Un fichaje atado al banquillo

Martin Petrov (Vratsa, Bulgaria; 1979) llegó al Espanyol en el mercado de invierno. Fue la única cara nueva de un club que no podía permitirse un gran dispendio, con las arcas tiritando como las tiene. Pero, tres meses después, quizá algún aficionado no le conozca; el extremo apenas ha disfrutado de minutos en el equipo, por más que fuera una petición expresa del técnico Javier Aguirre, que ya lo tuvo a sus órdenes en el Atlético hace siete cursos.

Sin contar con minutos en el Bolton, de la Championship inglesa (Segunda División), Petrov sacrificó dinero para firmar por el conjunto blanquiazul. “Martin está en los últimos años de su carrera y gana mucho dinero. Lo mejor es traer a alguien nuevo, sangre joven”, explicó Dougie Freedman, mánager del equipo inglés, sobre la desvinculación del búlgaro, que llegó gratis al Espanyol. Pero todo le ha salido torcido. Nada más aterrizar en Barcelona, la mañana del 13 de enero, vio cómo sus nuevos compañeros derrotaban al Celta (1-0). Síntoma de que el equipo comenzaba a funcionar y, quizá por eso, porque desde su llegada el Espanyol suma 27 de los 48 puntos posibles, calienta banquillo por definición. Aunque siempre entra en las convocatorias —hoy ante Osasuna (17:00. C+ Liga) no es una excepción—, nunca figura en el once inicial. Así, ha saltado del banquillo en cinco de los 10 partidos que ha estado disponible y su presencia en el campo pasó desaperciba. Tanto, que solo acumula 104 minutos y 43 pases, de los que solo 21 encontraron a un compañero. Números que no esconden su poca trascendencia en el equipo.

“En su momento no estaba Wakaso —jugaba con Ghana la Copa de África— y queríamos alguien que pudiera sustituirle. Y Petrov estaba en la agenda de la secretaría técnica”, asegura Aguirre. Desde el área deportiva recogen el testigo y no parecen tener el mismo discurso: “Nos faltaba un extremo zurdo natural porque contábamos con Simão, ya que Wakaso y Víctor Álvarez son reconvertidos. Y fue un fichaje que solicitó el técnico para completar la plantilla”. Aguirre interviene: “Teníamos terreno ganado en cuanto a su adaptación, estaba en forma y podía venir a entrenarse al día siguiente”. Pero ni con esas ha encontrado su sitio Petrov, a la sombra de Simão y por detrás del propio Wakaso.

“Intento poner cada domingo a los jugadores que creo lo van hacer mejor. No le ha tocado ligar tres o cuatro partidos de titular, pero eso no quiere decir que no haya servido. No es fácil traer un futbolista y que juegue inmediatamente”, asegura Aguirre. Pero su currículo de fichajes invernales no indica lo mismo, puesto que en Osasuna, en 2003, trajo a Manfredini y le dio 11 encuentros y 670 minutos; en el Atlético, en 2007, contrató a Eller (12 y 1.034); y, ya en el Zaragoza, incorporó a Da Silva (13 y 950) y N’Daw (9 y 262), único en no hacerse con el puesto en el equipo titular.

Pero todos parecen conformes con Petrov y su aportación. “Es todo un profesional. Habla muy bien el castellano y poco a poco se va soltando más y hace bromas. Pero nosotros le hacemos más bromas a él”, dice entre risas Capdevila, que no se ha podido recuperar de la lesión muscular y no viajará con el equipo a Pamplona. “Se nota que es un jugador que ha recorrido muchos vestuarios y que tiene mucha experiencia, por la forma que tiene de desempeñarse en el grupo”, abunda Raúl Rodríguez. “Estamos contentos con la actitud de Petrov en el vestuario, se ha ido integrado muy bien al grupo de una manera silenciosa”, tercian desde el área deportiva. Aunque matizan: “Esperamos que pueda demostrar su capacidad en lo deportivo”.

Lo mismo espera el extremo —“Mi contrato es de seis meses, pero quiero jugar un poco más aquí”, dijo—, ya que el Espanyol podría ejecutar la cláusula unilateral de renovación. Algo, en cualquier caso, que parece lejano si se mide por los minutos jugados.