40 años de pioneras
La dirigente de la WTA reflexiona sobre el aniversario de la fundación del tour femenino y la lucha por la igualdad de género
2013 es un año muy especial para el tenis femenino: nuestra temporada 40-0. Estamos celebrando el 40 aniversario de la fundación de la WTA por Billie Jean King y otras 63 mujeres que compartieron su visión del juego. Alentando 40 años de premios iguales para hombres y mujeres en el Abierto de Estados Unidos. Y recordando la icónica victoria de Billie Jean sobre Bobby Riggs en La Batalla de los Sexos: una victoria que trascendió al deporte, mandando una señal clara sobre el potencial de la mujer en una sociedad moderna y progresiva. Un mensaje que yo escuché y que me inspiró.
Cuando Billie Jean y compañía debatían el futuro de su deporte, su visión fue que cualquier chica, en cualquier lugar del mundo, pudiera vivir del tenis si era lo suficientemente buena. Ciertamente, la igualdad de premios entre hombres y mujeres manda un mensaje poderoso, pero siempre ha sido parte de un esquema más amplio. Durante 40 años, la WTA ha sido una fuerza global para fortalecer el papel de la mujer y la igualdad de oportunidades. Sin duda, eso presentó retos en los años 70 del siglo XX, y es algo que no debemos olvidar hoy (incluso cuando se ha progresado tanto).
Cuando Billie Jean y compañía debatían el futuro de su deporte, su visión fue que cualquier chica, en cualquier lugar del mundo, pudiera vivir del tenis si era lo suficientemente buena
¿Cómo llegamos hasta aquí? Aunque la WTA fue fundada en Junio de 1973, lo que echó a rodar la pelota fue la posición adoptada por nueve mujeres con agallas en Septiembre de 1970. Hartas de ser el show secundario para sus contrapartes masculinas, que recibían seis, siete y hasta ocho veces más dinero, las Nueve Originales, lideradas por Billie Jean, ignoraron las mofas chauvinistas y dejaron a un lado las amenazas de que serían borradas de los torneos del Grand Slam para firmar contratos de un millón de dólares con el promotor Gladys Heldman para jugar un evento rompedor en Houston.
Felizmente, el Virginia Slims Invitational tuvo tanto éxito que el primer Virginia Slims Circuit fue montado en 1971. Armadas con un fiero espíritu que hablaba por las mujeres en muchos caminos de la vida (y por muchos hombres también) las pioneras trabajaron duro para promocionarse a sí mismas como atletas y entretenedoras. Lo que se acabó llamando ‘Línea de negocio femenina’ consiguió que crecieran las ventas de entradas, que se firmaran contratos televisivos y que aumentaran las bolsas de premios. Llevó un tiempo que se arreglaran las cuestiones políticas, pero la fundación de la WTA en 1973 finalmente trajo unidad al tenis femenino profesional.
El tenis en un gran deporte, punto. Pero… ¿por qué el tenis femenino ha capturado la imaginación del público de una manera tan potente y perdurable, manteniendo su fuerza para cambiar los puntos de vista de la sociedad desde hace cuatro décadas? Creo que es porque el tour ha sido bendecido generación tras generación con mujeres que han encarnado la pasión y la determinación de acero de los pioneros, en la pista y fuera. Con leyendas españolas como Arantxa Sánchez-Vicario, Conchita Martínez y Anabel Medina Garrigues, y con competidoras más jóvenes como Carla Suárez Navarro y la talentosa adolescente Garbiñe Muguruza.
El tour ha sido bendecido generación tras generación con mujeres que han encarnado la pasión y la determinación de acero de los pioneros, en la pista y fuera
Entre nuestras estrellas del momento hay que considerar a Maria Sharapova, una niña que pasó dos años separada de su madre para perseguir su sueño en los EEUU. Además de ser la orgullosa dueña de un Grand Slam [la conquista de los cuatro grandes] tras triunfar en Roland Garros el año pasado, Maria es una empresaria exitosa con su línea Sugarpova de golosinas y otras iniciativas. Ana Ivanovic, que aprendió a jugar al tenis en una piscina sin agua dentro de la Serbia rota por la guerra, es embajadora de la UNESCO y una inspiración para los niños de su país y del mundo. Y las incomparables hermanas Williams, Venus y Serena, que probaron ser más que buenas, creciendo desde las pistas públicas de Los Ángeles hasta conquistar el mundo.
El tenis es el deporte líder para las mujeres en el mundo, con diez naciones diferentes representadas en el ránking. Ahí está la china Li Na, que con su combinación ganadora de talento y personalidad ha robado los corazones del país más poblado del mundo, una nación sin tradición en nuestro deporte. Tanto, que ha sido elegida como portada del número de Time Magazine sobre las 100 personas más influyentes del mundo. Quizás sea el último ejemplo del poder transformador, de la magia, del tenis femenino.
¿Concibieron las visionarias que el tenis sería tan grande como es hoy, con torneos tan prestigiosos como el Mutua Madrid Open e instalaciones tan espectaculares como la Caja Mágica? Pueden apostar que sí. Las jugadoras de hoy están viviendo un sueño. En 2013, se jugarán 58 torneos repartidos por seis continentes, desde el Medio Oriente a Bulgaria, pasando por Brasil; incluyendo torneos de la WTA y del Grand Slam, la bolsa de premios global excederá los 100 millones de dólares. Todo eso da para invocar el slogan de aquellos primeros días: ¡Hemos completado un largo camino, baby!
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