Munición de primera
El Madrid supera a un peleón Alba Berlín (63-77) gracias a su excelso perímetro, liderado por la hiperactividad de Llull y Rudy con 15 y 13 puntos respectivamente
El Madrid de Laso descifra este curso con facilidad los códigos de la victoria. Los aplica desde la competencia y la disposición, casi desde la inercia. Así se estrenó en la fase decisiva de la Euroliga, conquistando Berlín entre el sofoco y la suficiencia y agarrado de nuevo a su lujoso perímetro. Llull, Rudy y Carroll ejercieron de artificieros para superar el primer escollo: un Alba peleón que acabó acomplejado como Sísifo tras varias intentonas infructuosas de escalar la montaña de un equipo con munición de primera.
Invictos en territorio nacional, los de Laso se presentaban en el Top 16 con el traje de luces y tan solo tres tiros al aire en su expediente de la primera fase (Khimki, Panathinaikos y Cantú). Una contabilidad notable con 26 victorias en 29 partidos oficiales que les sitúa en la pole de candidatos a la final four de mayo en Londres. Pero el camino que les espera está lleno de trampas con un calendario diabólico: cuatro de las cinco primeras jornadas a domicilio y seis partidos los viernes.
Alba Berlín, 63 - R. Madrid, 77
Alba Berlín: Thompson (4), Wood (9), Foster (10), Idbihi (6) y Morley (4) —quinteto inicial—; Schultze (5), Schaffartzik (3), Byars (8) y Miralles (14).
Real Madrid: Llull (15), (Rudy Fernández (13), Carlos Suárez (2), Mirotic (13) y Hettsheimeir (8) —quinteto inicial—; Sergio Rodríguez (8), Slaughter (1), Felipe Reyes (4), Carroll (13) y Begic.
Parciales: 20-26; 14-12; 20-22 y 9-17.
Árbitros: Dubravko Crew (Croacia), Luis Lopes (Portugal) y Carmelo Paternico (Italia). Sin eliminados.
Primera jornada del Top 16 de la Euroliga. 11.988 espectadores en el pabellón O2 World de Berlín.
Ante semejante exigencia maratoniana y a tres días del clásico en el Palau, el Madrid salió lanzado con la intención de ventilarse el duelo ante el Alba por la vía rápida para ganar espacio físico y mental entre partido y partido. Un parcial de 2-12 liderado por Mirotic y Llull fue la contundente presentación madridista en el O2. Las constantes optimistas parecían intactas y hasta Hettsheimeier se animaba a mirar el aro rival. Pero Sasa Obradovic llamó al orden a los amarillos y, tras leerles la cartilla, el pulso se igualó coincidiendo con el aterrizaje en el parquet de Albert Miralles. El pívot catalán de 30 años, promesa de la cantera española y nómada del baloncesto europeo se afianzó en la pintura, Foster afinó la muñeca y, entre ambos, comenzaron a limar la distancia del Madrid, que palideció con el apagón de Mirotic.
Tras sumar 26 puntos en el primer acto, los de Laso se quedaron en 12 en los siguientes 10 minutos. Byars equilibró la batalla del rebote y Wood comenzó a reclamar galones. Un cuatro de 15 en triples lastraba a los visitantes y, precisamente desde el 6,75, Schaffarttzik completó la escalada del conjunto alemán (34-33, m. 18).
En plena tormenta amarilla apareció Carroll con cinco puntos consecutivos justo antes del descanso que permitieron al Madrid aplacar el impulso del Alba.
A la vuelta del vestuario, el propósito de enmienda madridista alcanzó momentos excelsos condensados en tres minutos de efervescencia y puntería. Una ráfaga de 12 puntos (tantos como en todo el segundo acto), con Llull, Rudy y Carroll tomando medida al aro rival, volvieron a disparar a los blancos (37-50, m. 23). Pero inasequible al desaliento el conjunto alemán volvió a remangarse. Una vuelta de tuerca en defensa y el tino de Wood desde el perímetro volvieron a ilusionar a la parroquia alemana (57-60, m. 32). Pero el arrebato volvió a quedar en espejismo.
Rudy Fernández tomó las riendas y resolvió la intriga. El escolta mallorquín, que se sumaba a la cita tras haberse perdido los dos últimos partidos ligueros por problemas de espalda, demostró su anhelo por la Euroliga con una hiperactividad (13 puntos, siete rebotes y cuatro asistencias para un 20 de valoración) que, unida a la de Llull (15 puntos y seis asistencias), iluminó a su equipo.
Caja Laboral-Olympiacos (82-74).
En Vitoria, el Caja Laboral de Tabak se impuso al Olympiacos (82-74), viejo conocido de la primera fase. El vigente campeón de Europa había vencido al Baskonia en sus dos duelos previos, pero en esta ocasión cambió la historia. Los vitorianos han recuperado la brújula competitiva y ya encadenan 10 triunfos entre la Liga y la Euroliga. Lampe, con 25 puntos lideró un triunfo cimentado en el parcial de 27-11 logrado en el tercer cuarto.
Unicaja-Brose (85-82).
El Unicaja, que estuvo treinta y siete minutos por debajo en el marcador y arrancó con un 0-15, se apuntó un triunfo muy trabajado ante el Brose alemán, que fue superior en muchos momentos pero al que le fallaron las ideas en los instantes finales en el Carpena donde estaba invicto. Para fortuna del Unicaja volvió a aparecer la magia de Williams, que con dos triples levantó el encuentro dando pie a la remontada.
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