100 partidos y tres ‘Champions’

Víctor Valdés entró con honores de grande en un selecto club, el de los porteros con 100 partidos jugados en la Copa de Europa, un lugar reservado hasta ahora para cinco cancerberos: Iker Casillas (Real Madrid, 129 partidos), Oliver Kahn (Bayern Múnich, 107), Alexander Shovkkovskiy (Dynamo de Kiev, 101) y Van der Sar (100 con Ajax, Juventus y Manchester United). Después de 10 años en el primer equipo del Barcelona y tres Champions de las cuatro que ha ganado el club (París 2006, Roma 2009 y Wembley 2011), Valdés logró mantener a cero la portería como primer paso para que el Barcelona eliminara al Milan. Las estadísticas dicen que durante sus 100 partidos lo consiguió en 45. “Si no marcan, pasamos”, dijeron sus compañeros en el vestuario, cuando aún estaban a la espera de remontar el 2-0 de la ida, conscientes de que ellos son los primeros responsables, de Pedro a Alves, de proteger su portería desde la presión y el balón.

Antes del duelo, como siempre antes de los partidos, a Valdés era mejor ni hablarle. Bajando las escaleras que llevan al campo, encendió con su mirada la de sus compañeros. “Valdés contagia”, dicen. El guardameta suele liderar y lo ha hecho con frecuencia en la Champions. “Si no es por él, el partido cambia”. Es una frase que ha pasado de la boca de Messi a la de Guardiola, también por la de Xavi y la de Vilanova en no pocos encuentros. “Valdés es el rey del 0-0 antes de que Messi meta el primero”, solía decir Juan Carlos Unzué, que fue su entrenador durante cinco temporadas.

A Valdés le gusta sentirse importante, por valiente. Así ha sido siempre en la Champions, donde a menudo sus paradas a mano cambiada, sus aciertos al jugar con el pie, sus blocajes perfectos sin permitir segundas opciones y sus manos prolongando remates cruzados han salvado al equipo, aunque algunos los hayan ninguneados por habituales.

Claro que nunca fue imbatible; por eso trabajó para conseguirlo. En su carrera, quien quiere, recuerda un fallo contra el Liverpool en la Champions de 2007, con Rijkaard en el banquillo, que a la postre costó la eliminatoria (1-2 en el Camp Nou; 0-1 en Anfield). Nunca ve los partidos en los que falla para que no le resten confianza. “Los errores se asumen en el campo, porque la jugada nunca es la misma en el campo que en la tele”, suele explicar, al tiempo que conviene que en cada gol que recibe siempre tiene su parte de culpa. Tipo singular, de niño sufría más que soñaba con ser portero, hasta que entendió que si el cuerpo le daba para parar, no debía desaprovecharlo. Y creció hasta las estrellas, hasta los 100 partidos europeos.

Lesionado Casillas, Valdés enfila la portería de La Roja en los próximos y trascendentes partidos, contra Finlandia y en París, ante Francia, en busca de la clasificación para el Mundial de Brasil 2014. En el camino asoma otra vez París y, más lejos, su fichaje por otro equipo, porque ya ha anunciado que dejará el Barça cuando termine su contrato, en junio de 2014. Antes, se retó con el Milan en el Camp Nou y salió victorioso.