La losa de la portería
El Atlético, carente de un seguro bajo los palos, firma un empate (29-29) ante el Füchse que le complica el pase a cuartos ● El Barça, intratable ante el Silkeborg (26-32) ● Un digno Ademar cae (20-23) ante un Vezsprem superior
Ni volver a tener sentado en el banco a José Javier Hombrados consiguió aportar al Atlético una confianza de la que adolece este curso, instalado ya en el sufrimiento, incapaz de rematar partidos por muy a favor que se le pongan. Le volvió a ocurrir en la ida de los octavos de la Champions, contra el Füchse, ante el que firmó un empate que no hace más que complicar la eliminatoria para los de Dujshebaev. Dentro de una semana, tendrán que ganar, o empatar a más goles en Berlín, una pista que presenta, entre otras cartas de visita, la de ser la única en la que se ha dejado un partido este año el Barcelona, que pasea a sus anchas por la Asobal y por Europa.
Pocas posiciones tan importantes en el balonmano como la portería, la cruz del Atlético este curso. Adolecen los rojiblancos, plagados de lesiones durante todo el año además, de un guardameta que imprima miedo al rival y confianza a su equipo. De la que también carecieron los de Dujshebaev en ataque durante muchos tramos del encuentro, siempre topándose con el cerrojo de Heinevetter, tan efectivo cuando baja la persiana como estridente en sus celebraciones.
ATLÉTICO, 29 FÜCHSE, 29
Atlético de Madrid: Dahl; Roberto García (3), Lazarov (4), Balic (-), Markussen (2), Kallman (3) y Aginagalde (5) -equipo inicial- Hombrados (ps), Antonio Díez (ps), Edu Fernández (-), Ferrer (-), Angel Romero (-), Davis (1), Cañellas (9, 5p), Jurkiewicz (2) y Gojun (-)
Füchse Berlín: Heinevetter; Sellin (4), Igropulo (2), Spoljaric (1), Laen (1), Christophersen (3) y Nincevic (2,1p) -equipo inicial- Stochl (ps), Loffler (2), Richwien (-), Pevnov (6), Lund (-), Iker Romero (8) y Bult (-)
Marcador cada cinco minutos: 2-2, 5-2, 7-4, 10-7, 11-9 y 13-10 (Descanso) 17-14, 19-18, 21-22, 23-25, 27-27 y 29-29 (Final)
Árbitros: Dentz y Reibel (FRA). Excluyeron por dos minutos a Jurkiewicz por el Atlético de Madrid; y a Igropulo (2), Sellin y Pevnov por el Fchse Berlín.
Una semana antes de que se iniciase el curso los rojiblancos presentaban bajo los palos la garantía de la dupla Sterbik-Hombrados, consolidada durante años de confesiones, triunfos y horas de entreno en Ciudad Real. Pero el primero partió camino de Barcelona en el último suspiro y el segundo se partió, el cruzado. Baja para casi toda la temporada. Para entonces, en noviembre, junto a Hombrados trataba de hacerse al equipo y a la liga el noruego Magnus Dahl, cedido por el PSG, y que vio cómo recaía sobre él el peso de repeler balones en un equipo que aspiraba a todo. Una losa con la que le es imposible cargar, sobre todo en partidos de alcurnia como este. Se fue al descanso con nueve paradas que permitieron a su equipo una ventaja de tres goles en el luminoso (13-10), pero tardó casi 18 minutos en parar un balón en la reanudación.
Dahl estuvo 18 minutos sin parar un gol en el inicio de la segunda parte
Recurrió el Atlético al efecto Hombrados en la previa, anunciando el regreso del capitán. Una vuelta que, como se esperaba, fue sobre todo simbólica, pues no disputó un minuto en todo el encuentro. El candidato a la presidencia de la federación ejerció desde el banco más de segundo entrenador, centrándose en ayudar a Dahl –no es lo mismo, pensaría, que reciba instrucciones de alguien con su trayectoria que del teórico suplente, Antonio García, de 19 años, que bastante hace aguantar el tipo cuando se requiere su intervención-. Pero ni la presencia de Hombrados, que por momentos trataba incluso de calmar a un desesperado Dujshebaev, surtió. El equipo berlinés, encomendado a un inconmensurable Iker Romero supo aguantar el título y llevarse un gran resultado de Vistalegre.
El Atlético, que mira de reojo un inquietante futuro, se aferra ahora al coraje de los Cañellas, de Aginagalde, entre otros; al deseo de seguir vivo en una competición que atraiga a la gente a acudir a Vistalegre, con la liga dilapidada desde hace meses. También a los genes rojiblancos, esos en los que está instalado el sufrimiento. Y es que este equipo es tan impredecible que tampoco se le debería dar por eliminado tan a la ligera.
El Barça sigue imponiendo su ley
Precisamente Berlín, donde el Atlético tratará de recurrir a la épica, ha sido la única pista en la que ha caído este curso el Barcelona, en la fase de grupos, con la clasificación ya finiquitada para los azulgrana, que se deshicieron (26-32) del Silkeborg. Los de Xavi Pascual, con un acertado Noddesbo se llevaron de Dinamarca una renta más que suficiente para afrontar el partido del Palau con tranquilidad.
Demasiado músculo para el Ademar
Mientras los azulgrana se pasean a sus anchas por Europa quienes sí lo tienen complicado son los jugadores del Ademar, que cayeron ante el Vezsprem (20-23). Temían los magiares el ambiente de León, llegaron a proponer jugar los dos partidos en Hungría –la EHF no dio opción a que así fuera-, pero ni los rugidos pudieron aupar a los de Manolo Cadenas a lograr otra gesta en Europa, donde bastante camino han andado esta temporada a tenor de la catastrófica situación que vive el club, inmerso en concurso de acreedores.
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