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SIETE METROS
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Un resultado nada triste

En ocasiones, las opciones de conseguir un metal en un Mundial pasan por no ganar un partido

La defensa de España intenta detener el lanzamiento de falta de Kopljar.
La defensa de España intenta detener el lanzamiento de falta de Kopljar.JuanJo Martin (EFE)

Imaginen por un momento que gran parte de las opciones de conseguir un metal en un Mundial pasan por no ganar un partido. Aunque suene raro, es, a mi modo de ver, lo que le ocurría a España en el partido de ayer tras la sorprendente derrota de Francia ante Alemania. Les bleus,Dinamarca y Croacia, los rivales, por ese orden, a los que se hubiera medido España tras los octavos de final, son las grandes potencias del balonmano. No quiero decir que España no pueda ganar a cualquiera de ellos, ¿pero a los tres? Estoy convencido de que los que queremos que la selección consiga una medalla no estamos tristes por la derrota ante Croacia.

Ambos equipos pusieron toda la artillería al comienzo, los dos con idéntica defensa 6:0, en el caso de Croacia para cerrar los pases a Aginagalde y quizás en la selección española por ser el sistema que mejor domina el equipo.

España comenzó con una gran intensidad, empujado el conjunto seguramente por el ambiente que se vivía en la Caja Mágica, otra vez abarrotada. Alilovic mantenía en el partido a Croacia, pero tanto Alberto Entrerríos como Maqueda, gran partido el de los dos, fueron una auténtica pesadilla para él. No fue suficiente, porque Croacia, a mediados del primer tiempo, tomó el mando del partido en buena parte gracias a su letal contraataque. Croacia se fue al descanso con dos goles de ventaja (13-15) y, creo, con la sensación que se llevaría el partido.

En el segundo período el técnico español decidió cambiar el sistema defensivo 5:1 de nuevo con Aitor Ariño de avanzado, lo que le dio un gran resultado. Tanto que España dio la vuelta al marcador y llego a ponerse tres goles arriba. Tardó Croacia 15 minutos en hacerse a ese cambio de sistema, pero cuando se habituó, justo en el momento en que España se afianzaba en el marcador, reaccionaron los balcánicos, atacando muy bien esa defensa.

A falta de alrededor ocho minutos para el final del partido, Valero se vio obligado a pedir tiempo muerto y volvió a cambiar el sistema defensivo a 5+1, que tan buen resultado le dio ante Hungría, en la zona del lateral derecho de Croacia. Pero esta vez Croacia, un rival con más entidad que los magiares, se adaptó rápidamente al sistema.

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