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“Te lo mereces, Guaje”

Villa se reivindica con el gol que suponía la remontada y los barcelonistas se deshacen en elogios hacia su profesionalidad en los duros momentos por los que ha pasado

Villa festeja su gol al Milan.
Villa festeja su gol al Milan.JOSEP LAGO (AFP)

Gritó como un loco y a por él se fue el equipo, consciente de que el Guaje necesitaba un gol como el de ayer. Se lo comían porque a David Villa se le quiere con pasión en el vestuario, empezando por Messi, por mucho que se discutan en público y en privado, de manera vehemente. El Guaje es la alegría de la huerta y a fe que el vestuario le necesita feliz y cantarín, y el equipo, como ante el Milan: resolutivo como nadie, que por algo es el mejor goleador español de todos los tiempos.

El asturiano lo ha pasado mal y por eso, mientras le abrazaba, Pedrito le gritaba: “Te lo mereces, Guaje, te lo mereces”. “Bueno, se lo decía yo y se lo decimos todos, porque de verdad que necesitaba una noche como esta”, reconoció el canario, ese al que Villa señaló como ejemplo nada más aterrizar en el Barcelona. Después de superar una lesión que le tuvo ocho meses lejos del área, el 7 se impuso paciencia para volver al equipo y la tuvo; paciencia para volver a marcar y ahí salió el talento, porque, de buenas a primeras, le pudo dedicar un gol a su mujer y a sus dos hijas. Y paciencia, en definitiva, le pidió Zubizarreta cuando en enero llegó una oferta del Arsenal. Dicen que terminó por convencerle Xavi. Puede que este gol cambie algo o puede que su suerte esté escrita. “Yo ahora solo quiero irme a casa a disfrutar con la familia”, decía sonriente tras el partido. Ha brindado una lección de profesionalidad en los últimos meses, y sus compañeros lo saben. Por eso, festejaron que el tercer gol llevara su firma. “Un gol muy suyo”, dijo Pedro. “Lo merecía”.

“Tenía ganas de una noche como esta. Ha sido un partido espectacular, de todos”

A ratos, viéndose en el vestuario, después de ocho meses lesionado, se daba con un canto en los dientes. Pero ganador como es, cada mañana de partido desde que le dieron el alta, cuando su nombre no aparecía entre los 11 escogidos, verse en el banquillo era un jarro de agua fría. Hasta ayer: primera final del año, partido grande de verdad y ahí estaba él, en la alineación titular. Vivió entre los centrales, paciente, porque si algo le sobra es paciencia. Otro, en su situación, hubiera tirado la toalla y, llegado el caso, hubiera pensado antes en él que en el equipo. “Cuando pasan días bonitos como este olvidas todo lo malo”, reconoció, tras el partido, sin querer pensar en el futuro, sin entrar a valorar qué cambia este gol.

Roura explicó las razones por las que Tito Vilanova, desde Nueva York, le pidió que jugara el 7. “Nuestra intención era fijar a los dos centrales, que no se sintieran cómodos al salir a presionar a los interiores y a Messi. Y sabíamos que David nos daría la profundidad que buscábamos. Tiene gol, sabíamos que si tenía una el porcentaje era altísimo de que la enviara dentro”, reconoció Roura. “Es un sitio en el que he jugado mucho. Me pidió que tratara de jugar entre los centrales y el lateral”, explicó el delantero asturiano, que se confesó “muy feliz”: “Por el equipo y por mí. Después de unas semanas duras, era importante para nosotros devolver el cariño y la confianza que nos ha demostrado la gente, que siempre creyó en nosotros de una manera extraordinaria, casi no era ni normal”.

“De El Guaje no se duda nunca, sabíamos que tarde o temprano, pasaría una de estas”, explicaba, feliz, su compañero Iniesta

“Del Guaje no se duda nunca, sabíamos que tarde o temprano, pasaría una de estas”, explicaba, feliz, Iniesta. “Tiene gol y eso, seguramente, es lo más importante en el fútbol”, insistió el manchego, convencido de que la alegría del partido ante el Milan, “le compensará de los momentos duros por los que seguro ha pasado durante los últimos meses”. “El Guaje es el Guaje, de David no se duda. El equipo siempre ha creído en él”, reiteró Alves, que se abrió de brazos y se encogió de hombros cuando en la zona mixta se le insistió en las preguntas sobre el asturiano: “Es David, este es David, el de los goles importantes”.

“El otro día me dormí y hoy no quería que me pasara lo mismo”, contó Villa en referencia al balón que tiró al cuerpo de Aranzubia en el partido ante el Deportivo. “Por eso, tal y como he recibido me dio miedo que me pasara lo mismo y decidí rematar de primera”. Dijo que su cara en la celebración no fue de alivio, sino de felicidad.

“Tenía ganas de una noche como estas. Ha sido un partido espectacular, de todos”, comentó. Le dijeron que sería importante que tuviera paciencia. Y al final, llegó su hora, la hora del gol, la hora del Guaje. “Este es David Villa”, sentenció una vez más Alves.

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