El Madrid logra la décima

El Madrid está lanzado. Saltaban de nuevo los blancos al parquet con poco más de un día de descanso tras sellar el viernes por la noche su billete al top 16 de la Euroliga. Sin margen para recrearse ni tiempo para paladear su notable arranque de curso, los de Laso se encontraban con otro hueso: el CAI Zaragoza. Los de José Luis Abós llegaban encaramados al cuarto puesto de la tabla tras cuatro triunfos consecutivos y con el cartel de mejor defensa de la Liga con apenas 66 puntos de media encajados por partido –justo los que llevaba el Madrid al término del tercer cuarto-. Pero todo dique es pequeño para este líder al que es imposible ponerle grilletes y que volvió a rondar la frontera de los 100 puntos gracias a las metralletas de Carroll y Rudy, con 18 y 15 puntos respectivamente.

Las apreturas del calendario hacen que el Madrid diseccione los partidos sobre la marcha. Mientras los rivales se presentan con una estrategia pulida hasta el extremo durante la semana, los blancos se topan in situ con la realidad de su enemigo. No le faltan soluciones para resolver cualquier crucigrama que le planteen. Así se desarrolló el primer cuarto en el que el CAI enseñó su disposición para sorprender en el Palacio. Stefansson y Roll hicieron fortuna desde el perímetro y Norel se adueñó de la pintura aprovechando la inseguridad de Hettshemeier, aun en proceso de rodaje y por primera vez en el quinteto inicial. Pero bastaron cinco minutos de inspiración de Carroll con 10 puntos consecutivos sin fallo y la protocolaria aportación de lujoso repertorio madridista para equilibrar el partido en un santiamén (26-26, m. 10).

Felipe Reyes y Begic pusieron orden bajo los aros, Carlos Suárez ajustó la defensa y Mirotic y Rudy comenzaron a afinarse. Un leve arreón sirvió para que el líder ajustara cuentas en el marcador. Tensos e intensos, inmersos en un ritmo competitivo febril y con todos los miembros de la tropa implicados en la misión, los de Laso abruman por acumulación. Sin dominar los rebotes ni los porcentajes de tiro al descanso, la aplicación de la rotación deja sin resuello, sin moral y sin opciones a su oponente en cuanto rebaja sus prestaciones.

Si no es Sergio Rodríguez, es Llull y sino Draper; si no anota Rudy, lo hace Carroll; si no, la clase de Mirotic; si no llegan los brazos de Begic, alcanzan los muelles de Slaughter y si no la brega de Felipe. A ratos incluso un poco de todos. Sin grandes alardes, pero sin tomarse un respiro colectivo. Así una y otra vez frente a un CAI jadeante al que dejó tocado el 21-14 del segundo cuarto.

A la vuelta de los vestuarios, la velocidad de crucero ya otorgaba al Madrid 10 puntos de ventaja (57-47, m. 23). Aun así no se rindió el conjunto maño que forzó el tiempo muerto y la reprimenda de Laso a los suyos con un 2-7 de parcial que ajustó la diferencia (59-54, m. 28). Roll, Van Rossom y Norel seguían haciendo camino, bien secundados por Aguilar que igualaban la batalla del rebote, pero solucionó sin apuros el tramo final. Mirando por el retrovisor y con Carroll y Rudy haciendo diana, el líder logro la décima.

Reina la felicidad en el Palacio. El Madrid se mantiene invicto en Liga­. Con la supercopa en el bolsillo, líderes en España y en Europa y con solo dos derrotas en 20 partidos oficiales, los números del equipo remiten a capítulos notables de su enciclopedia. En la temporada 2006-07, la primera de Joan Plaza en el banquillo y la última liga blanca hasta la fecha, encadenó 13 victorias de salida y en la de 1987-88, la del regreso de Fernando Martín de la NBA y la del adiós de Corbalán, firmó otro contundente 15-0.