momento álgido de su carrera, feliz con la propuesta de Paco Jémez. Llegando desde la segunda línea de ataque, el catalán lleva 17 goles anotados en esta Liga, cogiendo el testigo de su excompañero Michu, ahora triunfando en el Swanse. Piti da sentido a la propuesta rayista.

Y el Rayo siguió tocando y tocando ante un Levante incómodo con la situación, anhelando alguna circunstancia episódica favorable ya que en lo fino y en lo grueso el Rayo se mostraba superior. Confiado en su buen hacer el conjunto madrileño, dejó crecer al Levante que con orgullo y arrestos con un omnipresente Iborra, que adelantó unos metros su posición, equilibró el choque hasta conseguir empatar en el inicio del segundo periodo por mediación de Acquafresca que embocó en la línea de gol. Duró poco la alegría granota que vio como Franco Vázquez ponía de nuevo en ventaja al Rayo refrendada con un penalti transformado por Piti que supuso una victoria, cuestionada al final con un tanto de Iborra, tan satisfactoria como quizá intrascendente.