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HISTORIAS DE UN TÍO ALTO
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

LeBron, lo fácil y lo difícil

La estrella de los Heat de Miami sigue siendo el mejor porque elige la jugada correcta en el momento correcto

LeBron James, a la derecha, intenta taponar a Monta Ellis.
LeBron James, a la derecha, intenta taponar a Monta Ellis.Jim Prisching (AP)

Hubo un momento, al final del partido del día de Navidad de los Heat de Miami contra los Thunder de Oklahoma City, en el que, mientras los Heat defendían su mínima ventaja en el marcador, le pasaron el balón a LeBron James en un lugar familiar para los que vemos baloncesto. Este lugar es donde los grandes aleros suelen recibir el balón. Un lugar donde esos grandes—Kobe Bryant, Carmelo Anthony, Kevin Durant, y, sí, LeBron James— disponen de toda clase de opciones.

Justo después de la línea de tres puntos, en la prolongación de la línea de tiros libres.

James encaraba la canasta mientras su defensor se agachaba con cautela delante de él. Todos los que estaban viéndolo sabían lo que iba a pasar. James analizaría con tranquilidad la posición de su defensor, buscando puntos débiles como Batman estudiando a un desventurado atracador. Luego, realizaría su movimiento: tiraría en suspensión, se iría por la izquierda o haría una finta de salida por un lado y se elevaría por el otro.

Pero luego sucedió algo raro. Mientras impedía que el balón le llegara a Chris Bosh, el jugador de los Thunder, Kendrick Perkins, se movió dos pasos hacia James. Bosh, viendo el hueco que Perkins había dejado en la zona, se lanzó hacia el medio de esa misma zona. James se dio cuenta del hueco y pasó rápidamente el balón a Bosh, que lo estaba esperando, tras lo cual éste machacó la canasta. Fue exactamente la jugada correcta. También fue una jugada muy fácil. Un hombre abierto, a un metro del aro. ¿Por qué no le pasaría James el balón?

¿Pero habría pasado Kobe Bryant el balón? ¿Y Carmelo Anthony? ¿Y Kevin Durant, el rival del día de Navidad de James? Mejor aún, ¿habrían realizado esos mismos jugadores el pase de una forma tan automática y tan instintiva y sin vacilar? No estoy tan seguro.

El partido entre los Thunder y los Heat fue  un pulso al estado de las cosas en la NBA

El partido del día de Navidad entre los Thunder y los Heat fue anunciado como la revancha de la final de 2012.

Lo era, por supuesto, pero también era una oportunidad para que el mundo tomara el pulso al estado de las cosas en la NBA, y al propio LeBron James y su pretensión —velada y manifiesta— de convertirse en el rey de la competición.

Fue una prueba que James superó brillantemente, porque después de ese pase, y después de ese mate, y después de un par de Caras de Enfado de Russell Westbrook, y después de que los Heat de Miami ganaran el partido, y después del revuelo de las entrevistas pospartido, de las hojas de estadísticas y de los aficionados que se dirigían hacia la salida, todo el mundo se había olvidado de la jugada más importante del partido.

Y, en esa amnesia, esta es nuestra respuesta: LeBron James sigue siendo el mejor jugador de baloncesto porque ha hecho la jugada correcta en el momento correcto, y nadie se acordaba de ello.

Porque, a veces, ser el mejor no consiste en hacer que la jugada difícil sea difícil de olvidar. A veces, ser el mejor consiste en hacer que la jugada fácil sea difícil de recordar.

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