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“Cuando estamos inspirados, sentimos que podemos liarla”

Jordi Quixano
Joan Verdú y Sergio García, en una calle de Barcelona.
Joan Verdú y Sergio García, en una calle de Barcelona.vicens giménez

Hace un mes, Sergio García (Barcelona; 1983) andaba liado con la mudanza de su nueva casa y de repente se sobresaltó. “¿Es el padre de Joan? Imposible”, se convenció. Media hora después, volvió a petrificarse. “¡Esa sí es la madre!”, se dijo. “¿Qué haces aquí?”, le preguntó, intrigado. “Mi hijo vive aquí”, respondió la mamá de Joan Verdú (Barcelona; 1983). “¡Pero si mi casa es la de al lado!”, celebró Sergio. Otro guiño del destino entre estos dos grandes amigos: se formaron juntos en las inferiores del Barça; tienen al mismo agente; y resultan la mezcla perfecta para el Espanyol, el pase y el remate. Sentados alrededor de una mesa de un restaurante japonés, Sergio habla con la cara, a través de su sonrisa y ojos de pícaro, al tiempo que Joan siempre entra al trapo, con el comentario corto e irónico. Rivales hoy del Madrid, son los Zipi y Zape blanquiazules, el uno para el otro.

Joan Verdú. Todo empezó en cadetes, cuando nos medimos el Barça contra la Damm, donde tú goleabas, ¿verdad?

Sergio García. Sí. A mí me echaron del Barcelona un par de años antes porque un iluminado decía que yo no valía... Pero en la Damm hice 55 goles en un año y me repescaron. Aunque tú por entonces decías que era muy malo…

J. V. No mientas. Ya se veía que estabas para jugar con nosotros. Cuántos recuerdos, ¿no?

S. G. Yo me acuerdo del partido contra el Olot, cuando estábamos con dos menos y perdíamos 1-4. Al final, ganamos 5-4.

J. V. ¿Dónde está el truco? ¿Quizá marcaste?

S. G. Tres… ¡Pero no es por eso! Es porque el mister vino a verme a casa antes del partido porque tenía un golpe en la rabadilla y no podía ni andar. Pero probé en el calentamiento y jugué.

J. V. E hiciste lo que sabes: golear. Siempre he pensado que tú eres delantero y punto. Aunque fuiste internacional en la banda. Pero si te hubiesen puesto arriba, a lo mejor aún estarías ahí. Gol, desde luego, no te falta.

S. G. ¡Marcar es un vicio! ¿O no te lo parece pichichi?

J. V. Eso es una anécdota. Tú no has estado un par de meses en el equipo y he chutado penaltis. Y quizá contigo desde el principio, ahora estaríamos en UEFA. Pero no está mal eso de marcar… Pero yo prefiero tener el balón.

S. G. Por eso te busca todo el mundo, para que muevas los hilos del juego. ¡Y luego me la das! Es que me la pones donde quiero. Y si yo te tiro un melón, no hay problema; ya tienes calidad para bajarla, ya. Lo bueno, además, es que nunca te enfadas.

J. V. Sí... no recuerdo ninguna discusión entre nosotros, y eso que tienes mala leche, ¿eh?

S. G. Ya, pero es que contigo es imposible enfadarse; eres muy generoso en el césped. Y si vemos algo distinto, se habla y lo solucionamos en la siguiente jugada.

J. V. Sale solo. Sé dónde vas a moverte y desmarcarte, sé dónde estás sin mirarte. Aunque a veces algún compañero se queja de que nos busquemos tanto…

Alguno siempre se molesta porque no se la das. Pero pasas a quien crees y puedes” Sergio García

S. G. Alguno siempre hay que se molesta porque no se la das. Pero eso es fútbol. Pasas a quien crees y quien puedes.

J. V. Y más ahora, que jugamos los dos arriba, aunque tú un poco más avanzado. Así que por delante solo te tengo a ti; los bandas no siempre llegan. Eso y que también jugamos de memoria. Como en los saques de banda; sé que si te la dan y me pongo en diagonal, me la pasas. O en las faltas, que siempre buscamos sacar rápido para sorprender.

