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El cuarteto del fútbol

Xavi, Busquets, Iniesta y Cesc completaron una actuación soberbia en Málaga, síntoma de la evolución del juego del Barça, una máquina de producir medios diferentes

Ramon Besa
Los jugadores del Barça, tras un gol al Málaga.
Los jugadores del Barça, tras un gol al Málaga.Marcelo del Pozo (REUTERS)

A partir de la estabilidad en el banquillo y de la idea futbolística de Johan Cruyff, el fútbol del Barcelona ha evolucionado sin parar desde el año 2003, también con Tito Vilanova, ahora mismo el entrenador más capacitado para dar continuidad y vuelo a la obra de Pep Guardiola. Los técnicos han ido solucionando las distintas incompatibilidades que los analistas periodísticos denunciaban en la línea de centrocampistas del Camp Nou. Frank Rijkaard salvó a Xavi de cualquier comparativa con el mediocentro Guardiola cuando le situó como volante de ataque, demarcación desde la que triunfó en la Eurocopa 2008. Guardiola, ya entrenador, no solo encontró en la figura de Sergio Busquets al volante central por excelencia, sino que además juntó a Xavi e Iniesta cuando se les suponía rivales para un puesto. A cambio, no supo muy bien cómo encajar a Cesc Fàbregas, si no era a partir de modificar el dibujo y convertir en norma el recurso del 3-4-3. La solución la ha encontrado de momento Vilanova: Cesc e Iniesta mezclan estupendamente en la línea divisoria con Xavi y Busquets desde el fichaje de Jordi Alba.

La llegada de Jordi Alba ha sido decisiva para que funcione el encaje Iniesta-Cesc

La progresión del equipo azulgrana ha sido constante desde que Vilanova recuperó a sus centrales titulares —el titular ante el Real Madrid fue Adriano— y pudo dar valor y continuidad a los laterales. La aportación de Jordi Alba ha sido decisiva para que funcionara el dúo Cesc-Iniesta por la profundidad que le da a la banda izquierda en una función diferente de la de Eric Abidal, sobresaliente como tercer central, indispensable en el 3-4-3. Vilanova dio con la tecla en la cancha del Spartak de Moscú y dejó de rotar a Iniesta y Cesc, dos internacionales que se repartían los minutos y los partidos con más desencanto que convicción. Hoy ya no quedan dudas sobre la alineación titular: rota el lateral derecho y un central, y forman juntos en el centro del campo Xavi, Busquets, Cesc e Iniesta.

Juegan los cuatro en la misma sintonía y se complementan de forma precisa pese a que no forman parte de la misma generación. Xavi nació en 1980 y debutó en el primer equipo el 18 de agosto de 1998. Iniesta (1984) es cuatro años menor y su estreno se produjo el 29 de octubre de 2002. Cesc (1987) tiene 25 años y, aunque se formó en los equipos inferiores del Barcelona, no se incorporó al plantel profesional hasta el 17 de agosto de 2011. Y Sergio Busquets, un año menor, (1988) alcanzó el Camp Nou el 13 de septiembre de 2008 en un partido de Liga contra el Racing.

La suya ha sido una carrera prácticamente individual, cada uno por su cuenta, incluso en el caso de Cesc, figura de aquel equipo cadete invencible en el que también actuaban Piqué y Messi. Aunque no compartieron equipo en su etapa de formación, a veces parece que hayan jugado siempre juntos, como pasó el domingo en Málaga. “Cuando se ponen a tocar, como nos ha pasado hoy, te dan ganas de aplaudir”, resumió el zaguero argentino Martín Demichellis a la salida del partido de la Rosaleda. El recital de mezclas barcelonistas a un toque fue completo. La velocidad con que viaja la pelota hace muy difícil defender la jugada porque el adversario acostumbra a ceder un centímetro de más o llegar un segundo tarde al balón.

Los cuatro medios interpretan el fútbol igual pese a ser de generaciones distintas

Los cuatro centrocampistas son diferentes y, sin embargo, juegan a ciegas el mismo fútbol. Igual ocurre con los ahora suplentes Thiago y Sergio Roberto. Todos saben interpretar el guion y el partido a partir de sus características. Alrededor de Busquets, el equipo se repliega y despliega con exactitud y racionalidad, siempre a gusto del entrenador. “Es mi extensión en el campo”, corroboró Vilanova. Xavi marca el estilo y condiciona al adversario, como destacó el propio Manuel Pellegrini. Cesc aporta llegada, gol y, sobre todo, rompe la monotonía a la que a veces conduce el rondo con su verticalidad y aceleración, como corresponde a un futbolista que ha completado su formación en el fútbol inglés. Y, finalmente, Iniesta se recrea en su repertorio de gestos técnicos, siempre desequilibrante, muchas veces igual de influyente en el juego que Messi.

Al manchego le disgusta que le sigan comparando con otros futbolistas por más excelsos que sean, como si no valiera por sí mismo, y aspira a volver a competir por el Balón de Oro. No es una figura de reparto sino que asume cada vez un mayor rol en el equipo: “Siempre hay algo que mostrar. Uno tiene que superarse”. A partir del conocimiento que tiene del juego de posición, capaz de actuar igual de bien como interior que como mediocentro o extremo, se ha ganado un protagonismo parecido al que ha tenido siempre en la selección. Ha dejado de sentirse encorsetado, se olvidó de que era el jugador que completaba la alineación y aparece por las distintas zonas en que se deciden los partidos.

El manchego tiene más protagonismo y se supera en cada partido con sus gestos técnicos

Iniesta y Cesc ya no solo han aprendido a convivir con la ayuda por el exterior de Alba, sino que ahora son cómplices: intercambian las posiciones, ocupan los espacios del 10 y el 11, se asocian en el juego interior y sincronizan sus movimientos, cortos en el caso del manchego y largos en el del catalán. Nadie lanza mejor a Cesc que Iniesta y naturalmente que Messi, partícipe en los tres goles de Málaga: marcó el primero, asistió a Cesc en el segundo y fue el punto de apoyo de Thiago para el tercero.

El equipo pareció alcanzar la pasada jornada su punto óptimo de juego. La actuación coral fue digna de mérito y confirmó que para actuar en el Barça hay que dominar su lenguaje futbolístico. No es casualidad que los mejores fichajes han sido aquellos que algún día han participado del solfeo de La Masia o han coincidido con los internacionales azulgrana en la selección. Xavi, Busquets, Cesc e Iniesta son indiscutibles en La Roja y en el Barça. Hoy es el cuarteto del fútbol.

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Sobre la firma

Ramon Besa
Redactor jefe de deportes en Barcelona. Licenciado en periodismo, doctor honoris causa por la Universitat de Vic y profesor de Blanquerna. Colaborador de la Cadena Ser y de Catalunya Ràdio. Anteriormente trabajó en El 9 Nou y el diari Avui. Medalla de bronce al mérito deportivo junto con José Sámano en 2013. Premio Vázquez Montalbán.

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