El Valencia, rey del juego aéreo
El equipo de Valverde, con uno menos más de una hora, gana al Mallorca gracias a otro gol de cabeza (2-0)
El Valencia ganó un partido que parecía imposible por juego y por la inferioridad numérica desde la expulsión de Tino Costa (m. 27). Pero reaccionó en el descanso. Gracias a tres factores. Su portentoso juego aéreo: Ricardo Costa se levantó majestuoso para marcar el decimosegundo tanto de cabeza de los valencianistas en este campeonato; los retoques tácticos de Valverde, siempre vivo para detectar los puntos débiles de su equipo; y las paradas de Diego Alves, soberbio hasta en tres intervenciones decisivas. Al Mallorca se le escapó la tortuga con todo a su favor: el recital de Giovani, la expulsión de Tino Costa, la lesión de Rami…
El precioso sombrero de Givani dos Santos a su compatriota Guardado, fuera de su hábitat los dos, en la zona del lateral izquierdo mallorquinista, retrató la primera parte. El pequeño mexicano del Mallorca se movió a su antojo y usó a placer su velocidad para desquiciar al Valencia. Le falló el remate, eso sí, porque se topó con una magnífica estirada de Diego Alves, que desbarató el tiro raso en el mano a mano propiciado por el pase en profundidad de Martí. La valentía de Manzano, con tres delanteros (Giovani, Hemed y Alfaro), sometió en la primera media hora al Valencia, sin ninguna referencia ni en ataque ni en el centro del campo, insustancial en todas las líneas. Entonces Pérez Lasa expulsó a Tino Costa por un forcejeo con Pina. Y todo cambió.
Con uno más y ya no con la voluntad sino la obligación de ir a por el partido, el Mallorca entró en una fase de indefinición. Le había cedido el campo el Valencia y debía madurar las jugadas ante un rival replegado. Lo hizo eventualmente, pero Nunes, de cabeza, volvió a dilapidar otro remate muy franco. El Valencia reestructuró todo su esqueleto. Valverde retiró a Bernat para que Víctor Ruiz reforzara la medular. Lo retrasó más tarde por la lesión de Rami antes del descanso. El Mallorca, como en el balonmano, desaprovechó estar casi cinco minutos con dos más: Canales calentaba para ocupar la plaza vacante del central francés. Valverde vio un agujero en su lado izquierdo y sustituyó a Jonas, otra vez intrascendente, por un zaguero como Cissokho. Lejos de sepultarlo, los contratiempos acabaron por impulsar al Valencia.
VALENCIA, 2 - MALLORCA, 0
Valencia: Diego Costa; Pereira, Rami (Canales, m. 43), Ricardo Costa, Guardado; Feghouli, Tino Costa, Parejo, Bernat (Víctor Ruiz, m. 35); Jonas (Cissokho, m. 60); y Soldado. No utilizados: Guaita, Viera, Piatti, Valdez.
Mallorca: Aouate; Hutton, Nunes, Geromel, Luna (Víctor, m. 71); Pina, Tissone (Javi Márquez, m. 66), Martí; Alfaro (Pereira, m. 61), Hemed, Giovani. No utilizados: Calatayud, Fontàs, Nsué.
Goles: 1-0. M. 60. Ricardo Costa. 2-0. M. 81. Soldado.
Árbitro: Pérez Lasa. Expulsó a Tino Costa (m. 27) con roja directa. Amonestó a Parejo, Canales, Cissokho, Luna, Geromel y Javi Márquez.
Unos 40.000 espectadores en Mestalla.
El cuadro de Valverde se defendió con rabia y se limitó a salir de vez de en cuando a la contra. A eso y a las acciones a balón parado, claro, allí donde es el rey de la Liga con mucha diferencia. Al centro de córner de Canales desde la derecha, a pie cambiado, acudió como una locomotora Ricardo Costa al punto de penalti. Saltó mucho más que Pina y Nunes juntos y cabeceó de frente al balón, propulsándolo violentamente por el centro de la portería. Le dobló las manos a Aouate.
Javi Márquez y Víctor Casadesús reforzaron el ataque mallorquinista. Ambos participaron en la elaboración por la izquierda de otra jugada desbaratada a última hora por otro paradón a bocajarro de Diego Alves al cabezazo de Casadesús. El trabajo estajanovista de Pereira, tanto en ataque como en defensa, ejemplificó la solidaridad valencianista en el segundo acto. El Valencia se vació y el público acabó por entregarse a sus jugadores. Estos les devolvieron el apoyo con una acción que reunió lo más excelso de un equipo jugando con 10 toda la segunda parte. Parejo, tantas veces criticado por su indolencia, cortó el pase de Javi Márquez estirando muchísimo su pierna derecha. El medio madrileño progresó con una frialdad estremecedora. Y le tiró un caño al propio Márquez. De ahí salió algo trompicado el balón, pero Soldado le dibujó un desmarque al que Parejo solo hubo de poner la pelota en diagonal. El delantero valenciano controló y disparó con su habitual eficiencia, su 12º tanto de la temporada. A falta de fútbol, el Valencia encontró el carácter y la mano de Valverde para doblegar a un Mallorca sin fortuna ni puntería.
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