Barkero aprovecha un accidente
Un resbalón de Mathieu, que aprovecha el medio, permite empatar al Levante cuando el Valencia tenía el partido ganado
Mestalla estaba feliz con su equipo, que creía tener el partido ganado cuando, de pronto, sucedió un accidente. Resbaló Mathieu y el camino le quedó despejado al Levante. Empató Barkero con un disparo con el exterior de la zurda. El Valencia se quedó helado. No podía creérselo. El fútbol reserva sorpresas como esta. El día en que Mestalla agradecía la ambición de Valverde y la recuperación de muchos de sus jugadores (Parejo, Jonas, Albelda, Víctor Ruiz… e incluso Mathieu hasta el resbalón), el Levante se encontró un punto inesperado. Lo atrapó Barkero, un veterano que merece todos los honores.
VALENCIA, 2; LEVANTE, 2
Valencia: Guaita; João Pereira, Víctor Ruiz, Mathieu, Guardado; Feghouli, Albelda (Viera, m. 90), Parejo, Jonas (Valdez, m. 77); Canales (Tino Costa, m. 71); y Soldado. No utilizados: D. Alves, Piatti, Barragán, y Bernat.
Levante: Munúa; Vyntra, Ballesteros, David Navarro, Juanfran; Iborra, Diop (Míchel, m. 57); Pedro Ríos (Juanlu, m. 80), Barkero, Rubén; y Acquafresca (Martins, m. 57). No utilizados: K. Navas, H. Rodas, Nikos, Valdo.
Goles: 0-1. M. 16. Iborra. 1-1. M. 27. Jonas. 2-1. M. 47. Soldado. 2-2. M. 88. Barkero.
Árbitro: Velasco Carballo. Amonestó a Barkero, Vintra, Iborra, Guaita, David Navarro, Guardado.
Unos 35.000 espectadores en Mestalla.
Acompañado de un vendaje vintage en la mano derecha (al estilo Leal, el del Atlético, años setenta), Parejo ya se atreve con todo. Incluso a empujar a Albelda para que se desplace un poco más a la derecha. Por fin afilado, el madrileño exhibe su refinado pase interior, fuerte y preciso, muy limpio, de los mejores del campeonato. Aquilatado por la fiabilidad antiquísima de Albelda, Parejo se sintió el dueño del juego del Valencia, que encontró casi siempre una salida por la derecha. Allí la producción, con Feghouli y João Pereira, está asegurada. Muchas veces les falta finura, pero ahí están, dando la lata. De uno de esos centros de Feghouli llegó el momento de la noche. El explosivo empalme de Soldado, una ametralladora cuando se trata de rematar. El balón pegó violentamente en el larguero antes de entrar. Era justo antes del descanso. Y justo después de que Ballesteros le acusara de un codazo que el árbitro no apreció.
De la derecha también nació el empate. Una internada de Parejo, sí de Parejo, cuyo pase atrás se embarulló y lo acabó introduciendo en la portería Jonas, en fuera de juego, eso sí, puesto que el portero Munúa había abandonado el arco y solo quedaba un defensa por detrás.
Antes, en un emparejamiento desigual, Iborra tenía todas las de ganar con Jonas. Le saca varias cabezas. Y si bien el córner les pasó de largo, el siguiente saque de banda le brindaría una nueva oportunidad. Iborra cabeceó al primer palo y hacia atrás el saque de banda de Juanfran. El cuero le pasó por encima a Guaita. E Iborra, en el centro de las miradas valencianistas para el próximo curso, completó una primera parte notable. El Levante apenas pudo salir a la contra. Con Martins en el banquillo después de su deserción frustrada, disponía de poca pólvora, porque Acquafresca no dijo nada, anulado por la coordinada e improvisada zaga local.
JIM lanzó un órdago al comienzo del segundo tiempo con dos cambios de peso: Míchel y Martins. Los dos tenían motivos para reivindicarse. El primero porque volverá a Mestalla el próximo curso. El segundo, para demostrar su profesionalidad.
El Valencia seguía con el plan trazado: imponer su supremacía en campo contrario. Soldado respondía a latigazos: primero le anularon un gol por un fuera de juego inexistente; después envió un trallazo al larguero. Canales, exhausto, pidió el cambio. Y Albelda, incansable, probaba una vaselina ante el reconocimiento de la grada. Todo era felicidad en Mestalla hasta que una caída de Mathieu les dio a los granota un punto muy sabroso.
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