El Bayern sacude el Borussia-Madrid
Horas antes de la semifinal, el equipo muniqués anuncia el fichaje de Götze, la estrella del Dortmund, para el próximo curso Mourinho pide que el fútbol haga justicia con sus jugadores
Un terremoto sacudió ayer Dortmund. Una ciudad que vive por y para el fútbol, cordón umbilical imprescindible de su amado Borussia, tembló poco antes del mediodía. El Bayern, imperio del fútbol alemán, anunció el fichaje de Mario Götze, la estrella local, de 20 años, por unos 37 millones, según la prensa alemana. El club muniqués no tuvo reparos en proclamar el fichaje un día antes de que el Borussia se midiera (20.45, C+LC) al Real Madrid en toda una semifinal de la Liga de Campeones. Y, casualmente, en los días en que su presidente, Uli Hoeness, está en la diana internacional por una multimillonaria evasión al fisco de Angela Merkel.
El Bayern es el Bayern, la nomenclatura del fútbol alemán, y hace siglos que campa a sus anchas. “Todos sabemos por qué ha salido en este momento…”, deslizó Jürgen Klopp, el peculiar y seductor técnico del Borussia. Klopp apeló a la estima de la hinchada, en cada palabra de su desconsuelo puso una sonrisa y apuntó al corazón de los 80.000 militantes que ponen en combustión el viejo Westfalen, más evocador que con su comercial nombre actual de Signal Iduna Park. El hilo del Borussia con su gente no es convencional, por algo es el mejor semifinalista como local: cinco victorias consecutivas con 10 goles a favor y tres en contra. Ahora habrá que evaluar el efecto Götze. “No tengo ni idea de las consecuencias que pueda tener para el Borussia”, afirmó Mourinho. Toda una incertidumbre para un club, el Dortmund, que se había tomado el evento ante el Madrid como una fiesta mayúscula.
“Mi relación con Iker es profesional y la propia de dos personas educadas”, dice el luso
Inevitablemente, Götze marcó las horas previas de un partido crucial. Por mucho que se hubiera especulado con su traspaso al Bayern, así como con el del goleador Lewandowski (récord del club al marcar en los 12 últimos encuentros de la Bundesliga), nadie podía imaginar la fecha de su divulgación desde Múnich. La filtración del Bayern evidenció el abismo que separa al Dortmund de su rival de hoy. Sería marciano pensar que al Madrid de estos tiempos pudiera ocurrirle algo similar. El Borussia se sabe el pez chico y el Bayern se encargó de recordárselo. Todo peldaño en la Champions es un éxito para un club modélico en muchos aspectos que busca su segunda final (ganó en 1997). Solo ante el Málaga se sintió favorito, y casi le devora la angustia. Ante el campeón español se sentía liberado. Hasta los truenos de Götze pretendía metabolizar a su favor esa descarga de presión. Lo que jamás podrá hacer el grupo de Mourinho.
El Madrid, por historia, con 12 finales en el cajón, tiene mayores urgencias. La semifinal, por más que se quiera acentuar que es la tercera consecutiva, es solo una pedrea para una entidad de su alcurnia. La Copa de Europa, antes y ahora, es su objetivo primordial. Es el torneo el que le ha entronizado en todo el planeta. Trompicado en la Liga desde el inicio, Europa es más que nunca, si cabe, su único fin de fiesta posible. Es lo que tiene la grandeza de instituciones como el Madrid, al que, incluso tratándose de un juego, quedar por detrás del primero nunca es suficiente. Y por ello se encomendó a José Mourinho hace tres temporadas. “Yo no tengo ansiedad”, convino ayer el portugués, que recomendó combatirla a quien la tenga, ya sea en el vestuario, el club o el entorno. ¿Sería un fracaso no ganar el torneo? “Cuando llegué, el Madrid ya tenía nueve Copas de Europa pero no era ni cabeza de serie en la Liga de Campeones. Hemos mejorado bastante y hemos contribuido a la economía del club, pero en el Madrid ser segundo no es suficiente”, sostuvo el portugués.
El Madrid ha llegado a la semifinal en un momento idóneo. Cristiano es un titán, Özil está en vena, buena parte de los titulares han regulado esfuerzos y hasta las circunstancias en apariencia negativas quizá jueguen a su favor. Sin Arbeloa, Essien y Marcelo, Mourinho podrá alinear la defensa en la que más fe tiene, con Ramos y Coentrão en los laterales y Pepe y Varane en la fortaleza central. El propio Mou, de forma inopinada, hizo pública la alineación al ser preguntado si jugaría Diego López o Casillas: la defensa referida, Alonso, Khedira, Cristiano, Özil, Higuaín y, previsiblemente, Di María, que ayer fue padre. Y Diego López en la portería. Con Casillas, Mou dijo tener una relación “profesional, la propia entre dos personas educadas”.
Mourinho, quizá irónicamente, se mostró confiado en que el Borussia juegue al ataque, a por todas desde el inicio, lo que más beneficiaría al sistema blanco de contragolpe. “Klopp ha dicho que no se preocupará del Madrid sino solo de su equipo, y como me parece un tipo genuino y honesto…”. Con Wembley a la vista, el Madrid no necesariamente deberá exorcizar sus demonios en Alemania, donde solo ha vencido en una de sus 23 visitas, con 17 derrotas y solo cinco empates. Pero Mourinho se mostró confiado y hasta apeló a su sentido de la justicia: “El fútbol tiene que hacer justicia con este grupo de jugadores que hace dos años fueron eliminados de un modo que mejor no hablar [ante el Barça] y el pasado año por penaltis [frente al Bayern]”. Sí, contra el mismo equipo que ayer alteró el feliz ecosistema del Borussia. Se verán las consecuencias.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.