Un futbolista de acogida
Con 23 años Vela completa en la Real su segunda temporada, la época más prolongada en un mismo club desde que saliera de México con 16
Si la edad dependiera de lo que descuenta el paso del tiempo, Carlos Vela (Cancún, México, 1989) estaría dando sus segundos pasos en el fútbol profesional. La suposición mantendría al protagonista inmerso en un universo de descubrimientos, con los ojos despiertos ante lo que aun está por venir. Para Vela, sin embargo, esa es una coletilla demasiado recurrente que le ha acompañado desde que despuntase en el Mundial sub-17 de 2005 con la selección mexicana. Máximo goleador de aquel campeonato y con el título bajo el brazo, llamó la atención de Arsène Wenger. Desde entonces, y siempre bajo la supervisión del Arsenal, ha deambulado por cinco equipos -Celta, Salamanca, Osasuna, West Bromwich Albion y Real Sociedad-, en los que no había permanecido más de una temporada hasta llegar a San Sebastián.
Los gunners reclutaron al mexicano cuando tenía 16 años, y sin que todavía hubiera debutado con el primer equipo del Chivas de Guadalajara, a pesar de la restricción de la FIFA que impide firmar contratos profesionales a menores de edad. El conjunto inglés ofreció un trabajo en Londres a su padre amparándose en un refugio de esa cláusula que valida las contrataciones a menores por desplazamiento familiar. Sin posibilidad de debutar en la Premier hasta los 18, Vela fue cedido al Celta en febrero de 2006. El conjunto gallego, sin embargo, ya tenía cubiertas las plazas extracomunitarias, por lo que el delantero solo pudo entrenarse en Vigo. En junio volvió a Londres, pero siendo aún demasiado joven para el primer equipo, Wenger lo cedió de nuevo por una temporada al Salamanca para que siguiera con su formación.
Era un chaval muy abierto, muy alegre. Incluso nos vacilaba a los veteranos" César Cruchaga
“Estaba empezando en el fútbol profesional, pero ya demostraba tener unas condiciones fuera de lo normal. Necesitaba minutos y aquí los encontró”, recuerda Javier López Castro, técnico del Salamanca de 2005 a 2007. “Por su nivel ha demostrado estar a la altura de equipos que entran cada año en UEFA o Liga de Campeones”, añade. Aquel curso Vela firmó ocho goles en 31 partidos y acabó como tercer máximo anotador del equipo. Su buena actuación en Segunda le valió una nueva cesión, esta vez a Osasuna, ya en Primera. “Era un chaval muy abierto, muy alegre. Incluso nos vacilaba a los veteranos. A pesar de su edad y de venir de un equipo como el Arsenal no se lo tenía nada creído”, asegura César Cruchaga, excapitán de Osasuna. “Deportivamente le faltaba hacerse porque la calidad la tenía. Le dabas el balón en banda izquierda y sabias que algo iba a hacer”.
Tras su paso por Pamplona, el Arsenal volvió a repescarlo, esta vez con la intención de hacerle debutar con el primer equipo, algo que finalmente, tras dos años de traslados forzosos, hizo en 2008. Aun así, la presencia de jugadores como Robin Van Persie acabó cerrándole el camino y de nuevo fue cedido al West Bromwich Albion en 2011 por cinco meses. Con tres goles contribuyó a que los baggies mantuvieran la categoría, a pesar de que su relación con el fútbol inglés ya agonizaba. Vista la situación en Londres y degustado el fútbol español, Vela volvió a la Liga, esta vez a la Real Sociedad cedido por un año. “Es un jugador con una técnica envidiable, con una gran conducción y un buen tiro. Antes pecaba de individualismo y eso era lo que penalizaba su rendimiento. Ahora participa más en el juego que cuando estaba en Osasuna, por ejemplo”, analiza Mikel Echarri, antiguo responsable de la cantera realista. “Ir de un equipo a otro no creo que le haya hecho madurar. Eso te lo da la confianza de sentirte parte de un grupo, más aun cuando eres tan joven”.
Fichado para los próximos cuatro años, y aunque el Arsenal aun se reserva una opción de compra, Vela parece haber encontrado al fin su hábitat. Con las maletas deshechas, y con siete años ya en las botas, es momento de asentarse.
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