Esplendor del Madrid al contragolpe
Las figuras blancas brillan en el tramo final y golean en 10 minutos al Levante, que se había adelantado a la media hora
Higuaín, Kaká, Cristiano y Özil alternaron obras magistrales para romper la notable resistencia del Levante en el Bernabéu. La hinchada asistió a un duelo vibrante, conducido con oficio por el equipo visitante, que consiguió adelantarse y dar guerra mientras preservó sus señas de identidad. Hasta los diez minutos finales, cuando el Levante abandonó la trinchera para lanzarse a buscar el empate, el Madrid se encontró con un panorama áspero. Solo cuando el Madrid pudo contragolpear brillaron en todo su esplendor las figuras. Özil inventó pases, Cristiano arremetió, e Higuaín apareció en todas partes.
El resultado final apenas refleja el proceso laborioso que debió cursar el Madrid. Pocos equipos en el campeonato se han caracterizado por un estilo tan definido como el Levante y pocos le han dado más problemas a su rival. Desde su ascenso en 2010 el Levante ha cambiado una vez de entrenador y ha renovado media plantilla, pero su juego responde al mismo patrón. Organizarse alrededor de su área, formar dos líneas de cuatro, entregar el balón al rival, y esperar sin impacientarse al error ajeno para lanzar contragolpes es una fórmula poco habitual en la cultura del fútbol español contemporáneo. Abanderados por Ballesteros, Iborra y Juanfran, los jugadores del equipo valenciano han asumido su particularidad con una persistencia inusual. Bajo la supervisión de Juan Ignacio Martínez el equipo ha hecho ajustes que han mejorado el funcionamiento. El Madrid lo sufrió en la primera media hora.
Real Madrid, 5 - Levante, 1
Real Madrid: Diego López; Arbeloa, Pepe, Sergio Ramos, Marcelo; Xabi Alonso, Modric; Callejón (Cristiano Ronaldo, m. 46), Kaká (Di María, m. 57), Benzema (Ózil, m. 77); e Higuaín. No utilizados: Casillas; Albiol, Nacho y Essien.
Levante: Munúa; Lell, Ballesteros, Vyntra, Juanfran; Diop, Iborra, Pedro Ríos (Valdo, m.69), Míchel (Barkero, m.77); Rubén y Acquafresca (El Zhar, m. 69). No utilizados: Navas; Pedro López, Juanlu y Roger.
Goles: 0-1, m. 31: Míchel. 1-1, m. 36: Higuaín. 2-1, m. 39: Kaká, de penalti. 3-1, m. 85: Cristiano Ronaldo. 4-1, m. 87: Özil. 5-1, m. 90: Özil.
Árbitro: Clos Gómez (Comité Aragonés). Amonestó a Sergio Ramos (m. 60).
Unos 65.000 espectadores en el Santiago Bernabéu. El secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-Moon, realizó el saque de honor.
Mientras tuvo fuerzas para correr, el Levante cerró todas las vías de acceso a su portería. Míchel y Aquafresca persiguieron a Modric y Alonso dificultándoles el trabajo, y los otros ocho jugadores se ocuparon de cortar líneas de pase para contragolpear a la mínima ocasión. Jugaron rápido y con precisión, aprovechando todos los carriles para sorprender a la defensa del Madrid con el despliegue de Ríos y Rubén por afuera, Aquafresca metido entre los centrales, y Míchel oficiando de administrador. El 1-0 fue una maniobra perfecta: Lell arrancó para Míchel, que filtró el pase a Ríos para que desbordara por la derecha y devolviera. Míchel remató a gol sin que Pepe pudiera cerrar.
La profundidad y la riqueza técnica de la plantilla madridista no tiene igual en Europa. Las rotaciones que Mourinho hizo pensando en la ‘Champions’ no solo no empeoraron el juego de su equipo sino que produjeron algunos efectos positivos, sobre todo en el medio campo. Repostaron Coentrão, Khedira, Di María y Özil, y entraron Marcelo, Modric, Callejón y Kaká. El nuevo cuarteto, en conjunto, desahogó el trabajo de Alonso ante la difícil tarea de abrir una defensa encajonada. En el lateral izquierdo, Marcelo se comportó como un auxiliar de lujo a la hora de salir jugando; en la banda derecha, Callejón ofreció gran movilidad e intuición para jugar en espacios cerrados; Modric mueve mejor el balón que Khedira; y Kaká no tiene el pase de Özil pero su primera parte fue un catálogo de desmarques entre líneas y conducciones desequilibrantes. Kaká fue el mejor jugador del Madrid en la peor fase de su equipo porque supo desmarcarse como nadie para recibir la pelota en posiciones exasperantes para el Levante. Ni Iborra ni Diop consiguieron anticiparle y cuando arrancaba parecía imparable.
Kaká brilló principalmente a la salida de los córners contrarios: el Levante provocó cuatro y no remató ni uno solo en la primera parte. El Madrid aprovechó los contragolpes para intentar crear los desequilibrios que no consiguió mediante el ataque elaborado. El 1-1, sin embargo, llegó cuando el Levante esperaba en guardia. Fue producto del genio improvisador más que de una construcción colectiva ejercitada. Alonso se volcó a la derecha para cruzar un centro impecable, con la tensión y la curva justa. El balón superó a Ballesteros por alto antes de que Higuaín se perfilara de espaldas a la portería para engancharlo de volea y mandarlo como un balazo pegado al palo. Imposible para Munúa.
El Madrid no tardó ni cinco minutos en adelantarse. Kaká intentó cambiar de orientación, el balón rebotó en Diop, y Lell lo tocó con la mano en el área. El propio Kaká metió el penalti. El gol cambió el signo del partido porque permitió que el Madrid alcanzara el descanso con ventaja cuando su adversario comenzaba a dar muestras de cansancio. Mourinho hurgó en la herida sustituyendo a Callejón por Cristiano, y preparando el terreno para intercambiar papeles. Poco a poco, dejándose llevar por las ganas de conseguir un punto, el Levante fue perdiendo sus rasgos característicos.
Se desplegó para atacar pero no se reagrupó cuando perdió la pelota. Permitió que sus líneas se separasen. Alonso comenzó a tocar con espacios, y atrás Ballesteros se fue quedando solo, demasiado rodeado por los espacios vacíos. Fue el momento de Özil, que entró por Benzema para reventar el partido en los últimos diez minutos. Cristiano, a pase de Higuaín, y Özil por dos veces, culminando dos contragolpes de libro, llenaron el expediente y pusieron rumbo a Estambul.
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