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Referéndum por Mourinho

El conflicto abierto con la suplencia de Casillas y los malos resultados ponen a prueba la paciencia del Bernabéu con el mánager del Madrid Florentino Pérez aguarda el veredicto

Diego Torres
Mourinho, en el entrenamiento del viernes.
Mourinho, en el entrenamiento del viernes.Javier Lizon (EFE)

La tarde que el Madrid recibió al Espanyol, en la última jornada que el equipo jugó de local, el speaker del Bernabéu que presenta por megafonía a los jugadores y a los entrenadores omitió por primera vez el nombre de José Mourinho que con tanto entusiasmo había declamado durante dos años y medio. El mánager, según fuentes del club, se encargó de pedirle al locutor que no lo citase. En la caseta especularon con que Mourinho quiso evitar una pitada en su contra. La derrota copera en Vigo (2-1) sembró el desconcierto en una hinchada cada vez más resignada y el empate contra el Espanyol (2-2) y la derrota en Málaga (3-2) no han mejorado los ánimos. El público regresa hoy al Bernabéu con más motivos para manifestar su malestar. Juega la Real, pero eso parece lo de menos en el clima incierto que se respira en Chamartín en este año nuevo. Decae la expectativa sobre las posibilidades deportivas del equipo en la misma medida en que aumentan las incógnitas sobre la respuesta de los socios, lo que decida Mourinho con Casillas, y lo que decida Florentino Pérez con Mourinho previa pulsión del ambiente.

El cruce de declaraciones entre el técnico y el meta

→ Tras la derrota ante el Málaga, después de dejar en el banquillo a Casillas, Mourinho aseguró: “Es una decisión técnica”. “El entrenador analiza la situación, ve a los jugadores y elige a su equipo. Escucho a mis ayudantes y en mi opinión, que es la que vale, Adán está mejor que Casillas. Ahora podéis inventar las historias que queráis”.

→ Lejos de avivar la polémica, un día después, antes del Partido por la Ilusión, de la que es principal valedor a través de su fundación, el capitán del Real Madrid asumió la decisión del entrenador portugués: “Hay que acatarla. Solo me queda entrenarme más fuerte si cabe para demostrarle que está equivocado y recuperar su confianza. No estoy acostumbrado a esto y es una situación difícil para mí, pero el club, la entidad y los compañeros están por encima de todo”.

→ Mourinho, por su parte, en unas jornadas sobre fútbol en Dubái, insistió en que “el equipo lo hace el entrenador y punto”. “No entiendo que Casillas sea un monumento. Para mí, el monumento es el Real Madrid y el entrenador del Madrid debe hacer siempre lo mejor para su equipo. Es algo muy simple, no veo la necesidad de montar un lío”.

→ Tras la vuelta a los entrenamientos, en la primera rueda de prensa del año, Casillas insistió en que sigue trabajando “para recuperar el puesto” y rechazó que se encuentre en mala forma: “Me siento muy bien”.

→ El último episodio antes del encuentro ante la Real tuvo como protagonista al entrenador blanco. Ayer, en la víspera, no dejó claro quién ocupará la portería del Madrid y lanzó un nuevo aviso: “Estar en una zona de confort permanente no me parece que sea lo mejor para ningún jugador. Vamos a intentar encontrar este punto de competitividad”, añadió.

Una de las primeras cosas que hizo Mourinho al regresar de las vacaciones fue reunir a sus ayudantes y anunciarles que pensaba devolverle la titularidad a Casillas frente a la Real. La noticia sorprendió a los auxiliares del mánager, en especial a Karanka, su ayudante de campo, y a Silvinho Louro, el preparador de porteros. En el vestuario circula el rumor de que Karanka y Louro intentaron convencer al mánager de que mantuviera a Adán, entre otras cosas, para reforzar los principios de autoridad y coherencia, puesto que en la conferencia de prensa en Málaga había declarado que Casillas estaba peor que su sustituto. Las explicaciones que el mánager ofreció a sus ayudantes resultaron tan inconsistentes que en Valdebebas creen que si Casillas regresa a la titularidad no será por cuestiones técnicas sino para evitar una sentencia de la afición en un plebiscito en el que Mourinho se siente perdedor.

Son muchos los jugadores y empleados del club que sostienen que Mourinho ya cumplió con su objetivo: quería denunciar a Casillas como una de las “ovejas negras” que conspiran para que el equipo no funcione y hacen que su trabajo se malogre. Señalado el capitán en Málaga, no tiene sentido insistir. Para la reputación de un entrenador que cuida su prestigio más que a nada, una pitada definitiva del Bernabéu supondría un mazazo demasiado ruidoso como para que no retumbe en todos los rincones de la industria del fútbol. Está en juego la mística del carismático. Una cosa es tener que abandonar el Madrid porque en el vestuario hay “ovejas negras”, como el propio Mourinho acusó a través del diario Marca, y otra que el público lo eche a gritos. Estas tribulaciones fatigan al mánager y le hacen dudar. Para colmo, no le gustó que Casillas dijera que se encontraba “muy bien” en su conferencia de prensa del 1 de enero. Interpretó que el portero había denunciado que su suplencia en Málaga no tuvo una inspiración técnica sino política.

Mourinho hace cálculos minuciosos porque siente que es el dueño absoluto de su destino. Lo contrario le sucede al presidente, Florentino Pérez, que deja que todo fluya a la espera de la providencial décima. En el entorno del palco observan que Florentino Pérez hace votos para no verse obligado a echar a Mourinho. Mientras, atiende a la reacción del público. Sólo una condena mayoritaria de la afición, durante un partido en Chamartín, puede empujarle a destituir al mánager antes de junio. La directiva espera con ansiedad los dos partidos que se presentan esta semana como quien aguarda un doble referéndum: la visita de la Real y la vuelta de la Copa contra el Celta.

En el anterior partido, el portugués pidió al ‘speaker’ que no le mencionara

Sus colaboradores más estrechos detectan el agobio creciente de Florentino Pérez. Cada vez son más quienes le advierten que el deterioro de la relación entre Mourinho y los jugadores no tiene más solución que la salida del entrenador y que de no tomar las decisiones adecuadas en los próximos meses corre un riesgo serio de perder la presidencia en las elecciones que se celebrarán cuando acabe la temporada. Dice un directivo que Florentino Pérez “quiere apostar todas sus fichas sobre seguro y eso es algo imposible”.

El temor al error ha inducido a Florentino Pérez a mantenerse inmóvil, poniendo a la hinchada por delante. El dirigente espera que la muchedumbre emita su veredicto sonoro para actuar o para seguir ganando tiempo. Todos atentos al speaker.

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Sobre la firma

Diego Torres
Es licenciado en Derecho, máster en Periodismo por la UAM, especializado en información de Deportes desde que comenzó a trabajar para El País en el verano de 1997. Ha cubierto cinco Juegos Olímpicos, cinco Mundiales de Fútbol y seis Eurocopas.

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