Leyes para acelerar el tiempo

Tras una batalla divina, las leyes de los hombres. Fue el partido del año. Enfrentó a dos rivales titánicos: cuando el serbio Novak Djokovic derribó a Rafael Nadal en la final del Abierto de Australia 2012, los dos contrarios habían apurado 5h53m (la final más larga de la historia de los grandes) y habían firmado su condena. Aquel encuentro fue apuntado en rojo por los ejecutivos de las televisiones, los jueces de silla rigurosos y los gestores de su deporte. Pese a una audiencia millonaria, todos coincidieron en que duelos de esa extensión podían hacer su producto ingobernable y alejarlo del consumidor medio. Decidieron tomar cartas en el asunto: de cara a 2013, los directivos de la ATP, que rige el circuito masculino, avisaron a los tenistas de que los árbitros aplicarían con extrema rigurosidad la regla y las multas que regulan el tiempo que puede transcurrir entre el final de una jugada y el inicio de la siguiente (20 segundos en los grandes y 25 en el resto de torneos). En Melbourne se desvela ahora si los gerentes de la Federación Internacional (ITF), que organiza los torneos del Grand Slam, siguen el mismo camino.

“Supongo que tanto Nadal como yo estamos ahí arriba como los jugadores mencionados en este tema por estar en peligro de que nos piten una violación de tiempo por los segundos que nos tomamos entre punto y punto”, se arrancó el número uno mundial durante una rueda de prensa en Australia, justo antes de debutar en el Abierto (6-2, 6-4 y 7-5 al francés Mathieu) y con sus orejas aturdidas por las quejas proferidas por sus compañeros tras la proliferación de sanciones en los primeros torneos de la temporada: tras un aviso inicial por parte del juez de silla, en las siguientes infracciones el castigado es penalizado con un servicio malo para el sacador (este, en consecuencia, pasa a tener segundo saque o a sumar una doble falta) o con punto perdido si quien no está listo para jugar es el restador.

Tanto Rafa como yo estamos en peligro”, dijo Nole, vencedor de Mathieu en su debut

“El Comité de Competición ha recomendado con el apoyo del de Jugadores que la regla de tiempo entre puntos sea estrictamente reforzada por los jueces de silla. Así, desde el 1 de enero de 2013, los jugadores deberían esperar una aplicación mucho más dura de la regla”. Ese es el texto que se encuentran ahora los tenistas en las oficinas de los supervisores de los torneos, según explican desde la Federación española.

Para Djokovic y Nadal —que rodean de un complicado ritual los prolegómenos del saque—, como para el británico Andy Murray, la aplicación rigurosa de un reglamento que antes se vivía con laxitud y sometido a la libre interpretación del juez de silla supone un ataque directo. Los jugadores de fondo, esforzados atletas que basan su carrera en el ritmo y el esfuerzo de sus pulmones y sus piernas, apuran los segundos entre jugada y jugada para recuperar energías. El cambio de reglas, largamente ambicionado por los sacadores y los tenistas de talento explosivo, como el suizo Roger Federer, rompe todas sus rutinas competitivas al mismo tiempo que iguala el terreno de juego: les niega un respiro y preciosas centésimas para reflexionar sobre la estrategia con la que atacar el siguiente punto.

En consecuencia, el vestuario hierve. El chipriota Baghdatis pidió al público de Brisbane que abucheara al árbitro tras ser penalizado en un tie-break. Feliciano López se quejó cuando le castigaron con punto de set en contra. El francés Monfils llegó a encararse con el árbitro: “Soy negro y sudo mucho”, le dijo.

“Estoy de acuerdo en que sean más estrictos con el tiempo”, valoró Murray, que en la madrugada de ayer se midió al holandés Haase en primera ronda; “pero antes deberían haber incrementado el tiempo permitido, porque 25 segundos pasan muy rápido (…). El tenis ha cambiado mucho desde que se adoptó esa norma. Los intercambios son mucho más largos y, en consecuencia, uno tarda más en recuperarse. No estamos acostumbrados a jugar a ese ritmo (25 segundos entre punto y punto)”, prosiguió. “Es una gran ventaja para el restador, que puede simplemente ponerse en la línea y estar listo, mientras que el sacador tiene que preparar la pelota. Con que se te desate una zapatilla ya estás fuera de tiempo. A algunos se les ha penalizado simplemente porque han tenido que cambiar una raqueta por una cuerda rota. Debería haberse ajustado a 30 segundos”.