Campeones en la ruina
El Ademar, tercero en la Liga y en octavos de la ‘Champions’ a base de tesón, abocado al concurso de acreedores esta semana, ahogado por las deudas y la falta de subvenciones
Fue en octubre, en la cuarta jornada de una Liga de Campeones que se presumía una pesadilla a principios del curso, cuando Manolo Cadenas, a falta de cinco minutos para acabar el partido ante el Flensburg, alemán, gritó a sus pupilos para que no se amilanaran ante un rival de mayor entidad: “¡Esto es León, y aquí mandamos nosotros!”. Firmó el Ademar un empate que, seis jornadas después, ha contribuido a colocar al equipo en los octavos de final. Un éxito deportivo inversamente proporcional al que resultará del partido que se juega en los despachos y ante el que poco más pueden hacer jugadores, cuerpo técnico y una de las aficiones más fieles del balonmano español.
El miércoles, cuando se cumpla un mes del triunfo de España en su Mundial, si no lo remedia una reunión con Hacienda prevista para hoy, el tercer clasificado de la Liga Asobal se verá abocado a solicitar el concurso de acreedores. Una crítica situación por la que antes pasaron clubes como el Ciudad Real, el Portland; a la que miran de reojo otras entidades, pues solo el Barcelona tiene garantizado una estabilidad total al final de curso.
De los 500.000 euros de deuda, 230.000 corresponderían al salario de la plantilla
La deuda del club leonés ronda los 500.000 euros, de los cuales unos 230.000 corresponderían al salario de los jugadores. La deuda con la plantilla se remonta a la campaña pasada. A los jugadores que siguen, y a los que se vieron obligados a salir —algunos como Vicente Álamo, Juan Andreu o Rafa Baena, al extranjero— aún no se les ha pagado parte de su sueldo.
A la actual plantilla se le adeuda ya parte de la nómina de diciembre y la de enero. “A la primera parte de la temporada podemos hacer frente con los ingresos de empresas privadas, pero para la segunda tenemos que recurrir a las subvenciones públicas”, argumenta Carlos Pollán, presidente del Ademar, para explicar el porqué de los impagos de esta campaña. Una situación que no debería pillar de nuevas. El Ayuntamiento de León, principal deudor de las subvenciones públicas, redujo en la temporada 2009-10 un 60% la cantidad que aportaba, 423.000 euros, con la campaña y el presupuesto ya finiquitados. “Los 200.000 euros de la siguiente temporada ni los recibimos”, explica Pollán. Aunque el Consistorio se ha comprometido a adelantar un 75% la partida prevista para 2013, unos 100.000 euros, esta cantidad resulta insuficiente. “No queríamos llegar hasta el punto de solicitar el concurso, porque queremos seguir administrando nosotros el club, pero tampoco sería una mala situación porque hay que garantizar la viabilidad en el futuro”, explica Pollán, que no deja de admitir que la entidad carga con “el lastre de errores del pasado”. Como el haber elaborado, la temporada pasada, un presupuesto “demasiado optimista” a sabiendas de que, como se vio después, no se podría con él.
La situación ha llevado incluso a la figura del equipo, el campeón del mundo Carlos Ruesga, a reclamar el aval de 51.000 euros depositado por el club ante la Liga Asobal, por el retraso en los pagos. Lejos de venirse abajo por lo que ocurre fuera del 40x20, Ruesga volvió a dar el sábado otro recital, con 10 goles al Partizan Lo mismo que Iñaki Malumbres bajo los palos. O Manolo Cadenas sacando petróleo de un equipo todavía en formación. “Porque siempre hay un futuro, nuestro presente puede servirles a muchos”, dice Cadenas. Porque en la pista, a pesar de las incógnitas y las inseguridades que suscitan los despachos, el balonmano español sigue demostrando por qué hace solo un mes fue campeón del mundo.
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