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27ª JORNADA DE LIGA
Crónica
Texto informativo con interpretación

El Betis saca petróleo ante Osasuna

Un gol de Rubén remata al equipo navarro, que fue superior, y consolida a los de Mel en los puestos europeos

Rafael Pineda
Beñat trata de sacar un balón con el campo encharcado.
Beñat trata de sacar un balón con el campo encharcado.PACO PUENTES (EFE)

La verdad es que el Betis no jugó un pimiento. Un chispazo cuando más dominaba Osasuna acabó con los navarros. Un pase al hueco gigantesco de Pabón, que estuvo cinco minutos en el campo, y un desmarque y una definición antológica de Rubén Castro diseñaron un fantástico gol, que permite al Betis alcanzar los 43 puntos y afianzarse en la pelea por puestos europeos. El toque de distinción que le faltó a Osasuna, trabajador incansable, pero sin magia.

El conjunto navarro fue mejor que el equipo verdiblanco, sin fuelle en el centro del campo, con Beñat y Cañas completamente superados, con cuatro delanteros siempre y mirando hacia arriba. La temporada del Betis es fantástica y tiene un enorme mérito, parte de los jugadores y parte de un entrenador que casi todo lo que toca lo convierte en oro: Pepe Mel.

BETIS, 2; OSASUNA, 1

Betis: Adrián; Ángel, Amaya, Paulao, Nacho; Campbell (Nono, m. 64), Cañas, Beñat (Pabón, m. 78; Fausto, m. 85), Juan Carlos; Rubén Castro y Jorge Molina. No utilizados: Casto; Chica, Mario y Pozuelo.

Osasuna: Andrés Fernández; Marc Bertrán, Arribas, Flaño, Damià; Lolo, Silva, Oier (cejudo, m. 46); De las Cuevas (Nino, m. 81), Sola (Masoud, m. 46) y Armenteros. No utilizados: Ricardo; Rubén, Nano y Puñal.

Goles: 1-0. M. 19. Jorge Molina. 1-1. M. 73. Silva. 2-1. M. 79. Rubén Castro.

Árbitro: Hernández Hernández. Roja directa a Silva (m. 90). Amonestó a Oier, Nacho, Damià, Armenteros, Juan Carlos, Beñat, Paulao, Nono y Arribas,

Benito Villamarín. Unos 26.000 espectadores.

El Betis es mucho de sus delanteros de calidad, de un portero con ángel y el aire a favor que imprime un grupo con hambre de gloria. Además, tiene esa pizca de fortuna que se le aparece en los mejores momentos. Osasuna lo superó en la segunda mitad, lo zarandeó y logró un empate que, a todas luces, era justo. Se quebró en un balón al hueco tras una pérdida de balón absurda y en una perfecta definición de Rubén Castro cuando saboreaba la igualada. Puede ser el año del Betis, al que casi todo le sale bien.

Osasuna sobrevive sin delanteros, lo que tiene mucho mérito, y es un equipo honrado, tremendamente honrado, pero de escasa pegada. Eso le pasará factura porque el gol tapa todas las carencias, justo lo que le ocurre al Betis. Por momentos, naufragó en el centro del campo, pero los goles y los triunfos levantan ánimos y solapan carencias. Sufrió el Betis, pero ganó. A partir de ahí, toca crecer y hacerse todavía más competitivo.

Llovió tanto en Sevilla que Betis y Osasuna jugaron un partido marcado por el agua. Encharcado el Villamarín, al equipo de Mel, con menos fútbol que en anteriores ocasiones, le bastó con una gran aparición para ponerse por delante. Ese es el Betis, desparpajo y pegada, como demostró el gol de cabeza de Jorge Molina. Estupendo el cambio de juego de Rubén Castro y excelente el pase al área de Campbell. En un escenario norteño, el equipo sevillano se imponía a Osasuna con un remate de cabeza. Las cosas de este fútbol moderno sin patria.

En desventaja, al equipo de Mendilibar le tocó un papel en el que no se siente demasiado cómodo, el de protagonista del juego. El Betis, con muchos delanteros pero con poco centro del campo, acusaba el dominio osasunista en la línea de tres cuartos. Tanto tener el balón, un asunto además complicado, apenas le dio a Osasuna para un gran disparo de Armenteros que sacó Adrián.

A pesar de estar expuesto a los contragolpes del Betis, con Campbell en estado de gracia hasta que reventó, Osasuna se hizo con el mando del encuentro ante un rival que concedió demasiado. Sin centro del campo, los de Mel sufrieron un acoso continuo que no se tradujo en gol porque a Osasuna le falta calidad para definir y porque el Betis se encuentra en estado de gracia, en especial su portero Adrián.. El enésimo regalo del conjunto andaluz en defensa lo aprovechó Silva con un remate seco. El empate estaba servido hasta que apareció Pabón. Y con él, el de siempre, el goleador Rubén Castro.

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