S. G. ¡Y luego me rompo! Como en el Trofeo Ciutat de Barcelona [quinto metatarsiano]. Miro al portero y está bajo los palos; vuelvo a mirar, y me mete la plancha. Pero bueno, que ahí no dudo.

J. V. Otro igual no hubiese ido...

S. G. Yo voy, yo voy. Si tengo que romperme el pie, me lo rompo. No aflojo ni en los amistosos. Pero, volviendo a nuestra asociación, Aguirre también nos pide que nos busquemos.

J. V. Nos ha sufrido. Me ha dicho que cuando jugamos contra él, éramos un peligro. Y creo que cuando estamos inspirados, sentimos podemos liarla...

S. G. Pues sí.

J. V. Es la confianza. Y si no mira cómo estabas el primer día que llegaste aquí y ahora.

S. G. Es que estuve dos años sin pretemporada y tampoco jugaba en mi sitio natural… Pero es que yo jamás le he dicho a un mister dónde debo jugar. Jamás. Aunque ahora, después de tanta banda y volver a mi posición, no lo cambio. Disfruto arriba y ahí me quedo. Y Stuani se ha adaptado muy bien a la derecha.

Nos hacemos mejores con la necesidad porque con menos se nos pide ser más efectivos” Joan Verdú

J. V. Se aprovecha porque va en diagonal, al remate. No es un extremo de centros, sino que llega. Es lo que toca. Jugamos así.

S. G. Pero prefiero tener menos posesión y ganar.

J. V. Hombre, yo disfruto más con el balón y siendo protagonista. Pero si esto nos da puntos… Es lo que hay. Con Aguirre ha funcionado de maravilla. Y, en cierto modo, a veces uno se hace más bueno con la necesidad porque se nos pide ser más efectivos. Con pocos balones debemos decidir. Dos o tres ocasiones para enchufar una.

S. G. Contra el Madrid no sé si las que tendremos. Pero ellos también están más a gusto sin el balón. Tendremos que dejarles la pelota y contragolpear. Ya nos fue bien así en su campo. Aunque su pegada es sería, una pasada. No entiendo que se dude de Higuaín y Benzema… son enormes.

J. V. No solo ellos. Cristiano marca las diferencias, pero el Madrid juega bien cuando aparece Özil. ¡Qué ganas de jugar! Son momentos que se disfrutan toda una semana, por más que ellos tienen poco que hacer en la Liga.

S. G. Pero eso, como que el Barça la gane con nuestro partido, da igual. Nosotros a lo nuestro, a ganar. Que nos ha costado lo suyo coger ritmo. Influyó el buen vestuario, Aguirre y la implicación de veteranos como Capdevila. A pesar de sus chistes, que son muy malos. Pero malísimos.

J. V. Lo peor es que va uno a uno contándolo y al final lo escuchas 20 veces. ¡Y solo se ríe él! Bueno, nosotros también, pero no por el chiste, sino por su risa. Pero eso te habla de este equipo.

S. G. Y tú hablas con el balón en los pies. Creo que la afición y el club están contentos con nosotros porque nos tratan genial. Cuando la gente cuando habla del Espanyol, nos señala.

J. V. Yo ya he oído a algún entrenador que dice que hay que pararnos, y luego nos pone marcajes especiales. O dicen que el equipo es diferente si estamos o no. Y eso sienta muy bien.

S. G. Estoy encantado y cada día que pasa soy más feliz en el Espanyol.

J. V. Debemos aprovechar este momento.

S. G. Pues nada, quédate, ¿no? Yo ya he ido a hablar con el presidente para eso. Es que jugadores como tú… Si te vas, el Espanyol se queda cojo. Van a tener que buscar a alguien con tu calidad y eso en Primera es complicado de encontrar. Y gratis, imposible. O te quedas o voy yo a la oficina para ir a hacer el contrato.

J. V. Parece que estoy en buenas manos… No por Mágico [Díaz, su representante], sino por tus gestiones. Bueno, vamos a ver.

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