“Hablo de fútbol, no de Mourinho”

José Mourinho sintió que le desautorizaban cuando el viernes pasado, por orden del presidente, Florentino Pérez, el Madrid canceló la conferencia de prensa previa al partido contra el Espanyol en Liga. El presidente tomó la iniciativa para prevenir escenas y palabras provocativas por parte del mánager. La rabia de Mourinho fue completa cuando esta semana descubrió que desde el club se patrocinaba lo que la junta directiva llama “autogestión”, que consiste en que el presidente establece un hilo de comunicación directo con los jugadores. La comida que celebraron los futbolistas el martes, a la que no lo invitaron, acabó con la paciencia del mánager. Cuando el club le pidió por favor que cumpliera con su labor de representación y ofreciera la conferencia previa a la final de Copa, se negó a comparecer. Los directivos no encontraron la manera de persuadirlo. Ante la pertinaz negativa del responsable de la plantilla, le pidieron por favor a Ramos que hiciera de portavoz.

Ramos ejerció la capitanía con la gallardía que acostumbra cada vez que le duplican los deberes. Se presentó ante los medios como si nada, solemne y cordial a un tiempo, como buen diplomático, y salió del enredo sin cometer ni un solo error. “Lo que menos nos debe importar son los rumores”, dijo. “Lo importante es el grupo, lo importante es el Madrid por encima de nosotros, y eso incluye a todos. Cuando te juegas un título no debe de haber nada por encima de eso. Hace unos días que nos decantamos por preparar muy bien la final y estamos deseando que llegue el partido para añadir otro título al palmarés”.

“No hay una pregunta que pueda contestar el míster que no lo pueda hacer yo”

El sevillano puso énfasis en ese “todos”. Cuando le preguntaron por la extraña ausencia del entrenador, hizo la mímica de quien habla por un pinganillo: “¿Míster? ¿Puedo contestar?”. Fue una broma fugaz antes de ponerse serio: “Hombre, si estoy aquí es por algo. Al igual que el míster puede contestar sus preguntas, yo prácticamente puedo contestar las mismas preguntas. Estamos aquí para hablar de fútbol, para hablar de una final de Copa, y no para hablar del futuro de nadie, ni del entrenador, ni de polémicas. No creo que haya una pregunta que te pueda contestar el míster que no lo pueda hacer yo. No hay que crear debate. Sale uno de los capitanes, y, por respeto a todos, creo que no está mal. Hay veces que sale el técnico y hay veces que decidimos que lo hagan los jugadores. Yo lo hago encantado”.

Cuentan en Valdebebas que, en los últimos días, Mourinho ha conseguido la proeza de dirigir los entrenamientos ignorando a casi todos los 20 futbolistas que tiene a su cargo. Solo le vieron hablar con Coentrão mientras dejaba que actuaran sus ayudantes. Se muestra huraño, por momentos despechado, y procura no introducir ninguna alteración en la rutina. Hasta el miércoles no había diseñado ninguna práctica específica para preparar la final contra el Atlético.

“No estoy para hablar de Mourinho”, dijo Ramos, cuando le preguntaron si no veía muy cambiado al entrenador. “Estoy para hablar de la final. Sintiéndolo mucho no puedo responder a esa pregunta”.

“¡No!”, replicó, a la pregunta de si no sentía curiosidad por saber a qué se debía que su jefe le cediera la portavocía la víspera de disputar el único trofeo que puede ganar el club esta temporada. “No tengo ninguna curiosidad. Para nada. Me dijeron que había rueda de prensa, que si tenía algún problema en salir, y por supuesto, no tengo ningún problema, estoy dispuesto a responder lo que preguntéis siempre que vaya relacionado con la Copa del Rey. Lo demás, no creo que sea el momento ni de hablarlo ni creo que aporte nada al equipo que es lo primordial”, zanjó.