La diagonal de Callejón
El atacante es el canterano que más brilla en el Madrid gracias a su don para el desmarque
Los veteranos Francisco Rufete y Carlos Kameni examinaban la bola de cristal y vislumbraban un futuro prometedor para el chico pálido de cara huesuda y pelos de cepillo que acababa de desembarcar procedente de Valdebebas en el vestuario del Espanyol, en la temporada 2008-2009.
—¡Este niño va a llegar lejos!—, decían.
El niño tenía 20 años, se llamaba José Callejón, y el Espanyol le había fichado como delantero. Venía de militar dos años en el Castilla, donde había metido 21 goles en 36 partidos en la temporada anterior. A fuerza de pedirle que se buscara la vida entre los defensas contrarios, Míchel y Juan Carlos Mandiá, sus entrenadores, le habían desarrollado el arte de atacar sin conducir el balón para ser imparable cuando se lo daban. Eso que se llama desmarque. Era el germen de un gesto que explotó en el Espanyol y que ha acabado de patentar en un ámbito especialmente fértil para el fútbol-relámpago: el Madrid de Mourinho, que hoy visita Balaídos (22.00, Canal+).
“Las diagonales que hace a la espalda de la defensa son su cualidad técnica más destacable”, explica Rufete. “Por su potencia le viene bien el juego del Madrid, de robo y velocidad. Pero cuando llegó al Espanyol todavía no tenía esa eficacia. Ahora hace mucho daño porque es capaz de desequilibrar defensas muy ordenadas con movimientos que sorprenden a los centrales cuando se quedan mirando al delantero”.
“Él llegó después de jugar de nueve en el Castilla”, recuerda Rufete. “Traía adquiridos el uno contra uno, el golpeo, el desmarque... y Pochettino lo empezó a meter en la banda izquierda. Yo jugaba de extremo por la derecha y él lo hacía en la otra banda”.
Tiene los movimientos de los mejores 'nueves' del mundo"
Juan Carlos Mandiá, entrenador
Juan Carlos Mandiá lo preparó para dar el salto a Primera durante su última temporada en el Castilla. El técnico se emociona cuando repasa aquellos meses formativos. “Era un jugador de la calle”, dice Mandiá, “al principio no coordinaba el desmarque de ruptura con la posibilidad del pase. Pero tenía en su corazón ese impulso de correr a la espalda del defensa y un buen golpeo con el interior del pie derecho. En aquella época teníamos muy buenos pasadores en la cantera, gente como Parejo, Bueno, Mosquera o el hermano gemelo de José, Juanmi. Entre todos trabajamos mucho la coordinación. La orden interna que a un delantero le dice: ‘Ahora corro porque me pueden dar un pase”.
“Es cierto que esas diagonales entre el lateral y el central son difíciles de frenar porque no te coge nadie”, observa Mandiá, “pero cuando José ha jugado en posiciones centrales es un espectáculo verle. Cuando se ha situado como nueve, con pasadores como Modric o Kaká por detrás, ha demostrado las mismas condiciones para el desmarque que los mejores nueves del mundo. Claro que en el Madrid la competencia por ese puesto hace que para Callejón sea muy difícil entrar en esa lucha: tiene por delante a Benzema, Higuaín, e incluso Cristiano, que cuando se sitúa arriba es de los mejores nueves”.
Mandiá concluye que la facilidad para el desmarque es un don que puede mejorarse con adiestramiento pero que muy pocos tienen tan desarrollado como su antiguo aprendiz. “Todo el mundo lo valora por el esfuerzo físico”, dice, “pero él siempre tiene dos o tres desmarques espectaculares por partido. No le puedes jugar directo, ni a centrar para rematar, pero si le das un balón a la espalda de la defensa, donde es más difícil rematar, donde el espacio entre los centrales y el portero es más reducido, donde es más complicado sincronizar el pase, la carrera y el golpeo... él llegará al remate como los mejores. En eso me recuerda a David Villa”.
A pesar de que jugó de extremo, los números de Callejón durante la temporada pasada son dignos de los mejores definidores. Hizo 13 goles. Un gol cada 130 minutos en Liga, uno cada 90 minutos en Copa, y uno cada 60 en Champions.
Brazaletes negros por la muerte de Ninette Di Stéfano
Los jugadores del Real Madrid llevarán brazaletes negros en el partido de ida de los octavos de final que disputarán esta noche (22.00, C+) en Balaídos ante el Celta por la muerte de Ninette Norma Di Stéfano, de 60 años, hija del presidente de honor del club, Alfredo Di Stéfano. La entidad blanca ha publicado en su página web un comunicado en el que “lamenta” el fallecimiento de Ninette Norma, y “desea trasladar su condolencias a familiares y amigos”.
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