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Pirelli no se ablanda

Red Bull presiona para que la marca endurezca sus neumáticos, pero la compañía se resiste: "Si trabajamos a raíz de las quejas de unos pocos, los demás se revolucionarán"

Oriol Puigdemont
Ruedas alineadas en Shanghái.
Ruedas alineadas en Shanghái. PETER PARKS (AFP)

La noche antes de que Sebastian Vettel atacara a traición a Mark Webber en las últimas vueltas del pasado Gran Premio de Malasia, pasando olímpicamente de las órdenes de equipo, Red Bull y Lotus se liaron a perdigonazos. Por parte del primero fue Helmut Marko, mano derecha de Dietrich Mateschitz, magnate del imperio energético, quien criticó sin reservas la influencia que han adquirido los neumáticos esta temporada, un peso tan grande que, según dijo, llega incluso a perjudicar a quien posee el mejor coche, dando por supuesto que se trata del RB9. “Las gomas son demasiado extremas. No solo presentan una degradación altísima, sino que pierden pedazos enteros y eso indica que hay un problema de construcción. Lo que no puede ser es que uno cuente con el monoplaza con más carga aerodinámica y deba reducirla para que los compuestos aguanten”, se quejó el expiloto austríaco.

Las gomas son demasiado extremas. No solo presentan una degradación altísima, sino que pierden pedazos enteros y eso indica que hay un problema de construcción Helmut Marko, expiloto y miembro de Red Bull

Parece mentira que el discurso de un mismo individuo pueda ser tan distinto de un año para otro en función de por dónde sople el viento, pensaron en Lotus al escuchar esa andanada. Eric Boullier, el director de Lotus, contestó a Marko, aunque dejó bien claro que entendía la presión que desde la formación del búfalo rojo se intentaba infundir a Pirelli, el suministrador único del campeonato. “Puedo entender que los haya que no estén contentos con la situación actual, pero hay otros que sí lo están. Los neumáticos son los mismos para todos”, consideró Boullier sobre las nuevas especificaciones de esta temporada, considerablemente más blandas que las de la pasada y, consecuentemente, menos duraderas. “Es cierto que en los últimos años eran algo más consistentes, aunque ya entonces afectaban al rendimiento de cada uno. Ahora son parte directa del juego”, añadía el ejecutivo de la formación de Enstone, antes de remachar: “Ya probamos estos neumáticos en Brasil, o sea que hace tiempo que sabíamos lo que nos íbamos a encontrar”.

A la presión ejercida por Red Bull se añadió también Mercedes. Ambas escuderías argumentaron que tuvieron que recurrir a las órdenes de equipo en Sepang porque los monoplazas de sus corredores se estaban quedando sin gomas. En un primer momento, se llegó a pensar que Pirelli podía emplear el parón de más de dos semanas hasta el Gran Premio de China, que se disputa este fin de semana, para revisar sus propuestas e incluso endurecerlas. Sin embargo, Paul Hembery, director de competición de la compañía italiana, asegura que antes de concluir cualquier cosa es necesario que se celebren, al menos, cuatro pruebas. “Si el paddock entero se quejara, la cosa sería distinta. Si trabajamos a raíz de las quejas de unos pocos, todos los demás se revolucionarán”, concedió Hembery.

Así las cosas, será después de Bahréin (en dos semanas), cuando Pirelli realizará un análisis en profundidad de la situación y decidirá si mantiene la tipología actual o la modifica, algo que, de suceder, provocaría nuevos altercados entre los equipos.

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