El escándalo salpica a Rosell y a Villar

El ‘Qatargate’ de la revista francesa France Football también ha señalado a importantes figuras del fútbol español como el actual presidente del Barcelona, Sandro Rosell, y al presidente de la federación española, Ángel María Villar. El reportaje explica que el dirigente azulgrana mantuvo una “estrecha relación de negocios” con Ricardo Texeira (presidente de la Confederación Brasileña de Fútbol hasta marzo del año pasado y al que le revista recuerda como un “exiliado en Florida para escapar a los múltiples casos de corrupción que le persiguen, en algunos casos con dinero procedente del Golfo Pérsico”) cuando Rosell era director de marketing de la compañía deportiva estadounidense Nike. France Football declara que el director del Barça no tiene ninguna función en la FIFA pero sí matiza que sus contratos en Catar “intrigan y no son inocentes”. La publicación recuerda el patrocinio firmado por el Barcelona, y ya con Rosell como presidente, con la ‘Qatar Foundation’ y que en la temporada 2013/2014 pasará a convertirse en ‘Qatar Airways’. El patrocinio de la aerolínea catarí inyectará al club 166 millones de euros durante cinco temporadas y una prima de cinco millones más si el equipo consigue alguna Liga de Campeones. Tanto el club como Rosell decidieron no pronunciarse al respecto.

Pero el presidente del Barcelona no ha sido el único español acusado en el reportaje de la publicación francesa, ya que el presidente de la Federación Española de Fútbol, Ángel María Villar, habría también influido en el escándalo de la elección de Catar como sede del Mundial 2022. El reportaje asegura que Villar apoyó la candidatura de ese país de Oriente Medio a cambio de recibir el apoyo de los cataríes para la candidatura de España y Portugal de 2018, que finalmente ganó Rusia. La revista también asegura que el presidente de la Federación Española habría pactado con Catar la celebración del España-Uruguay, que tendrá lugar el próximo 6 de febrero en Doha, por una importante suma de dinero. Según France Football, en noviembre del año pasado la selección española anuló un partido amistoso contra Corea del Sur en el estadio de Wembley con fecha para febrero y anunció posteriormente el encuentro con el conjunto uruguayo, cuya celebración en la ciudad catarí reportaría a la Roja un beneficio de tres millones de euros. Cuestionada sobre estos asuntos, la federación aseguró que el acuerdo para el encuentro en Doha fue anterior a la elección de la sede mundialista, y no emitió ningún comunicado oficial.