La inspiración española del City
Jugadores y directivos del equipo de Manchester exaltan la figura insustituible de Silva
Es como el sonido de diez motores de dos tiempos rugiendo al unísono. Como una pandilla de Ángeles del Infierno arrancando sus máquinas. Una vibración sacude el aire del párking del centro de entrenamientos de Carrington cuando Mario Balotelli pisa el pedal de su gigantesco Bentley pintado al mate con manchas de camuflaje verde oliva, verde pepino y marrón arcilla. Abandona el recinto y se pierde estruendosamente por la carretera comarcal en dirección a Stratford. Un rato antes se ha marchado David Silva en un Bentley blanco, sigilosamente, casi como cuando habla en público, sin pretender dejar huella, guardándose sus sentimientos.
Silva se mostró tranquilo ayer por la mañana. Solo se puso un poco nervioso cuando le recordaron el partido reservón que le mandó jugar en el Bernabéu su entrenador, Roberto Mancini, en la primera jornada de la fase de grupos de la Champions, antes de caer derrotado (3-2) y comenzar a complicarse la clasificación. “Esta vez tenemos que salir a ganar”, respondió, a punto de perder la paciencia, “¡ahora no nos queda otra!”.
“Tenemos equipo para intentar dominar al Madrid”, dijo el media punta, pensando en el partido de mañana en el estadio Etihad, donde solo los tres puntos permitirán al City llegar a la última jornada de la fase de grupos con posibilidades de acceder a los octavos de final.
Todo empieza por él. Cuando recibe la pelota siempre ocurre algo. Es el eslabón que une al equipo" Patrick Vieira
Silva, que en enero cumplirá 27 años, es el jugador más especial del campeón inglés. No hay otro futbolista más creativo en la opulenta plantilla del City, fabricada a lo largo del último lustro a fuerza de emprender una de las inversiones más costosas de la historia del fútbol. Su estilo sutil y su cuerpo (mide 1,70) hablan del cambio radical que ha experimentado la Premier en las últimas décadas. Un cambio que el City pretende introducir desde la base. “Para la cantera se han gastado una pasta en jugadores pequeños”, dice Denis Suárez, “con visión de juego, con pase, dinámicos, como los de la selección española. Es lo que se lleva ahora”.
Suárez es otro mediapunta español con mucha clase. Tiene 18 años y el cuerpo canijo de un adolescente. Lo ficharon al Celta en 2011 para alternar entre la reserva y el primer equipo citizen. Debutó esta temporada con los mayores y su experiencia le empuja a ser tajante: “Para mí Silva es el mejor del equipo. Eso ya para empezar. Y luego es el que marca la diferencia. Cuando no juega se nota muchísimo. Por cómo ve el fútbol. Todo el equipo le busca a él. Porque saben que es el que tiene que tener el balón y es el que da juego”.
Patrick Vieira, campeón del mundo con Francia en 1998, se retiró hace unos años en el City y ahora trabaja en las categorías inferiores. “A Silva lo adoro como jugador y como hombre”, dice. “Lo pondría entre los diez mejores jugadores de Europa porque puede hacer de todo. Todo empieza por él. Cuando recibe la pelota siempre ocurre algo. Es el eslabón que une al equipo. Cuando juegas atrás él es el hombre que buscas porque siempre se está moviendo y siempre está en el lugar adecuado. Y puede dar el último pase también. Si eres Dzeko, Balotelli, Agüero o Tévez y tienes un jugador como Silva detrás, te sientes seguro. Sabes que, tal y como él te sirve los balones, en el momento y en el punto justo, tú acabarás metiendo goles".
Antes competíamos por entrar en Champions y ahora competimos para ganarla. Eso es un paso muy grande" David Silva
Brian Marwood, director general de fútbol del City, subraya el cambio: “La tendencia se ve en casi todos los equipos. Si miras al Arsenal con Cazorla y Wilshere, al Chelsea con Mata, o al United con Scholes… Yo jugué en Inglaterra en los ochenta y en aquella época había muchos equipos exitosos, como el Wimbledon o el Watford, que jugaban al balón largo, con transiciones muy rápidas… Los respeto porque obtuvieron resultados pero debes manejar otras variantes. A veces debes estar preparado para jugar en largo, pero a veces debes pasar en corto, tocar, y superar al rival por abajo".
“El fútbol se ha enriquecido con el éxito tremendo de la selección española”, añade Marwood. “Está lleno de entrenadores intentando copiar el estilo de España. Es el estilo que le gusta más a la gente. Silva ha tenido un impacto tremendo en este equipo y estamos encantados de que haya elegido quedarse con nosotros porque no vino por nuestros trofeos ni por nuestra grandeza. Lo que le atrajo fue nuestra visión del futuro. La convicción de que aquí ocurrirían cosas que merecían la pena”.
Silva habla con un invencible acento canario: “En los últimos dos años el club ha cambiado bastante. Antes competíamos por entrar en Champions y ahora competimos para ganarla. Eso es un paso muy grande. La tenemos pendiente y aunque no hemos empezado con buen pie vamos a luchar hasta el final”.
Mañana a las 20.45 horas en el Etihad la lucha no se decidirá tanto por lo que haga el estruendoso Balotelli como por las decisiones que tome el pequeño Silva mientras permanezca en el campo iluminando el juego con sus luces largas.
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