Partido gigantesco y récord histórico

Los récords actúan como cebo del Barça de Messi. Aunque parcial, el de ayer era tan histórico que de alguna manera demandaba una respuesta solemne por parte de los chicos de Vilanova. Y los azulgrana se marcaron una actuación coral gigantesca ante el diminuto Athletic. El encuentro fue sin duda el más completo de la serie (13 victorias y 1 empate), la mejor protagonizada por un equipo en un inicio de Liga. Imparable desde el arranque, el Barcelona ha mejorado progresivamente con el tiempo hasta que anoche ofreció un recital de fútbol. Nada tuvo que decir el Athletic, contagiado por la tortículis de Muniain, igual de triste y melancólico con Aduriz que con Llorente y con Toquero, incapaz de ganar en el Camp Nou desde hace 11 años. El gol del honor que marcó Ibai, después de un error de Adriano, a la hora de tirar el fuera de juego, dejó constancia de su presencia en la jornada en que el Barça y el Messi ampliaron sus marcas hasta límites insospechados. Al 10 ya solo le falta un gol para igualar a Müller después que ayer contara dos: uno clarísimo y el otro discutido porque la pelota la acabó por meter Amorebieta.

Rompió a jugar el Barça con su mejor equipo, el que ataca con los futbolistas más finos, el mismo que progresa de forma particular y global, cada vez más puesto y también efectivo. Los azulgrana han mejorado en las áreas y mantienen su capacidad de combinación en la medular. No hay sitio de momento ni para Villa mientras se cura Alexis. Hoy mandan los laterales, los interiores y, evidentemente, Messi. El único que mezcla bien con las distintas líneas porque hace muchas cosas y la mayoría bien es Pedro.

Una vez calzado Iniesta en la banda izquierda, el rincón de las figuras en el Barça, Vilanova ya solo rota con los laterales y los centrales, no con los delanteros ni los medios, sobre todo en los partidos que se suponen importantes, como el de ayer ante el Athletic. Aunque anda desubicado y puede que desmoralizado, el equipo rojiblanco no ha perdido energía ni personalidad, o al menos se le respeta, ya sea por el escudo o por la firma de Bielsa.

Los vascos son un equipo aseado, generoso y exigente, interesante colectivamente por la ocupación de la cancha y los 11 duelos individuales que plantea sin atender al rival, circunstancia que obliga a reparar en las individualidades. El futbolista que se equivoca queda retratado en el Athletic y en el Barça. Así planteado, el partido fue un bombón para los azulgrana, muy uperiores en el uno contra uno, a gusto del delicioso Messi y del poderoso Cesc.

El equipo azulgrana ha mejorado con el paso del tiempo y anoche ofreció un recital

Alrededor de la figura de Messi, un torbellino en el balcón del área, capaz de sacar a paseo a Ekiza y a Amorebieta, el Barça se desplegó con tanta belleza como armonía y determinación hasta el marco de Iraizoz. El balón llegaba por dentro y por fuera, siempre al punto, bien orientado, imposible de defender para el Athletic. El juego fue tan solidario ue permitió la intervención de Valdés.

El portero sacó en largo para evitar la montonera que provocaba la presión y dejó a Messi ante Iraizoz. No atinó el 10 y el balón acabó en el córner. El saque de esquina lo botó el mismo Messi y lo remachó Piqué. Un vez abatido el Athletic, los azulgrana no pararon de rematar a portería. El gol de Messi fue estupendo por su definición y la asistencia de Xavi. Y el de Adriano expresó el sentido coral del fútbol del Barça.

Ya se sabe que el Athletic es uno de los equipos que más remates y goles recibe y es de sobras conocida también la puntería del Barcelona. Los azulgrana no se detuvieron ni siquiera con el 3-0 con el que se llegó al descanso. El fútbol continuó siendo rápido, preciso y bello y los goles resultaron muy elegantes. El de Cesc, pletórico ante el juego propuesto por el Athletic, estaba cantado desde que recibió la asistencia de Iniesta y no había dudas de que Messi repetiría desde que se supo que se cuestionaba si había metido el segundo o era de Amorebieta.

En la delantera, de momento no hay sitio ni para Villa mientras se cura también Alexis

La tensión y presión ofensivas permitieron que la zaga azulgrana defendieran de manera ordenada y concentrada. No notó siquiera la ausencia de Puyol. Únicamente concedió un tanto por un error individual de Adriano. La hinchada disfrutó tanto como el equipo. El festejo solo se paró un momento cuando Iniesta pidió el cambio. No parece nada grave. El encaje de Iniesta tiene un valor simbólico importantísimo para el Barça después del extravío vivido al final de la temporada pasada.

Excelente en el juego posicional, Iniesta se sitúa muy bien en el carril de Jordi Alba y Cesc, para que así se junten los cuatro medios (Xavi, Busquets, Cesc y Messi). Aunque su alineación supone renunciar a un extremo, el equipo encuentra soluciones por la movilidad de Messi, el despliegue de Cesc y la profundidad de Alba. Ayer volvió a funcionar el pase multiplicador, las paredes y los triángulos, las asociaciones y los desequilibrios en las distintas zonas del campo. Intenso y vertical, cómodo con el riesgo, tan competitivo que Piqué acabó por rematar la última jugada ante Iraizoz con 5-1 , el Barça encontró el espacio y el ritmo adecuados, para golear al Athletic, concretar su dígito mágico, el de los cinco goles, y batir un récord histórico con una actuación sensacional.