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VUELTA DE LOS OCTAVOS DE LA 'CHAMPIONS' | BARÇA - MILAN
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Una realidad incomparable

El impulso de Sacchi en las categorías inferiores de Italia y de Prandelli en la ‘azzurra’ suponen un giro para el país

Partido de Champions de 1995. Klinsmann (Bayern), persigue a Galli (Milan).
Partido de Champions de 1995. Klinsmann (Bayern), persigue a Galli (Milan).ap

Aterricé como director de la cantera del Milan en 2009 y, desde entonces, tanto la voluntad del administrador delegado, Adriano Galliani, como la de la sociedad ha sido poner el foco en los jóvenes y su formación. Una iniciativa que se corresponde con el esfuerzo del club, que ahora invierte al año un porcentaje aproximadamente del 3,5% de la facturación del club, para mantener la estructura. Del mismo modo, el impulso de Arrigo Sacchi en las categorías inferiores de Italia —que puso la estructura del Barcelona como ejemplo— y de Cesare Prandelli en la azzurra ha supuesto un giro para el país, pero nos queda bastante camino por recorrer. Sobre todo porque, aunque el Barcelona y su modelo de cantera sea un referente por la cantidad de futbolistas que nutren al primer equipo, tenemos otra realidad.

Cuando aterricé en el sector juvenil, pretendí que se remarcara y volteara la metodología del trabajo en todos los equipos del club, que son 10. Pero siempre bajo una guía única y común, bajo la filosofía del equipo profesional. O, lo que es lo mismo, la filosofía que imponía el técnico Leonardo en su momento y la de Allegri en la actualidad. Una ideología que ya no puede ser como la del Barcelona, club que subraya la posesión. Aquí, por más que apostemos nuestro juego desde la gestión del balón, Allegri persigue una mayor verticalización, acelerar en los metros finales y llegar rápido al marco rival. Un fútbol que, sobre todo, se impone hasta los sub-15. Pero también hemos comprendido que no todo es fútbol, sino que la educación de los chavales marcará el futuro deportivo del propio jugador y del club. Así, tenemos un total de siete profesores para ayudarles con los estudios, además de cinco psicólogos. Cuatro para el fútbol de los chavales entre 19 y 15 años; y otro para la base (entre 14 y 8 años).

El impulso de Sacchi en las categorías inferiores de Italia y de Prandelli en la ‘azzurra’ suponen un giro para el país

Creo, con cierta perspectiva del tiempo, que ahora recogemos parte de esos frutos. No con El Shaarawy, como se dice, porque ya llegó para el primer equipo, pero sí con muchos otros, como De Sciglio —muchas veces titular con Allegri—, y varios que se curten como cedidos, tipo Verdi (Torino) y Oduamadi (Varese), entre otros, además de producirse bastantes ventas. Pero el objetivo del club y el de Galliani, claro, pasa por tener a seis o siete futbolistas en el primer equipo. Pero eso, en Italia, no es fácil. Ni siquiera para el Milan que, en comparación con el Barça y su modelo, tiene una realidad incomparable. Allí, si no me equivoco, pueden fichar a todos los futbolistas de su región. Solo compite con el Espanyol y si son grandes futbolistas, acabarán en el Barça. Aquí, sin embargo, en nuestra área geográfica, Lombardía, ya tenemos que pelear con el Inter, con el Atalanta, con el Brescia… Es una competencia realmente fiera.

En la Serie A es muy complicado tener oportunidades. Más que nada porque, al contrario que en España, el Equipo Primavera [el filial] no compite en las divisiones inferiores —medida que trata de revertir Sacchi— y el salto resulta tremendamente grande. Son jugadores que no están formados ni tienen experiencia y, en muchas ocasiones, la cesión es la solución, a sabiendas de que no es lo ideal para ellos. En cualquier caso, Prandelli, que da oportunidades a la calidad sin mirar la edad, ha supuesto un cambio, una apertura hacia los jóvenes. Y desde el Milan la secundamos.

Filippo Galli es exjugador del Milan, tricampeón de Europa, que ahora desempeña las funciones del director de la cantera ‘rossonera’.

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