La Real, de purísima y oro
El equipo donostiarra resuelve el partido en media hora ante un Málaga que priorizó Dortmund sobre Anoeta
Cuentan que los toreros clásicos, los más profundos, visten de purísima y oro en la grandes tardes, como mandan los cánones aunque el estilismo también se haya adentrado en la fiesta como hace tiempo se adentró en el fútbol hasta convertirlo en un logaritmo de colores, números y tácticas. La Real está siendo un torero fiel al canon y, en el partido más sentido de la temporada, en el más hondo porque a diferencia del resto valía cuatro puntos (por el gol average) se vistió de purísima y oro, a una hora casi, casi taurina. De purísima por su fútbol en el que prevalece la paciencia tanto para masticar el fútbol como para buscar luego el gol a dentelladas “secas y calientes”, que decía Miguel Hernández. De oro azul y blanco, un oro poco común que no se ve en los escaparates, una rareza destinada a los coleccionistas de victorias y de títulos, no a los currantes de la clasificación a los que el fútbol a veces premia con el éxito y a veces castiga con la indiferencia.
Los grandes equipos se definen por muchas cosas, pero todos tienen un común denominador: la pegada, el puñetazo en la mesa, la sensación de que no necesitan muchas ocasiones para hacer un gol, de que el gol vive con ellos y se asoma a la ventana a la mínima rendija que dejes abierta en la ventana del área. En esa rendija, apareció Vela para adueñarse de un cabezazo al poste de Agirretxe y marcar en un suspiro. Era el gol 3.000 de la Real Sociedad en 66 temporadas en Primera División. El primer gol de la historia lo marcó Paco Bienzobas, el gol mil fue para Mendiluce, el 2000 para Larrañaga, y el 3000 le correspondió al mexicano que sin embargo acabó lesionado con un tirón muscular.
Real Sociedad, 4 - Málaga, 2
Real Sociedad:Bravo, Carlos Martínez, Mikel González, Íñigo Martínez, De la Bella; Markel, Illarramendi; Carlos Vela (Estrada, m. 65), Zurutuza (Rubén Pardo, m. 31), Griezmann (Ifrán, m. 85); y Agirretxe. No utilizados: Zubikarai; Ansotegi, Cadamuro y José Ángel.
Málaga: Kameni; Sergio Sánchez, Lugano, Welligton, Antunes; Iturra, Camacho (Baptista, m. 75); Portillo (Duda, m. 57), Seba, Morales (Piazón, m. 63); y Santa Cruz. No utilizados: Caballero; Gámez, Toulalan e Isco.
Goles: 1-0. M. 21. Carlos Vela. 2-0. M. 23. De la Bella. 3-0. M. 30. Griezmann. 3-1. M. 43. Morales. 4-1. M. 51. Íñigo Martínez. 54-2. M. 70. Santa Cruz.
Árbitro: Undiano Mallenco. Amonestó a De la Bella, Rubén Pardo y Seba.
Unos 29.000 espectadores en Anoeta. Vela marcó el gol 3.000 de la Real en Primera División.
Cuando la rendija del Málaga se cerró, De la Bella rompió la persiana y la ventana con un zurdazo impresionante, medio a bote pronto y siete minutos después Griezmann actuaba como un ladrón de guante blanco, adelantándose a Sergio Sánchez en una contra y poniendo el balón en el justo y preciso lugar que quedaba por debajo de Kameni y entre Kameni y el poste. Para Griezmann, coser y cantar.
El Málaga excitado por su eliminatoria con el Borussia de Dortmund, dejó tres cuartas partes del equipo repartidos entre sus domicilios, el banquillo y la grada. Pellegrini apostó por los meritorios junto a Iturra y Welligton, porque no pueden jugar en Alemania por sanción. Ni a Willy Caballero, el portero de moda, quiso arriesgarlo por si un accidente le dejaba en el camino. Ciertamente era un Málaga menor, pero su un Málaga superlativo en la fe. Con 3-0 en a la media hora, no cayó en la depresión ni en la melancolía. El gol de Morales. Al borde del descanso fue un suero renovador, aunque Iñigo Martínez le cortó el grifo con un cabezazo poco después de que los clarines anunciaran el segundo tiempo.
Para la Real, llegar es sinónimo de marcar o algo muy parecido. Tiene la pegada de los grandes y el sudor de los humildes, juega con la chequera del gol y con el buzo del laburo. Y es que cuando estás de dulce, hasta las aceitunas empalagan. Y cuando estás de que sí, el “no” pide disculpas y se va discretamente.
No era fácil para la Real excitarse con un 4-1 a falta de media hora. Ni para el Málaga ilusionarse con ese resultado que desacreditaba su pedigrí. Lo segundo fue más intenso que lo primero y Santa Cruz, en un córner, le tiró un lamparón al traje de purísima y oro de la Real, poniendo un 4-2 de esos que le meten un cosquilleo a la grada y parece que el gobierno ha vuelto a cambiar la hora y el reloj va para atrás en vez de para adelante.
Sigue la Real fiel al engaño, al manejo de los tiempos y las suertes. Parece que sale indolente, parece que se duerme en ocasiones, incluso que se trastabilla en acciones imposibles, que se deja comer el terreno, amagando con estar a merced del rival, para sacar el verduguillo a la primera de cambio. Y acabó el partido como empezó, con el Málaga dominando el juego y el balón, con el coraje de quien se sabe grande aunque el marcador le dibuje una miniatura. Pero entre medio, el trasteo de la Real había sido imponente. El poderío de Griezmann es tan bravo como sutil, Vela te engaña porque aunque le mires a los ojos no sabes si está triste, cansado, feliz, preparando la dentellada o esperando sencillamente su momento. Y encima los laterales son puñales. Su peor noticia fueron las lesiones de Zurutuza y Vela (en el Málaga se lesionó Morales) y las nubes que llevando llorando y llorando en Euskadi meses y meses, se tomaron un pequeño respiro en San Sebastián y se pusieron a ver el fútbol. No siempre se ve un partido de purísima y oro.
Pellegrini viaja a Chile por el fallecimiento de su padre
Manuel Pellegrini viajó a Chile por el fallecimiento de su padre, noticia que conoció antes del partido. El técnico la comunicó a sus jugadores después del encuentro y posteriormente ofreció la habitual conferencia de prensa. No se sabe todavía si el martes podrá sentarse en el banquillo en el choque de vuelta de los cuartos de final de la Liga de Campeones que se celebra en Dortmund. La plantilla del Málaga se entrenará hoy a las órdenes del argentino Rubén Cousillas, ayudante de Pellegrini, después de quedar anoche concentrada. “Ha sido un día muy duro”, afirmó Pellegrini, quien en marzo ya había viajado a su país por la enfermedad de su padre.
“Aunque la Real, rival por la cuarta plaza, nos saca cuatro puntos, quedan 24 por disputar”, comentó el entrenador chileno cuando fue preguntado por el partido. “El marcador no ha hecho justicia a lo que ha ocurrido”, añadió. “Perder no es bueno porque genera dudas”. “Hemos sido muy efectivos de cara al gol”, corroboró Philippe Montanier, entrenador francés de la Real. “Funcionó muy bien la estrategia y la victoria nos viene bien porque ahora tenemos dos salidas”.
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