Diego Costa reina en línea recta
El delantero brasileño marca a la contra y a balón parado y el Atlético se lleva por delante a Osasuna con dos jugadas típicas del muestrario rojiblanco
Con una contra y una jugada a balón parado, el Atlético se llevó por delante a Osasuna. Dos acciones culminadas por Diego Costa, dos jugadas muy del muestrario rojiblanco. Reinó el delantero brasileño en un partido muy suyo. Con tanta intensidad como falta de pausa. La similitud de los esfuerzos y la dedicación obsesiva en la ocupación de los espacios generó un partido jugado en línea recta. Nada de elaboración, nada de pasar la pelota por el centro del campo. Balones largos, cabezazos, segundas jugadas, pocos respiros y poco juego. Batalla pizarrera, y ahí el Atlético tiene pocos rivales en la Liga que le puedan hacer sombra. El triunfo le permite a los colchoneros seguir de cerca la estela del Madrid en esa lucha por el segundo puesto. También para reafirmarse como un equipo sólido, de esos que se sienten más cómodos en un campo de minas y trabajo que en una pradera donde se impongan las circulaciones largas. En ese contexto de simpleza y practicidad, se necesita sobriedad atrás, firmeza en el medio y puntería exquisita arriba. Todos eso tuvo el equipo de Simeone durante muchos minutos, y en el resto emergió Courtois con varias paradas decisivas.
OSASUNA, 0 - ATLÉTICO, 2
Osasuna: Andrés Fernández; Marc Bertran, Arribas, M. Flaño, Damià (Llorente, m. 79); Lolo, Puñal (Cejudo, m. 72); Armenteros, Oier, De las Cuevas (Nino, m. 60); y Masoud. No utilizados: Ricardo; Torres, Timor y Annan.
Atlético: Courtois; Juanfran, Miranda, Cata Díaz, Filipe Luis; Arda (Cebolla Rodríguez, m. 85), Gabi, Mario Suárez, Koke; Diego Costa (Adrián, m. 73) y Falcao. No utilizados: Asenjo; Pulido, Insua, Raúl García y Óliver.
Goles: 0-1. M. 34. Diego Costa. 0-2. M. 47. Diego Costa.
Árbitro: Pérez Montero. Amonestó a Juanfran, Damià, Diego Costa, Koke y Gabi.
El Sadar: 19.000 espectadores.
Sin Kike Sola, Mendilibar dispuso a Masoud como nueve mentiroso, quizá inspirado por la pupa que le hizo Vela la semana anterior a la defensa rojiblanca. Arrastró más el iraní, que tocó balón para propiciar las llegadas desde atrás del vigoroso Oier. Se impuso de primeras Osasuna en ese fútbol de saltarse líneas. Un canto a la practicidad en el que el Atlético se bregaba sin pasar demasiados apuros, más allá de un libre directo de Masoud desde la media luna que se fue cerca de la escuadra.
Con la primera media hora de juego rebasada, el Atlético aún no había disparado a puerta. Un centro pasado de Arda al que no llegó Falcao había sido su único aviso. Metido en esa pelea por cada balonazo largo, replegado a la espera de cazar a la adelantada defensa rojilla, el Atlético mató a la primera que pudo. Tras una recuperación, Gabi lanzó a Koke por abajo. El pase del primero y el desmarque del segundo, en posible fuera de juego, rajaron por el medio el sistema defensivo rojillo. Pudo pisar área Koke y levantó la cabeza para asistir a Diego Costa, que llegaba a la carrera y sacó un disparo manso que rechazó Andrés Fernández. El rebote lo cazó el propio Costa con la cabeza para marcar ya sin oposición. Una contra y un gol. Un golpe para Osasuna, retratado en una de las grandes especialidades rojiblancas. Aun tocado, los de Mendilibar tuvieron el empate al borde del descanso por dos veces. Las dos del llegador Oier, las dos abortadas por Courtois. En la primera conjugó reflejos y antebrazo duro a un cabezazo tremendo. En la segunda, también tiró de tiempo de reacción para detener el desvío con la puntera de Oier en un saque de esquina.
La línea recta también fue la tónica en el inicio de la segunda mitad, aunque el desenlace del partido tardó poco en concretarse. No habían pasado cinco minutos de la reanudación cuando Koke enguantó una de esas faltas laterales a pierna cambiada que tan bien se la dan. Peinó Miranda y Diego Costa apareció el segundo palo para empujar la pelota a placer. Lleva un mes largo el brasileño siendo el futbolista más determinante del Atlético. Le sobran empujones cuando el balón ya no está en juego o se ha perdido por la línea de banda y gestos provocadores, pero ahora mismo está por encima de Falcao en prestaciones goleadoras y en el diseño del juego de su equipo. Se ha colocado por encima de la gran estrella del equipo, algo impensable cuando empezó el curso. Acapara Costa desmarques, remates y gana partidos. Está convencido él y sus compañeros también de que es un seguro a la hora de enviarle balones para que estire al equipo. Falcao satelitea alrededor de él, desplazado un tanto por esa omnipresencia de un futbolista que se siente muy dañino. Se fue renqueante Costa antes de que acabara el partido. Otra vez decisivo, otra vez dejando a los centrales contrarios con la sensación de que es el delantero más incómodo e irritante del campeonato.
Con 0-2, Osasuna siguió con la misma receta vertical y el Atlético con idéntica disposición a desangrarlo a la contra. Falcao y antes de ser cambiado, Costa, pudieron aumentar la ventaja. También Koke con un intento de gol olímpico en otra demostración de toque con el interior de la bota derecha. Un aluvión de ocasiones que secundó Osasuna con otras tantas que Courtois desbarató con colocación y esa envergadura que le está lanzando hacia la condición de ser uno de los mejores porteros del continente.
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