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Un grande en los pulmones

Djokovic y Murray, que protagonizan partidos extenuantes, se citan mañana (9.30) para luchar un maratón con el título como premio

Juan José Mateo
Lendl, exnúmero uno y ahora técnico, con Murray.
Lendl, exnúmero uno y ahora técnico, con Murray. WILLIAM WEST (AFP)

Antes de la final del Abierto de Australia (hoy, 9.30, Eurosport), que le enfrentará al serbio Novak Djokovic, Andy Murray explica el maratón que se le viene encima a través de Roger Federer. El británico acaba de derrotar al suizo, que le ha dicho de todo menos “guapo” en un momento del partido. “No es relevante”, dice el número tres cuando le piden que hable de eso. “No tengo interés en comentarlo. Pasa todo el tiempo, en todos los deportes, especialmente en este, que es una especie de combate individual. No es importante”, cierra. “Reacciona usted con comedimiento”, le dicen entonces. “¿Se debe eso a que aún le queda un paso por dar [en referencia a la final]?” “No”, contesta. “(…) No quiero malgastar nada de energía, porque la necesitaré toda si quiero ganar a Novak el domingo”.

Murray, que pretende ser el primer tenista que celebre su primer grande conquistando el que se compite inmediatamente después, sabe de lo que habla. Los dos rivales están formando la nueva gran rivalidad del tenis, y esa es una rivalidad para piernas incansables, pulmones inagotables y cerebros inasequibles al desaliento. Basta repasar sus últimos tres enfrentamientos. En la final del Abierto de EEUU, ganada por Murray, consumieron cinco horas y 4h 54m minutos, con el tie-break más largo de la historia de las finales neoyorquinas (25 minutos). En la final de Shanghái, ganada por Djokovic, apuraron 3h 21m y el escocés desaprovechó entre raquetas rotas cinco puntos de partido. Para terminar, su cruce en la Copa de Maestros, también celebrado por el serbio, que manda 10-7 en los cruces particulares, apuró 2h 35m minutos y todos los parciales. Todos esos encuentros vieron intercambios de una extensión maratoniana y castigaron cada error con dureza. Lo sabe bien Murray, que el año pasado, en las semifinales de Melbourne, soñó con sacar por el partido… y acabó perdiendo tras 4h 50m. Casi nada.

La diferencia puede estar en el día extra de descanso que tiene Novak Roger Federer

"Por eso”, valoró Federer tras su derrota, pensando ya en lo larga que podría ser la final; “creo que la diferencia puede estar en el día extra de descanso que tiene Novak [el serbio tumbó a Ferrer el jueves y Murray eliminó a Federer el viernes]”.

“Evidentemente, prefiero afrontar esta final más en forma y con un poco más de tiempo que la de 2012”, ironizó Djokovic, recordando que fue él quien tuvo un día menos de descanso el año pasado, y que además luego ganó a Rafael Nadal tras 5h53m, el sello de su físico privilegiado. “En cuarta ronda de este año me llevaron al límite (contra Wawrinka)”, añadió tras arrollar a Ferrer en semifinales. “He tenido partidos físicamente muy duros en este torneo, y estoy feliz de haberlos superado. Ahora mismo, me siento fantástico sobre la pista”, cerró el serbio, que busca ser el primer tenista en celebrar tres Abiertos de Australia consecutivos en la Era Abierta (desde 1968).

Amigos desde la infancia, esta es una rivalidad con futuro: enfrentados por segunda final grande consecutiva, los dos contrarios tienen 25 años. Protagonizaron una final memorable en Nueva York. Se cruzan ahora con un elemento nuevo en la ecuación: por primera vez en su vida, Murray acude a un partido de esta importancia sabiéndose capaz de ganarlo, porque eso es lo que hizo en el Abierto de Estados Unidos 2012.

“En el último año he empezado a jugar a mi nivel óptimo en los grandes partidos, lo que no había ocurrido siempre”, dijo el escocés, que será el británico con más victorias en los grandes si levanta el título (suma 106, tantas como el mítico Fred Perry). “Eso es lo que ha cambiado. En cuanto a Novak, durante los primeros seis meses de 2011 no perdió ningún partido. Es difícil mejorar eso. Sigue jugando bien. Es el número uno. En 2012 ganó aquí, llegó a la final de Roland Garros, a la del Abierto de EEUU e hizo semifinales de Wimbledon. Está jugando extremadamente bien”.

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Sobre la firma

Juan José Mateo
Es redactor de la sección de Madrid y está especializado en información política. Trabaja en el EL PAÍS desde 2005. Es licenciado en Historia por la Universidad Complutense de Madrid y Máster en Periodismo por la Escuela UAM / EL PAÍS.

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